Grecia: las pésimas condiciones de vida provocan tensiones en el centro de detención de Pagani
Dos meses después de que MSF volviera a trabajar en el centro de detención de Pagani, en la isla de Lesbos, la situación sigue siendo extremadamente preocupante

Las personas en el centro de detención de Pagani soportan pésimas condiciones de vida y además, tienen que hacer frente a una constante angustia e incertidumbre sobre su futuro. En las últimas semanas, la población detenida ha protestado cada vez más abiertamente por las condiciones de vida y saneamiento. Los grupos más vulnerables, como las mujeres, los niños, los adolescentes o las personas con necesidades médicas especiales, tienen que sufrir las consecuencias de estas tensiones y padecen unas condiciones de vida inhumanas. Debido a este malestar, cada vez es más difícil para MSF prestar apoyo psicosocial a los grupos más vulnerables de inmigrantes.
“Las tensiones dentro del centro de detención suponen un serio obstáculo para nuestros esfuerzos de ayudar a la gente que necesita nuestro apoyo. Cada día, me enfrento a situaciones muy duras mientras la gente detenida está llegando al límite”, explica Martha Falk, psicóloga de MSF que trabaja en Pagani. Martha, con la ayuda de dos intérpretes, presta apoyo en salud mental a los que más lo necesitan, a través de sesiones individuales y de grupo. No obstante, las necesidades psicosociales son mucho mayores y el trabajo de MSF sería más efectivo si las necesidades básicas de los inmigrantes estuvieran cubiertas.
El equipo de MSF habla diariamente con personas que vienen de países devastados por la guerra, como Afganistán, Irak o Somalia, y han vivido experiencias traumáticas en sus país de origen y durante el viaje a Europa. Algunas personas sufren estrés postraumático y síntomas de ansiedad y de angustia. Sin duda, el estado de su salud mental se ve agravado al estar detenidos en un lugar donde las condiciones de vida y de saneamiento son extremadamente pobres. El hacinamiento en las celdas y el deterioro de las condiciones son una seria amenaza para la salud mental de muchos detenidos.
El número de detenidos en el centro suele ser superior a 800 personas –hace algunas semanas alcanzó las 1.200 personas– en una estructura que según las autoridades locales tiene una capacidad máxima para 300 personas. Muchos de los detenidos son menores no acompañados, mujeres con niños menores de 5 años, mujeres embarazadas e inmigrantes indocumentados con necesidades médicas especiales. “Cuando visité el centro de detención de Pagani ayer, 21 de octubre, vi que en la celda de las mujeres de aproximadamente 200 metros cuadrados había 211 personas, aproximadamente 140 mujeres y 70 niños. Muchos de los niños eran menores de 5 años de edad, incluso menores de un año. Las condiciones en la celda eran horribles, porque los dos lavabos y las dos duchas no funcionan y una parte considerable del suelo está inundada de agua. La mayoría de las mujeres y de los niños duermen encima de sucios colchones en el suelo que cubren toda la celda”, declara Micky van Gerven, coordinador general de MSF en Grecia.
Las autoridades nacionales deberían emprender acciones inmediatas para responder a las necesidades humanitarias de esta población, teniendo especialmente en cuenta las necesidades de los grupos de inmigrantes indocumentados más vulnerables.
Desde principios de septiembre de 2009, MSF también ha proporcionado apoyo psicosocial a inmigrantes indocumentados en otros dos centros de detención en el norte de Grecia, en Fylakio (Evros) y en Venna (Rodopi), con la ayuda de dos psicólogos y tres traductores.