Foto de la semana: centro de detención de Samos, Grecia
17/06/2016

Abu Jaber y su familia en el campo de Samos, Grecia
© Mohammad Ghannam/MSF
Abu Jaber llegó a la isla griega de Samos con su muyer, Madiha y sus hijos. Huyeron de Alepo, Siria, después de que su casa fuese destruida por un ataque aéreo. Tras cruzar el mar Egeo hasta la isla europea, los llevaron a un o de los llamados"hotspot", un centro de detención, en el que se enfrentan a un posible retorno forzado a Turquía.
Pasados tres meses del acuerdo entre la UE y Turquía, que los Gobiernos europeos consideran un éxito, miles de personas vulnerables han sido abandonadas a su suerte sin importar el coste humano. Como consecuencia directa de este acuerdo, más de 8.000 personas, entre ellas cientos de menores no acompañados, han quedado atrapadas en las islas griegas, donde han estado viviendo en condiciones extremas, en campos superpoblados, a veces durante meses. Estas personas temen ser devueltas por la fuerza a Turquía, y a pesar de esta posibilidad, se les priva de asistencia legal, su única defensa contra una expulsión colectiva. La mayoría de estas familias, que Europa ha decidido apartar de su vista mediante disposiciones legales, han huido de la guerra en Siria, Irak y Afganistán.