“En la crisis de los refugiados estamos ante un problema de voluntad política no de capacidad”

El periodista de MSF Guillermo Algar entrevista a Àngels Barceló, directora y presentadora de Hora 25 (Cadena SER).

MSF
14/12/2015

A punto de cumplir nueve años en Hora 25, Àngels Barceló confiesa que dejó la televisión para poder abordar temas que no ‘vendían’. Tres horas diarias le permiten aportar calma a una actualidad que reconoce que lo acaba devorando todo.

 

MSF fue creada por médicos y periodistas ¿Qué crees que aporta esta simbiosis al espíritu de la Organización?

Lo sabía pero no me lo había planteado hasta ahora. Desde luego, se nota en que MSF tiene una de las mejores políticas de comunicación. Nunca lo había pensado hasta ahora, quizás este sea uno de los motivos del éxito de MSF.

Tras años trabajando con ONG como fuentes de información¿Ves una profesionalización en la forma en la que comunican?

En mi esquema mental nunca ha estado la concepción de una ONG como algo romántico fruto del espíritu de cuatro idealistas. Ha sido un mito que nunca he compartido. Y el tiempo, cuando he visto cómo trabajan y he entrevistado a sus integrantes me ha reafirmado en que la profesionalización es fundamental para que su trabajo tenga impacto. La profesionalización no le quita mérito a lo que hacen las ONG y resulta esencial para trabajar en las condiciones en la que lo hacen.

¿Están sustituyendo, en cierta forma, cooperantes y expatriados de ONG a los corresponsales y enviados especiales de los medios como fuentes y contactos con el terreno?

Sí, rotundamente sí. La razón es que debido a la crisis y a la precariedad de los medios cada vez es más complicado desplazar periodistas a los lugares de la noticia. Esto solo se hace en momentos muy puntuales. Hace poco, en Hora 25 recordamos la situación de los refugiados cuando ya no teníamos enviados sobre el terreno. Los tuvimos en septiembre, en el pico de mayor actualidad, pero ahora ya no. Hicimos un especial de una hora de radio con Médicos Sin Fronteras y otras ONG que seguían estando junto a los refugiados. Los portavoces en terreno de las ONG tienen una rigurosidad y credibilidad increíbles. Desde luego, han llegado a sustituir en algunos casos a la figura del corresponsal por esta precariedad de los medios que hablamos. La situación idílica sería que los periodistas estuvieran sobre el terreno y que desde allí explicaran lo que hacen las Organizaciones, pero eso sería en un mundo ideal que no es el actual.

¿Cómo definirías la actuación de los estados europeos en la actual crisis de refugiados? ¿Y del Gobierno español?

La actuación es lamentable. No puedo entender la falta de reflejos, al margen de otras consideraciones, que tienen los países de la UE para permitir que lo que está pasando suceda en sus propias puertas. Las otras consideraciones son ideológicas, que son las que más me preocupan. Al final, la ausencia de reflejos lo que demuestra es que pesa mucho la ideología. La actuación de los países del Este está siendo vergonzosa, como también lo es la actuación de España como se constató cuando el presidente del Gobierno se alineó con los estados del Este en contra de un mecanismo de asilo y refugio permanente. Y todo ello cuando hemos sido un país de constante emigración y cuando recibimos inmigrantes desde África en Ceuta y Melilla ¿Cómo podemos mantener esta postura? Si algo suple la actuación de los Estados es la gente; me sigue impresionando la actuación de los ciudadanos en nuestra frontera y en las fronteras de Grecia e Italia. Debería avergonzar a algunos de los dirigentes de estos países el hecho de que sea su gente quien tenga que hacer lo que ellos no hacen. También resulta vergonzosa la actuación de la UE por su inacción.

¿Crees que medios, ciudadanos y clase política hemos ignorado la crisis humanitaria siria hasta que los refugiados han perdido la esperanza y han emprendido el éxodo hacia las puertas de Europa?

Sí, absolutamente. Y creo que se sigue ignorando. De vez en cuando nos planteamos el origen de la crisis, la guerra en Siria, pero nos quedamos ahí, no avanzamos ni profundizamos. Antes de la salida de los refugiados hacia Europa ha habido decenas de miles de muertos. Si imágenes como las de Yarmouk (el campo de refugiados palestinos en Damasco) esperando el reparto de comida no movilizaron las conciencias de todos ¿qué tendría que movernos? Los refugiados lo han conseguido porque los tenemos en la puerta. Estuvimos en Zaatari y los refugiados ya estaban allí, y había miles, y lo contábamos pero cómo estaban en Jordania no pasaba nada. Estamos poniendo el foco en Siria porque los tenemos aquí; si no, hubiéramos seguido como hasta ahora.

¿Tienen los estados de la UE la capacidad para acoger a más refugiados de lo que han acordado en las últimas cumbres? ¿y la voluntad política?

