"Los hospitales son lugares de refugio y curación y nuestros pacientes y personal necesitan sentirse a salvo"

El hospital de Shiara es el último de la larga lista de centros de salud –más de cien– afectados por la guerra en Yemen. Entrevistamos a nuestro coordinador general en este país.

MSF
03/02/2016

Una semana después de que un proyectil alcanzara el hospital de Shiara, en el distrito de Razé (norte de Yemen), matando a seis personas y dejando heridas a otras siete, hablamos con nuestro coordinador general en el país, Juan Prieto, sobre la situación en el distrito y en Yemen. El hospital de Shiara, al que damos apoyo, es el último de la larga lista de centros de salud –más de cien– afectados por bombardeos y ataques aéreos en el conflicto internacional que lleva ya diez meses devastando el país.

¿Cómo se encuentran los heridos?

La explosión provocó ocho heridos, de los cuales uno, lamentablemente, falleció después de que lo trasladáramos a nuestro hospital en Saada; habíamos tenido que llevar hasta allí a cinco de los heridos ya que estaban en estado más crítico. Uno de ellos, de hecho, necesitaba atención incluso más especializada y tuvimos que trasladarlo de nuevo, a Saná. Esperamos que se recuperen pronto; esta ha sido nuestra prioridad desde que el hospital fue golpeado.

¿Qué más sabemos de lo ocurrido?

Estamos recopilando toda la información posible. Sabemos que un proyectil golpeó la entrada del hospital, que ya había sido destrozada por un ataque anterior. El impacto causó mucha metralla, que mató en el acto o hirió a muchas de las personas que estaban cerca.

¿Cuál es la situación ahora mismo en el hospital?

La gente aquí cree que los hospitales son objetivos de guerra, así que intentan evitarlos al máximo. Ya solo recibimos urgencias y víctimas en masa cuando se producen ataques. De momento hemos podido reabrir las urgencias y los servicios de estabilización y referencia, y trabajamos para que la maternidad vuelva a funcionar. Hemos reducido el personal y nos concentramos en las emergencias. El hospital está considerado como un lugar peligroso; no olvidemos que ha sido golpeado tres veces en el último año. Pero el personal ha vuelto a sus puestos de trabajo para seguir atendido a la población, con miedo pero con más convicción si cabe debido a la situación en Razé y en todo el país.

Además de Shiara, otras muchas estructuras de salud se han visto directa o indirectamente afectadas por la guerra. ¿Qué consecuencias tiene esto?

Hemos identificado al menos 130 estructuras afectadas por el conflicto, que han sido alcanzadas por misiles tierra-tierra o por ataques aéreos. En Razé, esto ha provocado que muchos hospitales hayan tenido que interrumpir parte de sus servicios, o directamente cerrar sus puertas debido a los daños sufridos. Los hospitales y las estructuras de salud, que deberían ser lugares protegidos, de curación para la gente, ya no parecen ser sitios seguros para los pacientes y el personal sanitario. Su trabajo y los edificios donde trabajan deberían estar protegidos. Como decía antes, no es fácil para el personal médico volver cuando se sienten inquietos y amenazados. Es un desastre.

¿Cómo reaccionó el equipo de Shiara?

La explosión no afectó a una zona funcional del hospital. Obviamente, la principal preocupación fue atender a los heridos y organizar el traslado de los que estaban en estado más crítico. Los pacientes que estaban en el hospital y podían hacerlo se marcharon de inmediato aunque volvieron unas horas más tarde. El personal médico, por su parte, volvió de inmediato, en cuanto se comprobó que no había más explosiones. A los que no estaban en estado crítico los enviamos a otras zonas y se preparó a los que necesitaban estabilización para ser enviados a Saada.

Tenemos que tener en cuenta que nuestro personal sanitario lleva trabajando siete meses bajo bombardeos constantes en Saada. Y en el distrito de Razé, que está en el frente de guerra, los bombardeos han sido continuos desde marzo. Incluso conociendo los riesgos, hicimos balance de las necesidades de emergencia y aseguramos los servicios básicos necesarios. Ahora, tras lo ocurrido en Shiara, el sentimiento es diferente; costará un tiempo recuperar la confianza, disipar el pensamiento de que estamos en peligro solo por hacer nuestro trabajo.

¿Cuáles son las principales necesidades de la población en la zona?

Ante todo, protección. Están viviendo en cuevas, solo volviendo a sus casas para ver cómo están y si siguen en pie. Viven bajo constante amenaza, ya que esta es una zona de conflicto. Es una zona montañosa, con unos 120.000 habitantes, que no se han ido. Es rica en recursos, por lo que las necesidades básicas están más o menos cubiertas, a diferencia de otras zonas de Yemen, donde hay dificultades para conseguir comida y agua. Aquí la amenaza es la guerra en sí misma.

¿Cuál es el plan para el hospital?

Volver a la normalidad. Queremos reforzar el equipo para mejorar los servicios con un equipo más fuerte, con más supervisión médica, para asegurar nuestra proximidad con los pacientes y con la población. Mientras tanto, también estamos intentando clarificar las circunstancias del ataque, para establecer responsabilidades si es necesario y para asegurar la seguridad de nuestro personal.