La desinformación, enfrentada desde dentro (por Segimon García-Prades Querol)

En los primeros días de la epidemia de cólera, debido a los malentendidos, la respuesta de una parte de la sociedad haitiana estuvo repleta de incomprensión, y agresividad en algunos casos. A veces contra los enfermos. A veces contra los Centros de Tratamiento de Cólera. Las imágenes de cadáveres abandonados en la calle o turbas enfurecidas salpicaron los noticiarios europeos. Me pregunto qué ocurriría en Europa. Aunque de hecho esto ya ocurrió. Hasta en mi propia ciudad.
En 1853, una epidemia de cólera cayó sobre la ciudad de Barcelona. No era la primera, ni sería la última. Los ciudadanos que podían huían de la ciudad sin saber que tal vez, allá donde fueran, la epidemia causaba ya estragos o que ellos mismos eran portadores de la enfermedad.
Las autoridades, desconociendo el origen y transmisión de la enfermedad, decidieron alentar a los ciudadanos a encender hogueras en medio de la ciudad, donde quemaban alquitrán con el fin de aniquilar los gérmenes que se suponía se transmitían por el aire, con lo cual no sólo no evitaron la propagación de la enfermedad, sino que hicieron más irrespirable y dantesca la vida en Barcelona. La ciudad quedó abandonada, muchos comercios cerraron temporalmente.