Las palabras de nuestra compañera Sarah Vulstyeke, coordinadora de proyectos recién llegada de Gaza, reflejan la magnitud de la destrucción de infraestructuras, edificios y vidas en la Franja. “Todo estaba en ruinas, reducido a montones de escombros. Es desolador y desgarrador. No tuvimos otra opción que actuar de inmediato”, señala.
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Numerosos pacientes esperan a ser atendidos en el centro de atención primaria Sheikh Radwan de la ciudad de Gaza, apoyado por MSF. © Nour Alsaqqa/MSF
Sarah Vulstyeke es coordinadora de proyectos de nuestra organización y recientemente regresó de Gaza, donde coordinó las operaciones con uno de nuestros equipos en el norte de la Franja. Allí gestionamos clínicas móviles para brindar asistencia médica a la población mediante consultas generales, tratamiento de enfermedades no transmisibles, curaciones y promoción de la salud. Durante la primera y la segunda semana de febrero, nuestras clínicas móviles estuvieron desplegadas en el campo de refugiados de Yabalia y en Beit Hanoun. Se realizaron alrededor de 1.200 consultas, de las cuales un 11,6 % correspondieron a niños menores de 5 años. El 23,6 % de las consultas fueron por infecciones del tracto respiratorio superior y se realizaron 169 curaciones.
"Cuando llegamos al primer centro de salud en el norte de Gaza a principios de febrero para evaluar la situación, fue un golpe brutal para todos nosotros. No quedaba nada que evaluar: nos quedamos impactados y nos sentimos impotentes al darnos cuenta de la magnitud de la destrucción de infraestructuras, edificios y vidas.
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Una valla publicitaria anuncia «Bienvenidos a Gaza» en la ciudad de Gaza. © Nour Alsaqqa/MSF
Tras el alto al fuego, una de nuestras prioridades era encontrar la manera de apoyar el acceso a la atención médica primaria para la población de Gaza, especialmente en la zona norte de la Franja. El campo de Yabalia estuvo sitiado y fue bombardeado intensamente por las fuerzas israelíes desde el 6 de octubre de 2024, y las autoridades israelíes redujeron drásticamente la cantidad de ayuda esencial permitida para entrar. Como resultado, decenas de miles de personas quedaron atrapadas en el norte con apenas acceso a atención médica desde octubre, mientras que cientos de miles regresaron allí tras la implementación del alto al fuego a finales de enero de 2025.
La devastación que encontramos en Yabalia es difícil de describir: no quedaba nada, solo escombros. Intentamos evaluar el estado de los centros de salud. Visitamos el primero y estaba arrasado. Luego el segundo, el tercero... Todo estaba en ruinas, reducido a montones de escombros. Es desolador y desgarrador. Al ver la magnitud de la destrucción, no tuvimos otra opción que actuar de inmediato.
"Intentamos evaluar el estado de los centros de salud. Visitamos el primero y estaba arrasado. Luego el segundo, el tercero... Todo estaba en ruinas".
Sarah Vulstyeke, coordinadora MSF sobre Yabalia, Gaza
El mayor desafío fue iniciar y organizar actividades médicas en medio de los escombros. Nos llevó una semana despejar suficiente espacio con la excavadora que alquilamos, solo para instalar una estructura temporal. Durante la primera semana, nos estacionamos al lado de la carretera y comenzamos nuestras actividades. Más adelante, conseguimos instalar tiendas de campaña y refugios donde los pacientes pudieran esperar su consulta. Hacía un frío extremo pero, aun así, cientos de personas acudían cada día.
Las personas en Gaza, al igual que nuestros equipos, están decididas a tratar de reconstruir lo que han perdido, a pesar de las enormes dificultades que enfrentan a diario. La situación sigue siendo extremadamente precaria, y nos preocupa profundamente el impacto que podría tener el bloqueo de la ayuda humanitaria a Gaza. La población aún necesita con urgencia un aumento masivo en la entrega de suministros humanitarios, y es inaceptable que una vez más se le impida recibir la asistencia que tanto necesita".
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