La violencia se extiende en el norte de Congo y el Sur de Sudán
La población necesita asistencia de forma apremiante

Un año después del estallido de la violencia en el distrito de Haut-Uélé, en el norte de la República Democrática del Congo (RDC), los ataques y los enfrentamientos se han extendido a nuevas zonas, obligando a cientos de miles de personas a huir de sus hogares hacia otras zonas de Congo y hacia el Sur de Sudán. La organización médico-humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) reclama un incremento urgente del acceso y la asistencia en las zonas rurales de Haut-Uélé y Bas-Uélé, en RDC-Congo, y en las de West Equatoria en el Sur de Sudán donde los actores humanitarios han tenido enormes dificultades para responder a las enormes necesidades que ha provocado la violencia.
Desde finales de 2008, la población civil de Haut-Uélé y de Bas-Uélé, en RDC, así como la de West Equatoria en el Sur de Sudán vive atrapada por los violentos ataques del grupo rebelde ugandés Ejército de Resistencia del Señor (Lord's Resistance Army o LRA), y la ofensiva ugandesa y congoleña contra los rebeldes. A medida que la situación se deteriora, la población también debe hacer frente a un bandidaje cada vez mayor.
“La población local es el blanco de la violencia, los secuestros y el abuso sexual”, declara Marta Cañas, responsable de las operaciones de MSF en el Sur de Sudán. “Hablamos de tácticas de violencia que tiene como objetivo sembrar el miedo en la población. Nuestros pacientes relatan las historias más brutales; niños que han sido obligados a matar a sus padres y gente quemada viva dentro de sus propias casas; mujeres y hombre utilizados como esclavos”.
La violencia y los enfrentamientos armados se han extendido gradualmente hasta afectar en la actualidad no sólo al noreste de RDC y el Sur de Sudán, sino también al este de la República Centroafricana.
A lo largo del año, cientos de miles de personas han tenido que desplazarse. Los continuos ataques siguen expulsando a miles de civiles hacia las ciudades en busca de refugio y mayor seguridad. La población de la ciudad de Doruma se ha triplicado; las ciudades de Gangala y Banda acogen a 20.000 desplazados sin asistencia ninguna. Estas localidades se han convertido en enclaves rodeados de tierras y aldeas que han quedado desiertas.
En varios lugares como Dingila o Niangara, en RDC, o Yambio, Ezo, Tambura y South Yubo en Sur de Sudán, MSF sigue siendo la única organización internacional humanitaria presente. “Cada día se desplazan nuevas personas en la región”, explica Pierre Kernen, coordinador de MSF en Niangara, una ciudad situada al oeste de Haut-Uélé. “Se han visto obligadas a huir una, dos, tres veces... Han buscado refugio con familias locales o en edificios vacíos pero ni así consiguen sentirse seguras. MSF está proporcionando atención médica y psicológica, pero tenemos nuestras limitaciones. Estas personas también necesitan con urgencia alimentos, agua limpia, abrigo y unas condiciones de vida adecuadas”.
Debido a la inseguridad y a la ausencia de carreteras en estas zonas tan aisladas, MSF ha tenido que utilizar aviones para hacer llegar suministros, medicamentos y personal a la mayoría de sus proyectos. “Dar asistencia humanitaria a la población de esta región es todo un reto, pero creemos que puede y debe hacerse mucho más para responder a las consecuencias que esta guerra tiene para la población. Las organizaciones humanitarias deberían responder urgentemente a las necesidades de las personas en las zonas más afectadas por los enfrentamientos y hasta ahora olvidadas”, concluye Marta Cañas.
Actualmente, MSF trabaja en Dingila, Doruma, Dungu, Duru, Faradje y Niangara, en RDC-Congo, donde realiza más de 9.000 consultas médicas mensuales en hospitales y centros de salud. MSF también ha distribuido artículos de primera necesidad a unas 16.000 personas desplazadas por la violencia, a quienes también ha vacunado y prestado apoyo a la salud mental. Al otro lado, en Sur de Sudán, MSF ofrece asistencia a los refugiados congoleses y desplazados sudaneses que huyen de la violencia de los rebeldes. Con la base en la ciudad de Yambio, MSF ofrece atención de salud primaria y psicológica a la población en Yambio, Makpandu, Naandi y Ezo donde ha llevado a cabo unas 6000 consultas médicas y atención psicológica a cientos de personas. En Ezo, el acceso se vio dificultado por ataques recientes, pero MSF ha podido hacer llegar a la población ayuda humanitaria y atención médica y realizar una campaña de vacunación.
Actualmente, 27 trabajadores internacionales y 140 congoleños están asistiendo a la población en los proyectos de MSF en Haut-Uélé y en Bas-Uélé, mientras que en la provincia de West Equatoria, al sur de Sudán, MSF cuenta con 13 trabajadores internacionales y 77 internacionales.