Haití: Atención sanitaria especializada para los grandes quemados

Entrevista a Rémy Zilliox, cirujano plástico.

MSF
18/05/2010

Debido al terremoto del pasado 12 de enero, el hospital de Médicos Sin Fronteras (MSF) La Trinité, en Puerto Príncipe, quedó completamente inutilizable. Y dado que era el único en Haití que ofrecía servicios especializados para grandes quemados, la isla se quedó durante un tiempo sin ninguna estructura donde se atendieran las necesidades específicas de estos pacientes. 

En la capital haitiana, en el hospital Saint-Louis, una de las nuevas estructuras médicas que MSF ha instalado tras el desastre, se abrió dos meses y medio después una unidad dedicada a la atención sanitaria a los grandes quemados en la que se incluye un bloque operatorio. El Doctor Rémy Zilliox, cirujano plástico y experto en quemados que ejerce en el centro de grandes quemados de Lyon, ha trabajado allí durante tres semanas.

¿Cuáles son las principales causas de las quemaduras?
Empecé a trabajar en el servicio de grandes quemados justo después de su apertura, a finales de marzo. Por aquel entonces, cada día teníamos entre dos y tres ingresos de diversa gravedad. La primera causa de las quemaduras está ligada a las condiciones de vida tan precarias que afrontan los cientos de miles de personas que aún siguen viviendo en refugios temporales. 

Mucha gente comparte un solo espacio, a menudo minúsculo, en el que se desarrolla toda la vida familiar: en el duermen y cocinan, allí los niños juegan.... así que muchas personas suelen quemarse por accidentes domésticos. Unas veces es una olla con agua o una sartén con aceite hirviendo y otras veces es una manta que prende en llamas debido a una chispa… Nos llegan sobre todo muchos niños, tantos que tuvimos que instalar una tienda adicional. En total, el servicio cuenta con tres tiendas y 30 camas para grandes quemados, tanto niños como adultos. 

Los hombres suelen quemarse al manipular productos inflamables, sobre todo bidones de gasolina. La falta de combustible hace que la gente lo almacene y ello hace aumentar el riesgo de accidentes. También he visto gente con quemaduras eléctricas que son especialmente graves. Los cables eléctricos que hay por el suelo representan un gran peligro. He tenido que amputar pies o manos de cuatro pacientes con quemaduras eléctricas y dos de ellos no sobrevivieron a las quemaduras que habían sufrido. 

Antes del terremoto, al hospital La Trinité ya venían pacientes quemados en accidentes domésticos o también electrocutados, pues las instalaciones eléctricas ya eran malas, sobre todo tras el ciclón de 2007. Las causas no han cambiado tanto, pero las quemaduras ahora son más frecuentes y más graves porque hay muchos más habitantes viviendo en condiciones todavía más precarias que antes.

¿Por qué se necesita un servicio médico especializado?
Al no existir un servicio especializado para la atención a grandes quemados ni en Haití ni en Santo Domingo, decidimos abrir esta unidad en 2006 en el hospital Trinité. Uno de los retos principales es reducir el riesgo de infecciones nosocomiales (infección contraída en el hospital por un paciente internado por una razón distinta de esa infección) en el interior del servicio. La nueva estructura, bajo tiendas, ha demostrado ser idónea, puesto que cada espacio se ha divido para limitar la circulación del aire y la contaminación. 

Tanto el personal sanitario como las visitas deben ponerse equipos de protección antes de entrar en el servicio. Un paciente quemado generalmente necesita cuidados muy regulares durante un periodo de tiempo que puede oscilar de tres semanas a un mes y hay que cambiarle los vendajes cada dos días hasta su total recuperación. Esto se efectúa en el bloque operatorio para evitar la infección y porque, en numerosos casos, es necesario anestesiar al paciente para disminuir el dolor. Puede tardarse media hora en cambiar un ventaje, pues hay que limpiar la superficie quemada y después envolverla con un tejido graso, gasas y vendas. 

