La destrucción de vidas y hogares impide a la población regresar con seguridad a Rafah
Nuestro equipos recorren la zona por primera vez desde la evacuación forzosa en mayo y son testigos de la devastación masiva de la ciudad del sur de Gaza.
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Tras 15 meses de guerra de Israel contra Gaza y la aplicación del alto el fuego el 19 de enero, los palestinos desplazados intentan regresar a sus hogares en la ciudad de Rafah, en el sur de la Franja. Según Naciones Unidas, cerca del 70% de las estructuras de Gaza han quedado dañadas o destruidas. Médicos Sin Fronteras (MSF) seguimos pidiendo un aumento masivo e inmediato de la ayuda humanitaria.
“Los servicios de salud, la entrada de la ayuda humanitaria, y la reconstrucción de la ciudad son necesarios para que la vida pueda volver a Rafah. Pero todavía es demasiado peligroso que la gente regrese a la mayoría de las zonas”, afirma la coordinadora de apoyo a emergencias de MSF, Pascale Coissard. “De camino a visitar la antigua clínica Shabboura de MSF en Rafah, vimos a un niño jugando con un proyectil en la zona de Al Mawasi. Aunque ya no se oyen las bombas, sigue habiendo peligros”, añade Pascale.
La gente intenta reconstruir su vida entre los escombros. Rafah está destruida, las casas, tiendas, calles e instalaciones sanitarias están en ruinas y los sistemas de electricidad y agua están profundamente dañados. También hay inseguridad debido a proyectiles de artillería sin detonar dispersos entre los escombros de los edificios, que tardarán años en limpiarse.
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© MSF
En mayo de 2024, Rafah acogía a la mayor concentración de palestinos desplazados de la Franja de Gaza: aproximadamente 1,5 millones de personas vivían en ella en tiendas de campaña y refugios improvisados. En estas condiciones inhumanas, la población se enfrentaba a brotes de enfermedades, desnutrición y al impacto psicológico de haber sido desplazada por la fuerza en múltiples ocasiones.
Los equipos de MSF —que trabajaban en Rafah y habían estado prestando asistencia sanitaria básica y apoyo en salud mental en la clínica de Shaboura y apoyando la atención pediátrica y de maternidad en el Hospital Emiratí del Ministerio de Salud gazatí— se vieron obligados a cerrar actividades y evacuar la zona tras los continuos bombardeos y órdenes de evacuación de las fuerzas israelíes. La amenaza inminente de una invasión terrestre por parte de las fuerzas israelíes se materializó el 6 de mayo de 2024.
Las operaciones militares de las fuerzas israelíes provocaron el abandono total de Rafah, la destrucción masiva de la ciudad y el cierre del paso fronterizo de la ciudad, lo que dificultó gravemente el suministro de ayuda humanitaria a toda la Franja. Rafah era también el hogar de muchos de nuestros colegas, que se vieron obligados a huir a otras partes de Gaza.
“Es extremadamente difícil volver al mismo lugar que antes estaba lleno de vida”, explica la coordinadora médica de apoyo de MSF, Nadia Abo Mallouh, que trabajaba en el Hospital Emiratí. “Ni siquiera hemos conseguido reconocer las calles donde estaba el Emirati. Es triste ver el hospital que daba vida totalmente vacío, sin señales de vida, todo está destruido”, dice Nadia.
Como consecuencia de las infraestructuras devastadas, faltan asistencia sanitaria y otros servicios básicos. Muchas personas intentan regresar a Rafah pero no pueden, ya que encuentran sus casas destruidas; a veces sus barrios están irreconocibles. Pasará mucho tiempo antes de que la población pueda regresar con seguridad a la ciudad.
“Sinceramente, la imagen [de Rafah] es espeluznante; tanta destrucción”, describe el vigilante de MSF, Hadi Abo-Eneen, desplazado de la ciudad de Rafah en mayo que visitó la zona tras el alto el fuego. “Seguí caminando, con la esperanza de encontrar algo de mi casa. Estaba completamente destruida. Fue un shock enorme, porque allí estaba toda mi vida: mi hogar. Allí están los recuerdos de mi familia, mi mujer y mis hijos. Mis pertenencias, la ropa, la vajilla, los recuerdos de mi boda: todo”, lamenta Hadi.
Mientras tanto, la gente sigue sobreviviendo en tiendas improvisadas, en su mayor parte, en la zona costera de Al Mawasi. Allí no cuentan con un refugio adecuado, ni acceso a alimentos y agua, y los servicios sanitarios son limitados. Al mismo tiempo, los palestinos del norte de Gaza se enfrentan a condiciones igualmente terribles, tras el reciente y brutal asedio militar israelí, que dejó la zona completamente destruida.
Nadia Abo Mallouh, coordinadora médica de apoyo de MSF. “El alcance de la destrucción es masivo. La gente intenta volver, pero cuando ven que todas sus casas y todos sus proyectos están totalmente destruidos deciden regresar Al Mawasi. Como hemos visto, no hay medios de vida en Rafah.
La zona de Tal Al-Sultan es horrorosa, es solo una montaña de escombros. Ni siquiera hemos podido reconocer las calles. Cuando llegué a [Hospital] Emirati, no podía ni siquiera reconocer que era un hospital, ni siquiera la calle del hospital. El hospital que daba vida estaba como totalmente vacío, sin signos de vida, todo está totalmente destruido. No hay palabras para describir las escenas que hemos presenciado en la ciudad de Rafah. Me siento mal porque la ciudad, en enero, febrero, hasta mayo albergaba a más de 1,3 millones de personas. Y ahora apenas pudimos ver gente, incluso la gente que pudimos ver regresa a Al Mawasi o a Jan Yunis por el nivel de destrucción, porque no hay agua, ni infraestructura, y porque creen que no hay seguridad cerca del Emirati y de Shaboura. Pudimos ver el Corredor Filadelfia, vimos los tanques moviéndose, así que incluso la sensación de seguridad no existe”.
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