La mayoría de las víctimas en Gaza son civiles. La mitad de los ingresados en urgencias, niños (por Sarah Woznick enfermera MSF)

Es mi primera misión con MSF. Estaba muy emocionada con el hecho de que me hubieran destinado a Gaza, no sólo porque mi especialidad era muy relevante para el proyecto, sino también porque soy consciente de que era una oportunidad única para ser testigo de la realidad de este contexto. Cuando llegué, lo primero que encontré fue un grupo de gente muy entusiasta y trabajadora que me dio una cálida bienvenida. Gaza es muy paradójica: no hay acceso a una serie de cosas básicas, a la vez que te encuentras con otras cosas que nunca esperarías, como por ejemplo los hoteles de lujo frente a la playa.
En la unidad de cuidados intensivos del hospital de Nasser me di cuenta de que les faltaban cosas muy básicas como guantes, un desechable que antes de llegar nunca hubiera pensado que tendría que racionar o trabajar sin él. Fue una experiencia reveladora que me hizo abrir los ojos. La enfermera jefe palestina siempre me decía: “No te olvides que estamos en Gaza, hacemos frente a escasez de suministros todo el rato”. ¡Y eso a pesar de que Gaza no es una región en vías de desarrollo!
Debido al bloqueo, nuestro personal no puede salir de Gaza para formarse, así que tratamos de suplir esta falta. Los colegas de Nasser que trabajan para el Ministerio de Salud, lo hacen en condiciones muy difíciles. Muchos de ellos ni siquiera han cobrado sus salarios en los últimos meses o solo reciben una parte de vez en cuando. Pero no dejan sus trabajos. Saben que si dejan de ir a trabajar, podrían ser reemplazados inmediatamente. Una parte del salario es mejor que no tener trabajo. Y la mayoría están muy dedicados al cuidado de sus pacientes, pase lo que pase.
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