En el caso de los grandes quemados, los cuidados diarios son complejos y se hace indispensable disponer de equipamiento técnico para hacer injertos de piel. Practicamos de tres a cuatro injertos de piel cada día, tantos como podemos siguiendo la técnica de necretomía precoz con injerto. Esta operación se efectúa entre 5 y 10 días después del accidente. Se trata de eliminar las zonas muertas y recubrir el área quemada con un injerto de piel laminar. A la piel que hay que injertar se la hace pasar por una máquina que aumenta su superficie. Esto permite extirpar menos piel del paciente y cuanta menos piel extirpemos mejor, ya que al paciente sólo se le puede injertar su propia piel. Es una intervención que únicamente puede practicarse cuando se dan las condiciones idóneas para ello, sobre todo con un banco de sangre para las transfusiones. 

Tras el terremoto, reabrir este servicio pasó a ser una prioridad. Todavía tenemos que mejorar el sistema de referencia puesto que recibimos pocos pacientes quemados de otras estructuras médicas y algunos cuando llegan ya es demasiado tarde para asegurar un tratamiento óptimo. Para los grandes quemados, las 24 horas posteriores al accidente son cruciales.
 
¿Cuáles son los primeros cuidados que se dispensan a los grandes quemados?
Los pacientes quemados pasan primero por el servicio de urgencias del Saint-Louis, donde reciben primeros auxilios por parte de médicos con una formación específica. Éstos evalúan la gravedad de la quemadura y su causa, y si la superficie y la profundidad de la quemadura lo requieren, hacen una percusión al paciente para reanimarle. Éste es uno de los primeros auxilios que se dispensan, puesto que el paciente quemado pierde mucha agua y muchas sustancias nutritivas a través de la sangre. Después hay que juzgar si se debe operar de urgencia o no, principalmente practicar una traqueotomía o una incisión de descarga (incisión en el área quemada). 

Es necesario hacer una traqueotomía cuando los pulmones o la boca han resultado quemados impidiendo la entrada de oxígeno. Otro caso frecuente por ejemplo es cuando la quemadura comporta un fenómeno de agarrotamiento a nivel del cuello y tórax. En tal caso hay que practicar una incisión en la zona quemada para liberar el obstáculo que impide la respiración o que la sangre circule en las piernas y las manos. En cualquier caso, la intervención quirúrgica de urgencia debe practicarse dentro de las primeras seis horas de haberse producido el accidente. Por tanto, uno de nuestros objetivos es establecer lazos de cooperación con otras instituciones para mejorar juntos el sistema de referencia para grandes quemados. 


La historia de Walderson 

Desde hace más de un mes, Walson y su esposa han estado día tras día en el hospital Saint Louis junto a la cabecera de la cama de su hijo Walderson, de apenas cinco años de edad. Entre los dos hacen turnos para cuidar de él y de sus otros tres hijos, que permanecen en una pequeña tienda que han instalado frente a las ruinas de lo que un día fue su casa, en el barrio Delmas 33. 

Hace algunas semanas, Walderson sufrió quemaduras de tercer grado en su pierna derecha y en el 12% de su cuerpo. Su madre estaba cocinando en el interior de la tienda mientras él jugaba con su hermano gemelo. En un momento dado, los pantalones de Walderson se engancharon en una olla de agua hirviendo y esta se cayó al suelo. “Ça faisait mal ampil”, dice en creole. “Me dolió mucho”. 

Walderson tuvo mucha suerte de que su madre reaccionara tan rápidamente tras el accidente, pues es muy importante que los pacientes quemados reciban cuidados médicos lo antes posible. “Los primeros días tenía ampollas en la piel y muchísimo dolor”, explica su padre. Hasta hace bien poco había que llevarle a la sala de operaciones y el personal médico no tenía más remedio que anestesiarle para poder llevar a cabo el tratamiento, pero ahora el personal que le atiende se limita a cambiarle las vendas cada dos días y a limpiarle las heridas. 

Durante todo el tiempo que lleva ingresado, la gran tienda esterilizada de la unidad de quemados se ha convertido en su patio de recreo, aunque él ya tiene otros planes para cuando le den el alta: “Quiero ir a la escuela para aprender y también quiero salir al exterior para jugar al fútbol”. Walderson está haciendo grandes esfuerzos por recuperarse cuanto antes y la evolución está siendo buena, así que en unos días estará de nuevo jugando junto a sus hermanos.