La desnutrición y la malaria son comunes entre las comunidades remotas de Angola, especialmente durante los picos de sequía y fuertes lluvias. Las mujeres y sus hijos son los más afectados. Durante el último año, hemos colaborado con las autoridades sanitarias locales para reducir el impacto de estas enfermedades en las provincias de Huíla y Benguela.
“Es difícil llegar al centro de salud, tardo dos horas caminando”, explica Domingas Luciana después de que su hija, Florença, haya sido atendida en una de nuestras clínicas móviles en la comunidad de Camassissa, una zona remota de la provincia de Huíla, en el suroeste de Angola. “[Mi hija] nació muy flaca y no mejoraba”, añade Luciana.
Florença fue diagnosticada con desnutrición aguda severa y malaria, por lo que fue admitida en nuestro programa ambulatorio de desnutrición en el hospital local. También le dieron medicamentos para la malaria. En solo tres semanas, su salud mejoró mucho. “Desde que la traje a esta clínica móvil y al hospital, para hacer seguimiento, Florença ha mejorado. Me alegra mucho ver que mi bebé se recupera”.
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Joana, trabajadora sanitaria comunitaria, examina a un niño para detectar posible desnutrición. Cuvango, provincia angoleña de Huila. © Mariana Abdalla/MSF
Llegar a las madres y sus hijos en comunidades remotas
Con frecuencia, los niños y niñas sufren desnutrición y malaria al mismo tiempo. La malaria, una enfermedad mortal transmitida por mosquitos, tiene una gran prevalencia en Angola y fue diagnosticada en el 80% de las más de 29.800 consultas médicas que realizamos entre febrero y junio de 2023 en los municipios de Chipindo y Cuvango de la provincia de Huíla.
Si no se trata, la malaria puede conllevar graves consecuencias —particularmente en niños y niñas pequeños— y en algunas partes de Huíla es un desafío hacer diagnóstico y tratamiento a tiempo. “Aquí muchas comunidades viven muy lejos de un centro de salud”, dice Isabel Severino, nuestra supervisora de promoción de la salud y participación comunitaria en Cuvango.
Para llegar a las personas que viven demasiado lejos de los centros de salud, llevamos a cabo clínicas móviles y capacitamos a trabajadores de salud comunitarios para tratar casos leves de malaria y de otras enfermedades en sus propias comunidades. Estos trabajadores también identificaban a los niños y niñas que necesitaban de atención adicional para que fueran derivados a alguna de las 17 estructuras de salud que apoyamos.
“Por lo general, las mujeres [acuden a] mí porque son las que cuidan a los niños. Yo cuido a sus hijos como si fueran los míos”, afirma Joana Mandavela, trabajadora de salud comunitaria en Cuvango.
MSF apoyamos un sistema de derivación con motocicletas, conocidas localmente como kaleluias, para transportar a las madres y sus hijos a los centros de salud. Durante el tiempo que estuvo en marcha, este sistema de referencia sirvió para trasladar a 300 pacientes.
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En la provincia angoleña de Huila apoyamos un sistema de derivación adaptado con motocicletas, conocidas localmente como "kaleluias", para transportar a las madres y a sus hijos. © Mariana Abdalla/MSF
Apoyar la recuperación de los niños y niñas
Los niños y niñas con desnutrición aguda moderada y severa eran incorporados a un programa ambulatorio de MSF, donde recibían alimentación terapéutica, y kits de ayuda compuestos por mantas, vasos y jabón. Los menores que se encontraban en estado crítico eran admitidos en la unidad de desnutrición del hospital.
En total, tratamos a 710 niños con desnutrición aguda, incluida Rosa, de 2 años. “Cuando Rosa ingresó en el Hospital Municipal de Cuvango tenía ampollas por todo el cuerpo”, recuerda Isabel Zua, una de nuestras psicólogas. “Pasaba mucho tiempo en la cama y perdió parte de su movilidad. Después de algunas semanas, cuando comenzó a mejorar, hicimos psico-estimulación con ella. Al cabo de dos sesiones ya se notaba una gran diferencia.”
Los psicólogos como Isabel intentan restablecer la movilidad, la cognición, la confianza y el vínculo entre madre e hijo después de que un niño haya estado en estado crítico durante un período prolongado. “Ella está mucho mejor y yo, muy feliz”, dice Paulina Kassombo, la madre de Rosa.
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Rosa, la hija de Paulina Cassombu lleva tres semanas ingresada en el Hospital Municipal de Cuvango, en el suroeste de Angola. © Mariana Abdalla/MSF
Formación de trabajadores y creación de estructuras duraderas
Más allá del trabajo médico, nuestros equipos de logística y de agua y saneamiento también rehabilitaron estructuras de salud y zonas de desechos, y completaron otros proyectos de construcción, como la reconstrucción de un importante puente que había sido destruido por el uso y que conectaba más de 10 aldeas remotas con el centro de salud de Galangue.
También capacitamos a decenas de sanitarios del Ministerio de Salud y trabajadores comunitarios en varios centros de salud, con énfasis en el tratamiento de la malaria y la desnutrición, así como en el manejo de pacientes en estado crítico.
“La mejor manera de prevenir enfermedades a largo plazo es dejando conocimientos y herramientas que ayuden a transformar el comportamiento y las prácticas de los profesionales médicos y la comunidad local”, asegura Luis Montiel, nuestro coordinador de emergencias para Huíla.
Tras tres años consecutivos de sequía severa y con una alta inflación de los productos alimentarios en Angola, en 2021 las agencias de la ONU alertaron de que estos factores podrían tener un impacto en la desnutrición infantil, particularmente en las provincias del sur del país. MSF realizamos evaluaciones e inició actividades médicas en varios lugares de Angola en 2022.
En Huíla, las evaluaciones rápidas de nutrición no mostraron una tasa alarmante de desnutrición y la sequía en los últimos meses no fue tan grave como se había pronosticado inicialmente. Sin embargo, las tasas de malaria entre la población eran muy altas y las comunidades remotas afrontaban muchos desafíos para acceder a la atención médica. En esta provincia, nuestros equipos dejaron de hacer clínicas móviles a finales de mayo y traspasaron al Ministerio de Sanidad su apoyo a los centros de salud locales en junio. Como parte de este traspaso, donamos suministros, motocicletas y triciclos motorizados para garantizar que las derivaciones de pacientes pudieran seguir realizándose.
MSF seguimos presentes en la provincia de Benguela desde abril de 2022.