Acceso denegado a los nuevos medicamentos contra el Sida
Mientras los nuevos fármacos se comercializan en los países desarrollados, se fuerza a los pacientes de los países en desarrollo a seguir esperando.

Las personas que viven con VIH/SIDA en los países en desarrollo no pueden acceder a los nuevos medicamentos ni a sus versiones mejoradas, aunque éstos suponen una diferencia crucial en el tratamiento, ha denunciado Médicos Sin Fronteras. MSF se niega a aceptar la práctica habitual de las compañías farmacéuticas consistente en comercializar en África, Asia y América Latina los medicamentos menos adaptados, mientras que las versiones mejoradas o los fármacos más recientes se reservan para los países que pueden pagar más. Por esta razón, MSF ha realizado un pedido, dirigido a la sede de los Laboratorios Abbott en Chicago, de la nueva versión más resistente al calor del medicamento conocido como lopinavir/ritonavir, que la compañía comercializa exclusivamente en Estados Unidos a un precio de 9.687 dólares por paciente y año.
“Con el termómetro subiendo hasta cerca de los 40° centígrados regularmente, y con los numerosos cortes de electricidad que sufrimos a diario, nuestros pacientes no pueden utilizar la versión antigua de este medicamento”, explica la doctora Helen Bygrave, que trabaja en el programa de tratamiento de SIDA que MSF lleva a cabo en Lagos, Nigeria. “Es una ironía cruel que aunque este medicamento sin necesidad de refrigeración parece haber sido diseñado para lugares como Nigeria precisamente, no esté disponible aquí”.
El pasado mes de noviembre de 2005, Abbott lanzó una nueva versión de su llamado inhibidor de la proteasa, lopinavir/ritonavir, en Estados Unidos. Al contrario que en la antigua versión, la nueva no necesita refrigeración, haciéndola más apropiada para su utilización en los climas cálidos de la mayoría de los países en desarrollo donde trabaja MSF. Pero cuando MSF solicitó información sobre el precio y la disponibilidad de este medicamento para sus pacientes, Abbott respondió que esperaría hasta que el producto se comercializara en Europa antes de proceder a su comercialización en los países en desarrollo. Esto representa un retraso potencial de varios años antes de que el medicamento llegue a la mayoría de las personas que podrían beneficiarse del mismo.
El fármaco lopinavir/ritonavir es un componente crucial del tratamiento antirretroviral para los pacientes que necesitan cambiar a una terapia de segunda línea después de haber generado resistencias al primer grupo de fármacos de su tratamiento. Los expertos de la OMS recomiendan el uso de este medicamento como terapia de segunda línea.
En el programa de MSF en Kahyelitsha, Sudáfrica, el 16% de los pacientes necesitó un nuevo régimen después de cuatro años de tratamiento. Este dato enfatiza la urgente necesidad de contar con nuevos medicamentos. MSF lamenta que, con unas 60.000 personas bajo tratamiento en sus programas, todos los esfuerzos que realiza para hacer llegar los nuevos fármacos a sus pacientes se ven frustrados por la política seguida por las compañías farmacéuticas consistente en ralentizar la posibilidad de habilitar los nuevos medicamentos en los países en desarrollo.
Ibrahim Umoru, que recibe su tratamiento en la clínica de Lagos, ha estado recibiendo la antigua versión de LPV/r durante cinco semanas pero sus pastillas necesitan mantenerse refrigeradas en una clínica que se encuentra lejos de su casa. “No puedo permitirme pagar el combustible para un generador que haga funcionar un frigorífico. Sin refrigeración, las temperaturas altas hacen que las cápsulas se derritan como si fueran chicles. Necesito la nueva versión de este medicamento”.
Ya que Abbott no facilita la disponibilidad de este medicamento en los países en desarrollo, MSF realizó hoy un pedido para sus proyectos en Camerún, Guatemala, Kenia, Malaui, Nigeria, Suráfrica, Tailandia, Uganda y Zimbabue. Además, con las evidencias suministradas por expertos de la industria, de que la producción de la nueva formulación del medicamento es más barata que la antigua, MSF también ha solicitado el precio de compra más bajo posible, y que no debería estar por encima del que cuesta la antigua versión que comercializa Abbott en los países en desarrollo.
En una carta dirigida a la dirección de Abbott, eminentes investigadores y miembros de la comunidad médica así como organizaciones de SIDA en todo el mundo han exigido a la compañía que ponga la nueva versión de lopinavir/ritonavir a disposición de los pacientes en los países en desarrollo inmediatamente.
Abbott ha estado comercializando este medicamento con el nombre de Kaletra® desde el año 2000, pero esa antigua versión es una píldora que contiene un gel suave, lo que supone más píldoras al día, restricciones de comida y la necesidad de refrigeración en climas cálidos.