Dagu: versión afari del clásico radio macuto... usada de forma muy seria (por Faith Schwieker-Miyandazi y Ken Hagiwara, MSF)

En África, como en todos los lugares del mundo, las formas de comunicación tradicionales han ido evolucionando a lo largo de la historia. Antiguamente, en las bodas, funerales y nacimientos, así como en los rituales en los que se ponía nombre a los bebés y en las celebraciones relacionadas con las cosechas, se hacían retumbar los tambores, se emitían señales de humo para pasar mensajes y se hacían sonar cuernos de animales para festejar el momento.
Sin embargo, con el paso del tiempo, estos medios han ido evolucionando y han salido a escena otras formas de intercambiar información. Hace un par de meses, nuestro viejo amigo Steve nos contaba su reciente encuentro con un Masai Moran, que, ataviado con su vestimenta tradicional, cuidaba de su ganado en uno de los remotos bosques de las tierras altas del Ngorongoro. Y qué tiene esto de extraño, os preguntaréis. Pues a decir verdad, hasta este punto del relato, todo podría considerarse bastante normal, pero lo que a Steve le chocó sobremanera fue el comprobar cómo aquel pastor llevaba a cabo su ancestral labor mientras hablaba por teléfono móvil con algún conocido suyo. “¡Allí arriba! ¡En las montañas!... ¡Y era un pastor masai!”, nos explicaba mientras agitaba los brazos.
La anécdota que Steve nos contaba sorprendido, y que hasta hace apenas una década habría sido del todo impensable, está convirtiéndose en una realidad completamente integrada en la realidad de las comunidades Massai. Es más, hoy en día este sería un hecho que podría declararse como bastante superado, pues lo habitual ahora mismo es que en redes sociales como Twitter nos encontremos con diversas entradas escritas desde cualquier lugar del mundo, incluso desde las zonas más rurales de África.