Eso es exactamente lo que está sucediendo en el este de Chad, a donde se estima que han llegado 682.000 personas -en su mayoría mujeres, niños y niñas- huyendo de la brutal guerra en Sudán que dura ya más de un año. Aquí, en Metche, hemos montado un hospital de campaña en el que proporcionamos asistencia médica en áreas tan críticas como urgencias, salud materno-infantil, pediatría, atención primaria, salud mental y violencia sexual.

Por Víctor García Leonor, coordinador de emergencias en Médicos Sin Fronteras:

¿Qué pasaría si en apenas un año llegaran cientos de miles de personas huyendo de la violencia a una zona árida donde no hay absolutamente nada? ¿Dónde y de qué vivirían? ¿Qué comerían? ¿Cómo conseguirían agua? ¿Quién les atendería si cayeran enfermos? ¿Cómo les recibirían las poblaciones locales? 

Eso es exactamente lo que está sucediendo en el este de Chad, a donde se estima que han llegado 682.000 personas, en su mayoría mujeres, niños y niñas, huyendo de la guerra en Sudán que comenzó en abril de 2023.

  • Hospital de campaña de MSF en el campo de Metche, este de Chad

Y es que el conflicto y su violencia extrema está provocando que estas personas tengan que huir de su país y se encuentren en una situación límite de supervivencia.

Familias enteras llegan sin nada a pequeñas ciudades fronterizas como la de Adré, donde acampan construyendo chozas con plásticos, telas y cañas. En este campo de tránsito improvisado sobreviven como pueden a la espera de poder trasladarse a otros campos mejor organizados, como el de Metche. La falta de alimentos, una desnutrición amenazante y la escasez de servicios de agua y saneamiento dan lugar a una combinación letal.

A pesar de que las comunidades chadianas de acogida viven en zonas con muy pocos recursos, desde el primer momento compartieron lo poco que tenían con ellas. Pero la continua llegada de decenas de miles de personas ha puesto al límite la subsistencia de todos.

Uno de los mayores riesgos a los que se enfrentan estas personas es la falta de agua. Aquí no hay ríos, apenas llueve, se alcanzan fácilmente los 45 ºC y la única fuente de agua disponible son los pozos subterráneos. Aunque nuestra labor principal no consiste en proporcionar agua, desde el comienzo de esta crisis nuestros equipos han distribuido la mayor parte del agua potable en los campos de Adré, Aboutengue, Metche y Al Acha porque casi no hay nadie más que lo esté haciendo. Sacamos el agua de pozos, la potabilizamos y la distribuimos en camiones cisterna. Repartimos más de 600.000 litros de agua al día, pero no son suficientes.

Para que te hagas una idea, en estos campos se distribuyen aproximadamente 11 litros por persona y día, cuando en situaciones de emergencia como la que estamos viviendo lo recomendado son 20 litros. También necesitamos una acción rápida para mejorar la infraestructura de saneamiento y aumentar el acceso de las personas al agua potable. Si esto no sucede, corremos el riesgo de un aumento de enfermedades prevenibles y de muertes: en el campamento de Adré solo hay una letrina por cada 677 personas, cuando el estándar mínimo recomendable es de una letrina para cada 20 personas.

  • Crisis de agua y saneamiento en el campo de Metche.

En estos campos del este de Chad ya hemos detectado efectos secundarios de esta escasez: casos de hepatitis E, afecciones cutáneas, infecciones gastrointestinales y diarrea, especialmente peligrosa para niños y niñas con desnutrición, que son miles.

Son niños y niñas que han conseguido sobrevivir a la violencia extrema en Sudán y a los peligros de la huida, pero que han llegado a Chad en un estado de salud límite. Solo durante 2023, nuestros equipos trataron a más de 14.000 niñas y niños con desnutrición en distintos programas ambulatorios. Casi 3.000 pequeños fueron hospitalizados en estado grave por desnutrición aguda grave y por complicaciones derivadas. Y es que a Chad apenas está llegando ayuda nutricional y alimentaria de emergencia. Lo que estamos viviendo aquí es un verdadero desierto humanitario.

Sin embargo, a pesar de esta situación tan crítica y con los recursos limitados que tenemos, estamos haciendo todo lo posible para atenderles.

Un buen ejemplo es nuestro hospital de campaña en Metche montado con lonas en medio de la nada. Actualmente, desde este hospital proporcionamos asistencia médica en áreas tan críticas como urgencias, salud materno-infantil, pediatría, atención primaria, salud mental y violencia sexual.

Esta última área es especialmente importante aquí, ya que la violencia sexual es, desgraciadamente, otra arma de guerra atroz. Una prueba cruel de ello es que, nueve meses después del inicio del conflicto, ha habido una ola de nacimientos en los campos de refugiados, consecuencia de las violaciones que sufrieron muchas mujeres durante su huida. La mayoría se vieron obligadas a irse de Sudán sin sus maridos y al cargo de sus hijos y de otros niños y niñas que se han quedado huérfanos.

  • Massakory - Respuesta de emergencia de desnutrición de MSF

Nos cuentan historias terribles. Lo que más les preocupa es no saber cómo van a subsistir.

Por eso, además de las necesidades básicas, queremos ayudarlas con atención médica y psicológica para que se puedan organizar en este nuevo modo de vida.

La realidad no parece que vaya a mejorar y las necesidades de asistencia médico-humanitaria siguen siendo enormes. Por eso, nuestro compromiso es permanecer aquí atendiendo a las personas refugiadas y a la población local mientras dure esta emergencia y también cuando mejore la situación. La mejor prueba es que, mientras te escribo estas líneas, en el hospital de Metche estamos construyendo unos quirófanos y una farmacia con ladrillos porque queremos que esta infraestructura médica sea permanente.

Nuestro objetivo es que este hospital atienda regularmente a las 150.000 personas que viven sin ningún tipo de atención médica en esta zona y que sea el hospital de referencia para otros muchos campos.

Disponer de un hospital de referencia como el de Metche es fundamental para que las personas refugiadas y locales puedan hacer frente a muchas de las enfermedades que les amenazan cada día. Por ejemplo, ahora que aquí ya ha empezado la temporada de lluvias, están proliferando los mosquitos que transmiten la malaria. En este hospital podremos administrar los tratamientos antimaláricos para atender a quienes ya tienen malaria, una causa frecuente de mortalidad entre los más pequeños.

  • Crisis de agua en el campo de personas refugiadas y retornadas de Metche

A veces, las emergencias nos obligan a construir un hospital en medio de la nada

Inicialmente, construimos nuestro hospital de campaña en el campo de Metche con carpas y estructuras semipermanentes. Ahora estamos construyendo los quirófanos y una unidad de farmacia con ladrillos. El hospital proporciona asistencia médica en áreas tan diversas como urgencias, cirugía, salud materno-infantil, pediatría, atención primaria, salud mental y violencia sexual.