Chad: MSF insta a otras agencias humanitarias a incrementar la asistencia a los desplazados

La situación de inseguridad no puede justificar la inacción, según la organización

MSF
02/03/2007

Médicos Sin Fronteras, que ofrece atención de salud, agua potable y bienes de primera necesidad a más de 60.000 desplazados en el sureste de Chad, insta a otras organizaciones humanitarias a hacer más en la región.

Varias agencias humanitarias aseguran que no pueden llevar a cabo sus actividades debido a la inseguridad que impera en la región. “Es cierto que la situación de seguridad en el este de Chad es volátil”, dice Martin Braaksma, coordinador general de MSF en Chad. “Pero teniendo en cuenta las enormes necesidades humanas, creemos que podemos y debemos seguir trabajando aquí”.

En la provincia de Dar Sila, una región al sureste de Chad muy afectada por las recientes violencias, miles de desplazados carecen de alimentos, de agua y de saneamiento. Algunas organizaciones humanitarias trabajan en la capital de la región, Goz Beida, pero MSF se ve desbordada ante las enormes necesidades en las zonas rurales y fronterizas. En muchos lugares, MSF se encuentra sola para asistir a miles de personas.

“En Kerfi, por ejemplo, una localidad remota a 40 kilómetros al sur de Goz Beida, los desplazados viven en refugios de paja; necesitan de forma urgente alimentos, mantas, plásticos para sus cobijos y material de higiene”, asegura la enfermera de MSF Elin Jones. “Pero aparte de nuestra clínica móvil, que ofrece atención de salud una vez a la semana, hasta ahora no han recibido ninguna asistencia”.

Entre los principales problemas de salud aparecen las infecciones respiratorias, las diarreas y las infecciones oculares, unas patologías muy relacionadas con sus precarias condiciones de vida. “El gran número de diarreas indica falta de agua, especialmente de agua potable”, dice Jones. “También hemos observado un aumento de los casos de desnutrición entre los niños, los más vulnerables en los campos de desplazados. Nos preocupa que la gente haya perdido sus medios de supervivencia. Después de vivir varios meses en condiciones muy duras, su situación podría empeorar rápidamente”.

Debido a la escasa presencia de organziaciones humanitarias, MSF ha tenido que ampliar sus operaciones. Cada semana, sus equipos tratan una media de 1.600 pacientes en centros de salud y clínicas móviles en 15 puntos de las provincias de Dar Sila y Salamat. La organización suministra 200.000 litros de agua potable a 23.000 personas diariamente, y ya ha distribuido materiales de primera necesidad como mantas, plásticos, bidones y jabones a cerca de 50.000 desplazados.

“Las necesidades son claras y urgentes; por eso hace falta que más organizaciones humanitarias intervengan rápidamente”, afirma Braaksma. “No podemos entender por qué la repuesta ha sido tan lenta”. MSF está especialmente preocupada por la situación alimentaria, ya que los envíos de comida podrían llegar en cantidades demasiado limitadas antes de que empezara la estación de lluvias en mayo, cuando el acceso a las poblaciones vulnerables se reducirá aun más.

MSF empezó a ofrecer atención de salud a los desplazados del este de Chad en diciembre de 2005. Desde entonces, con más gente huyendo de la violencia, la organización ha tenido que ampliar su asistencia. En el este de Chad, MSF sigue además asistiendo a cerca de 80.000 refugiados venidos de la vecina provincia de Darfur (Sudán) y trabaja en los hospitales de Adré, Iriba, Tiné y Guéréda. La organización está presente en Chad desde 1981.

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