Chechenia: nuevo proyecto de cirugía reconstructiva

Para muchos chechenos, las cicatrices y las heridas mal curadas son un doloroso recuerdo de la terrible guerra que siguen viviendo

MSF
10/11/2006

Once años después del estallido del primer conflicto en Chechenia y a pesar de la retórica oficial declarando que la situación se ha “normalizado”, la mayoría de chechenos todavía lucha con los avatares de la vida presas del miedo, la incertidumbre y la pobreza.

Actualmente, a pesar del implacable conflicto que continúa en Chechenia, las bombas indiscriminadas y los combates en las calles, por fortuna, no están siendo una realidad diaria. Para mucha gente que vive en esta república, las cicatrices y las heridas mal curadas son un doloroso recuerdo de la terrible guerra que siguen viviendo. En un intento de ayudar a reconstruir las vidas de estas personas, MSF ha abierto recientemente un proyecto de cirugía reconstructiva en el principal hospital de referencia de la república, el Hospital Número 9.

“Nos dimos cuenta de que mucha gente con viejas heridas o incapacidades crónicas a causa de la guerra, o víctimas de accidentes de tráfico, simplemente no tenían la posibilidad de acceder a los servicios de cirugía”, explica Manana Anjaridze, coordinador médico de MSF en Rusia. “Muchas personas sólo pueden reunir el dinero necesario para una operación cara cuando es cuestión de vida o muerte. Pero hay muchos otros procedimientos quirúrgicos que pueden mejorar mucho la calidad de vida de las personas”.

Los pacientes que se presentan en las clínicas móviles de ortopedia o trauma son evaluados por el personal del hospital. Los que necesitan cirugía y pueden ser asistidos en el programa de MSF son admitidos, y los cuidados sanitarios y medicamentos son gratuitos. El equipo de MSF incluye un especialista en trauma, cirujanos plásticos y anestesistas. También colabora un fisioterapeuta que hace el seguimiento postoperatorio. El departamento de 20 camas de trauma comparte sala con el de cirugía vascular, así que los pacientes que son admitidos para operaciones vasculares también son asistidos por MSF.

Historias como la de Rustam, que fue herido hace cinco años en una pierna y un pie por la explosión de una mina, son comunes. “Cuando llegó a nosotros, ya había pasado por varias dolorosas operaciones y sin éxito. Ahora hemos empezado a reconstruir su pierna, fijándola con un aparato, así que el hueso dañado podrá curarse. El siguiente paso será volver a colocar el pie torcido. Esperamos que en tres meses pueda volver a caminar”, explica el profesor Yandarov, cirujano checheno.

Para poder hacer estas operaciones reconstructivas, MSF ha rehabilitado y equipado el departamento de trauma. Actualmente, un generador de oxígeno proporciona a los pacientes oxígeno seguro mejor que el inestable oxígeno industrial que se usaba, que en muchas ocasiones tenían que pagar los familiares. El paso de pacientes entre las áreas esterilizadas y las que no lo están en el departamento se ha reorganizado para poder reducir el riesgo de infección.

MSF trabaja con destacados cirujanos chechenos, como el profesor Yandarov. El doctor Khunarikov, un especialista vascular, coordina el programa. Estos dos médicos trabajaban en Chechenia durante la fases más duras de la guerra, viviendo en sótanos y operando a los pacientes en hospitales de campaña improvisados o edificios administrativos. El programa de MSF quiera dar la oportunidad a estos médicos de intercambiar ideas y técnicas quirúrgicas con cirujanos franceses. Tres cirujanos chechenos ya han visitado hospitales en Lyon y Fontainebleau, y están planeadas más visitas.

Desde que empezó el programa, en julio de 2006, 52 pacientes han sido operados. Los médicos de MSF han registrado que accidentes, quemaduras, balas y explosiones de minas causan las heridas. Algunos pacientes han pasado por varias operaciones fallidas o en pobres condiciones en Chechenia o las repúblicas vecinas en los últimos años, y muchos deben afrontar ahora varias cirugías reconstructivas para corregir errores en las operaciones o traumas pasados.

“Uno de mis pacientes, Madina, tenía 18 años en 2002 y vivía en Vedeno –una zona la sur de Chechenia donde los combates eran y son frecuentes– cuando un francotirador le disparó en la cadera con balas explosivas”, recuerda el profesor Yandarov.

“Los huesos de su cadera se hicieron trizas y perdió mucha sangre. Tardó dos días en llegar al hospital por el mal estado de las carreteras y por los numerosos checkpoints. Apenas seguía con vida cuando llegó a nosotros, y conseguí estabilizarla y hacer una operación básica con el equipamiento del que disponía. Sin embargo, tuve que darle el alta rápidamente porque no teníamos espacio en el hospital.

Madina volvió el pasado agosto y, a pesar de que una de las piernas heridas se había curado, la otra no estaba bien y se había torcido, provocándole una dolorosa cojera. Esta vez sí pude hacer lo necesario: volvimos a tratar la pierna, hicimos un trasplante de hueso y los fijamos con una placa de metal. Ahora es capaz de caminar con su pierna”.

La noticia del programa se ha extendido. “Al principio, los pacientes no podían creer que iban a tener acceso a esta clase de operaciones gratuitamente, y trataban de darnos dinero. Pero nosotros lo rechazábamos y ahora ya se han acostumbrado. Creemos que el número de pacientes que vienen a la clínica aumentará”, dice el doctor Khunarikov. MSF tiene previsto hacer entre 25 y 30 operaciones de diversa complejidad cada mes.