"La mitad de las víctimas de agresiones sexuales que atendemos en Liberia son menores de edad"

Christelle Boulanger acaba de regresar de Liberia, donde ha analizado la problemática de la violencia sexual en ese país. En la siguiente entrevista ofrece las impresiones de su visita.

MSF
08/03/2006

Durante 2005, el hospital Benson de Monrovia (Liberia), en el que MSF trabaja desde 2004, atendió a casi 1.200 víctimas de violaciones. De éstas, entre un 30 y un 40% eran menores de edad. Una tercera parte de estas agresiones fueron perpetradas por personas del círculo más próximo a las víctimas (familiares, amigos o vecinos).

La violencia sexual no es un fenómeno reciente en Liberia: el número de víctimas de violación durante la guerra constituye un buen ejemplo de ello. Sin embargo, las cifras de casos reportados se ha incrementado en los últimos tiempos debido, sobre todo, al aumento de actividades por parte de organizaciones nacionales (AFELL) e internacionales (IRC, Save the Children, American Refugee Committee) y a la reciente creación de la Unidad de Protección de Mujeres y Niños dentro del cuerpo de policía nacional.

¿En qué consiste el programa de MSF de atención a víctimas de agresiones sexuales?
MSF es la única organización que proporciona tratamiento completo y gratuito. Ofrecemos la PEP (profilaxis post exposición para evitar el contagio del SIDA), la píldora del día después, vacunamos contra la hepatitis y el tétanos, entrevistamos a la víctima (a la madre si se trata de un menor) y proporcionamos un certificado médico. Los demás hospitales o clínicas cobran a los pacientes y proporcionan un tratamiento incompleto. En Liberia, la PEP no ha sido aprobada. Por otra parte, además del hospital público JFK, las otras clínicas que reciben a supervivientes de violaciones son de índole religioso, lo que significa que no dan la medicación necesaria para evitar la transmisión del VIH o embarazos no deseados.

¿Qué opciones tienen las víctimas para denunciar a sus agresores?
La verdad es que pocas, porque en Liberia el colapso del poder judicial es total: el Ministerio de Justicia no tiene la capacidad necesaria para celebrar juicios. Hay muy pocos jueces capacitados en el país, no hay tribunales que funcionen ni dinero para pagar salarios ni para equipar las estructuras judiciales. Además, el nivel de corrupción es muy elevado. La mayoría de los casos se resuelven llegando a acuerdos puntuales con el autor de la agresión sexual, que acaba compensando a la familia de la víctima pagando una cierta cantidad de dinero. AFELL ofrece de forma gratuita asesoramiento legal y representación a los supervivientes de violaciones, pero el problema es que carece de fondos suficientes. De los 100 casos de los que AFELL ha hecho un seguimiento desde su creación en 1999, sólo se ha ganado uno.

Con el nuevo gobierno de Ellen Johnson, ¿hay posibilidades de que el tema mejore?
Se acaba de aprobar un proyecto de ley sobre casos de violación que puede animar a las víctimas a denunciar a los autores de agresiones sexuales para que éstos sean condenados por el delito si se prueba su autoría.

¿Las víctimas denuncian?
La mayoría de las víctimas se niega a denunciar la agresión a la policía, porque tienen miedo o porque prefieren tratar directamente con los agresores y llegar a un acuerdo. De septiembre a principios de diciembre de 2005 (cuando se inauguró la División para la Protección de Mujeres y Niños) la policía registró 85 casos, mientras que MSF recibió durante ese mismo periodo a 240 supervivientes de violaciones. De las víctimas atendidas por MSF, un 35% lo denunció a la policía. Estimamos que sólo un 10% de las víctimas de violaciones suelen denunciar la agresión. El equipo médico de MSF emitió 1.015 certificados médicos en 2005 y sólo 241 mujeres lo recogieron con la intención de denunciar la agresión a la policía.

¿Cómo son percibidas socialmente las agresiones sexuales en Liberia?
Hay un gran desconocimiento sobre lo que es una violación y, la mayoría de las veces, el fenómeno se percibe como un problema que afecta a la población infantil y raramente como un problema más generalizado dentro de la sociedad liberiana. Cuando se trata de violaciones perpetradas contra mujeres, la gente piensa en la guerra y no en el momento actual; no saben que la violación tiene que ver con el consentimiento o no del acto sexual por parte de la mujer y consideran que las mujeres que ya han tenido relaciones sexuales, ni que sea una sola vez antes de ser forzadas, no pueden ser violadas.

¿Cuál es la situación para los menores violados?
La mitad de los pacientes de MSF son niños menores de 18 años violados por alguien de su entorno. La policía dispone de cifras parecidas. Y este hecho es todavía más preocupante porque hasta la fecha no existen instituciones nacionales a cargo de la protección de menores. La mayoría de las veces, cuando MSF o la policía reciben a un niño víctima de una agresión sexual perpetrada por alguien de su entorno, se intenta apartar al menor del contexto donde se ha producido la agresión y buscar una solución intentando que lo acoja algún familiar que viva lejos de ese contexto. No obstante, no hay garantías de que se haga el seguimiento del menor a largo plazo ni de que reciba apoyo psicosocial.

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