Por supuesto que tienen capacidad. Estamos hablando de un número miserable. En el acuerdo al que llegaron iban a distribuir 160.000 personas, poco más que las que caben en el Santiago Bernabéu o en el Nou Camp. ¿De verdad Europa no tiene capacidad para acogerles? Estamos ante un problema de voluntad política. Y la prueba la tenemos en nuestro propio país. Los datos de asilo y refugio que da el Gobierno son lamentables. En España no se ha creído en el sistema de asilo y refugio. Al final todo se reduce a una cuestión ideológica.

Parece que los europeos estén premiando discursos abiertamente anti-refugiados (véase el caso de Polonia) frente a posturas a favor del respeto de las convenciones de refugio como podría ser el caso de Alemania ¿Qué explicación puede tener esta tendencia?

Tenemos que tener en cuenta un elemento que me parece clave. Cuánto más tarden los estados en adoptar una política rotunda con el tema de asilo más alas se dan a todos aquellos que tienen una postura anti refugio y anti inmigración. La lentitud y, sobre todo, la falta de un discurso contundente y de un liderazgo por parte de las autoridades provocan movimientos como los que estamos viendo, como la manifestación en Alemania del movimiento Pegida. El sentimiento xenófobo, que ya existe en algunas zonas, irá en aumento si las autoridades no actúan de forma rotunda.

¿Qué tripulación de un barco de salvamento crees que tendría más posibilidades de cambiar lo que venimos viendo en los dos últimos años en el Mediterráneo: una compuesta por médicos, periodistas o políticos?

(Risas). Una tripulación formada por médicos y periodistas aseguraría que la misión tendría éxito. Si la tripulación estuviera compuesta por políticos, el resultado sería que la operación no funcionaría. Además, cuando éstos regresaran a sus países olvidarían por completo lo que hubieran visto en el barco, como se han olvidado de las imágenes de las víctimas y de los naufragios y de los refugiados. Porque han demostrado que no hay voluntad aunque comprueben la crisis sobre el terreno. Estuvimos en Lampedusa tras el primer naufragio y recuerdo las declaraciones políticas en el sentido de que no podía repetirse un hecho así y, sin embargo, volvió a pasar.

En las últimas semanas hemos asistido al bombardeo de hospitales de MSF en Afganistán y Yemen por parte de Coaliciones lideradas por EE. UU. y Arabia Saudita ¿Consideras que estamos ante hechos puntuales o ante un intento premeditado de cambiar las leyes de la guerra?

Hay un intento voluntario de cambiar las leyes de la guerra. Empecé a pensarlo ya cuando mataron a Couso en Bagdad. Y lo pensé así desde el día en que dispararon contra un hotel donde sabían perfectamente que se alojaba la prensa cuando una de las leyes de la guerra es la protección de los periodistas en un conflicto; entonces pensé que las cosas habían cambiado. Hasta ese momento, un hotel de periodistas era sagrado. En el caso del bombardeo sobre el hospital de MSF en Kunduz está claro que no estamos ante un error ni ante un daño colateral. Conocían su ubicación y MSF avisó cuando empezaron los ataques aéreos, el ataque es producto de la voluntad de golpear. Creo que las leyes de la guerra han cambiado. La prueba es que MSF cada vez tiene más dificultades para estar en los conflictos y tiene que retirarse de algunas zonas y, al mismo tiempo, los periodistas estamos en menos lugares porque no podemos. Y se ha visto en Siria donde hay periodistas secuestrados. El resultado es que ONG y medios desparecen de las zonas en guerra.

En estos tiempos de información sin pausa a los que parece abocar Internet a los medios ¿Qué creéis que aportan los análisis y especiales que cada noche realizáis en Hora 25?

Claridad. Todos deberíamos tener espacio para ello. Y la audiencia lo agradece. Estoy cansada de escuchar: “si el oyente no recibe información rápida se desconecta”. No es así. Los invitados vienen tan acostumbrados a que se les pidan intervenciones cortas que se sorprenden cuando les decimos que tenemos toda una hora para abordar un tema. Los especiales que hacemos aportan calma a cualquier debate.

Alfonso Armada dijo que los medios están ahogando la realidad con la soga de la actualidad ¿Coincides con él?

Coincido con Alfonso. Afortunadamente, en Hora 25 no lo hacemos, pero sí es cierto que todos los medios hemos entrado en la dinámica de la actualidad política que relega todo a un segundo plano. Hace unas semanas nos empeñamos en volver a tratar el tema de la crisis de los refugiados porque parecía que éstos habían desaparecido de la faz de la tierra y lo cierto es que siguen estando ahí. Tenemos que hacer un esfuerzo para abrir sitio a otras cuestiones más allá de la actualidad política. Afortunadamente, en el programa tenemos espacio, contamos con tres horas para dar cabida a muchos temas. Otro tema sería abrir el debate si estos temas ‘venden’ o no. Precisamente dejé en su día la televisión porque me planteaba poder abordar temas que no ‘vendían’. Afortunadamente, aquí en la radio todavía podemos, pero sí es cierto que la actualidad acaba devorándolo todo, es una trituradora.