Apoyamos a los migrantes venezolanos en la frontera entre Colombia y Ecuador

Hemos atendido más de 200 consultas y entregado colchonetas, refugios y artículos de aseo en los albergues provisionales dispuestos para los venezolanos devueltos, tras la exigencia de la visa humanitaria por parte del gobierno ecuatoriano.

MSF
01/10/2019

Entre el 26 y el 30 de agosto de 2019, el equipo de emergencias de nuestro proyecto en Colombia estuvo en la ciudad de Ipiales asistiendo a la población migrante venezolana que no logró pasar a Ecuador antes de la entrada en vigencia de la visa humanitaria en ese país.

La decisión del gobierno ecuatoriano hizo que unas 8.000 personas que intentaban cruzar la frontera a través del Puente Internacional de Rumichaca quedaran atrapadas indefinidamente.

Durante los cinco días de atención en los albergues provisionales de Asopastos y Nubes Verdes -donde fueron recibidos la mayoría de los migrantes venezolanos- nuestros equipos entregaron 330 mantas, 66 colchonetas, seis botellones de agua potable y kits de aseo personal y de limpieza doméstica para mejorar la capacidad de atención en estos espacios. Así mismo, realizaron más de 200 consultas médicas en salud primaria, 16 consultas individuales y 10 grupales en salud mental.

Así detectaron la prevalencia de infecciones respiratorias, diarrea, y enfermedades de piel tanto en niños y niñas como adultos, producto del frío y del contacto permanente con otras personas enfermas sin las condiciones adecuadas de higiene. También encontraron sintomatologías relacionadas con la depresión o ansiedad, producto de las condiciones migratorias, la incertidumbre de no saber si podrían pasar la frontera y la separación de sus familias, entre otras situaciones.

Este es el caso de María Elena Sánchez, quien quedó represada en la frontera junto a sus tres hijos de 8, 7 y 3 años cuando intentaba cruzar con destino a Perú para encontrarse con su esposo. En Ipiales, la travesía se convirtió para todos ellos en un suplicio, pues ni las tres chaquetas que tenían puestas cada uno de los niños lograban protegerlos del frío intenso de esta ciudad. “Ellos sufren de asma y este clima hace que esa condición se complique. Y aunque al principio estaban emocionados por la posibilidad de volver a ver a su papá tras dos años de separación, ahora solo quieren volver a su casa porque no soportan más esta situación”, cuenta la mujer.

Por ahora, la cantidad de personas represadas en la frontera entre Colombia y Ecuador se ha disminuido porque muchos migrantes han optado por permanecer en el país o cruzar por pasos informales ante el mantenimiento de la exigencia de la visa humanitaria para entrar a Ecuador a través de Rumichaca. Sin embargo, nuestros equipos siguen vigilando de cerca la situación y están preparados para desplegarse y responder cuando sea necesario.