Mejorando la atención quirúrgica en Basora, Irak

A pesar del incesante conflicto que ha dificultado la presencia de organizaciones humanitarias en el país, Médicos Sin Fronteras (MSF) está luchando para proporcionar atención médica a la población iraquí. Desde 2006, MSF lleva a cabo programas en Anbar, Tameen, Ninewa, Sulemaniya, Baghdad y Basora. MSF también gestiona un proyecto en Jordania para heridos de guerra iraquíes.

MSF
11/05/2009

Khalil Sayyad ha regresado recientemente de Basora, al sur de Irak, donde trabajó como coordinador de terreno durante nueve meses. Formó parte del primer equipo internacional de MSF que estableció su presencia en Irak desde 2004, cuando la creciente inseguridad llevó a MSF a irse del país. 

¿Por qué MSF decidió intervenir en Basora en 2008?
En marzo de 2008, cuando las fuerzas del gobierno iraquí lanzaron una operación militar contra las milicias armadas en Basora, proporcionamos suministros al hospital general de Basora. Durante los meses que siguieron a esta confrontación, la situación de seguridad gradualmente mejoró. Como resultado de ello, pudimos realizar algunas evaluaciones en la zona y consideramos empezar un proyecto con la presencia de personal expatriado e iraquí. Para la población, ver a extranjeros regresar a Basora es un signo de estabilidad y mejora de la situación de seguridad. También abre una puerta a la esperanza para los casos graves que hasta la fecha no tenían acceso alguno a tratamiento en Irak, puesto que estamos formando a personal sanitario y proporcionando los últimos avances, técnicas y equipamiento médico.

¿Qué encontrasteis en la evaluación?
Nuestra evaluación se centró en el hospital porque aunque la situación de seguridad había mejorado, todavía era volátil. Allí encontramos a médicos y cirujanos que estaban muy cualificados y tenían mucha experiencia pero que necesitaban de forma acuciante ponerse al día. Asimismo, durante los conflictos que atravesaron en las décadas pasadas, cuando recibían a varios pacientes en los quirófanos al mismo tiempo, todas las normas más básicas se dejaron a un lado a fin de poder hacer frente a la emergencia. Pero este método emergencista se había convertido en su forma de trabajar. Por consiguiente, nos encontramos unos quirófanos que dejaban mucho que desear. Por ejemplo, no tenían una sala de recuperación, nadie monitorizaba a los pacientes, el material utilizado no se esterilizaba correctamente, los procedimientos higiénicos eran inexistentes. Todo esto incrementaba el riesgo de infecciones postoperatorias. Otra gran deficiencia era la anestesia. Todo se centraba en la cirugía mientras que no se daba importancia a la anestesia o a la atención al paciente. Y finalmente, tenían mucho equipamiento que había sido donado en años anteriores, pero que no podían instalar, utilizar, mantener o reparar. 

¿Qué clase de trabajo decidió hacer MSF?
Identificamos grandes lagunas y necesidades en el departamento de urgencias y consideramos la posibilidad de trabajar allí, pero el personal en el hospital pensó – y nosotros estuvimos de acuerdo – que era demasiado pronto para empezar estas actividades. Acabábamos de regresar al país y la seguridad todavía constituía un problema en Basora. Decidimos entonces trabajar en la mejora de los servicios en el Quirófano General y asegurarnos de que los pacientes tenían primero la atención adecuada, durante y después de las intervenciones quirúrgicas. Creímos que podíamos tener un verdadero impacto allí y al mismo tiempo trabajar en un entorno relativamente seguro. También para nosotros suponía una oportunidad de estar presentes y volver a empezar las actividades aunque con el objetivo de trabajar en emergencias cuando las circunstancias lo permitieran.

¿Tuvisteis el impacto que esperabais en el Quirófano? 
En nueve meses, las cosas han cambiado mucho. En primer lugar, la higiene ha mejorado inmensamente. Por ejemplo, tras cada operación el quirófano tiene que limpiarse bien antes de recibir a otro paciente, cosa que no ocurría antes. También cambiamos los protocolos sobre cómo nuestros colegas practican la cirugía, introduciendo precauciones universales como una jeringuilla por paciente. Hay ahora estándares universales de higiene y esterilización. Montamos una sala de recuperación postoperatoria y ahora los pacientes permanecen en observación mientras se recuperan de una intervención. Compramos equipamiento biomédico y reparamos otro que no funcionaba, ahora tienen esterilizadores, monitores, ventiladores, mesa de anestesia y aspiradores que funcionan. También reparamos el sistema de desagüe de los quirófanos, que no funcionaba debidamente. Conseguimos así incrementar la calidad de la atención dispensada al paciente y lo que es más importante reducir el riesgo de infecciones postoperatorias y minimizar el sufrimiento del paciente. Los cirujanos y el director del hospital así como el director de la Dirección de Salud de Basora lo reconocen. Para mí, esto supuso un gran logro. Nuestro trabajo es apreciado por nuestros colegas y ahora las puertas están abiertas para poder tener una mayor presencia en Basora.

¿Y cuáles son los próximos pasos para MSF en Basora?
Las urgencias. El Hospital General de Basora es el principal centro de referencia para urgencias, la mayoría de ambulancias de la ciudad van allí. Pero hay grandes vacíos en los servicios que se ofrecen. Tenemos previsto empezar a trabajar en la sala de urgencias en las próximas semanas. Podemos cambiar las cosas en lo que al manejo de pacientes se refiere. Desde la llegada al triaje hasta la atención prestada durante las primeras horas, reduciendo la pérdida de tiempo e incrementado las posibilidades de salvar las vidas de los pacientes con traumatismos importantes u otras urgencias agudas. 

*Proyecto para heridos de guerra
En la provincia de Anbar y en Baghdad MSF apoya a ocho hospitales formando al personal sanitario, apoyando la salud mental y el asesoramiento y proporcionando material médico. En el norte, en los gobernorados de Tameen y Ninewa, MSF apoya a cinco hospitales proporcionando material médico, formando al personal y apoyando la respuesta a emergencias y las campañas de educación para la salud. MSF también asiste a personas que se han visto obligadas a abandonar sus hogares y viven desplazadas en el gobernorado de Dohuk proporcionando apoyo psicológico. En Sulemaniya, al norte, MSF proporciona servicios en el hospital de quemados. Cada mes, el hospital admite una media de 100 pacientes con quemaduras de consideración y 1.600 pacientes reciben tratamiento en consultas externas. Para continuar proporcionando servicios valiosos a pesar de las dificultades de operar dentro de algunas de las zonas más afectadas por el conflicto, MSF también ha puesto en marcha un programa en Jordania. Desde 2006, MSF está practicando cirugía reconstructiva a heridos de guerra iraquíes en Amman. Más de 660 pacientes se han beneficiado de esta cirugía que se practica en nuestro proyecto.