"Miles de personas malviven escondidas en el monte en condiciones extremadamente precarias"

Entrevista con Teresa Sancristóval, coordinadora general de MSF en la República Centroafricana

MSF
21/12/2006

La intensificación de los combates durante las últimas semanas entre rebeldes y el Ejército al noroeste de la República Centroafricana (RCA) han provocado un desplazamiento masivo de la población civil, que busca refugio en las zonas boscosas para protegerse de los ataques. Los equipos de MSF han llevado a cabo misiones de evaluación en la zona con el fin de detectar cuáles son las principales necesidades de la población y les han dado respuesta. En la siguiente entrevista, Teresa relata qué ha ocurrido en el país en las últimas semanas y cuáles son las principales preocupaciones de la organización en un contexto cada vez más cambiante.

La situación en la RCA se ha ido agravando progresivamente en los últimos meses. ¿Cuál es la situación actualmente?

Desde el mes de noviembre de 2005 diversos grupos rebeldes empiezan a ser activos en el noroeste del país, concretamente en las prefecturas de Ouham y Ouham Pendé. A partir de ese momento, empiezan a producirse todo tipo de exacciones contra la población civil: primero en la región de Paoua, después en Markounda y más recientemente en la región de Kabo. En todas estas zonas están presentes los grupos rebeldes, el Ejército centroafricano y bandidos, llamados en francés “coupeurs de routes”. La población es víctima de todo tipo de violencia: para empezar, es acusada por los diferentes grupos en conflicto de pertenecer a un bando o a otro. Esto se ha traducido en la quema de poblados enteros, pillajes y desplazamiento de civiles. A esto hay que sumarle los ataques que tradicionalmente realizan los “coupeurs de routes”, que incluyen robos, extorsiones y, a veces, secuestros de civiles.
En el mes de octubre el foco de tensión se desplazó al noreste de la RCA, debido a la aparición de un nuevo grupo rebelde. Éste se hizo rápidamente con ciudades como Birao aunque hace escasas semanas la zona vuelve a ser controlada por el gobierno centroafricano.
Por lo demás, el resto del país no se ve afectado por otros conflictos. Lo que sí sufre es una gravísima crisis económica desde finales de los años 90.

¿Cuáles son las consecuencias de la violencia para la población civil?

La mayoría de la población de Ouham y Ouham Pendé se ha desplazado. Miles de personas malviven escondidas en el monte en condiciones extremadamente precarias y sin protección alguna ante la violencia. Viven dispersas abandonadas a su suerte, tienen problemas de acceso a agua y tienen miedo a nuevos ataques. La mayoría de los centros de salud han sido pillados y buena parte de los desplazados no tienen acceso a la asistencia médica. Además, en algunas regiones, las familias han perdido sus medios de subsistencia ya que no han podido realizar los cultivos de este año. Los niños no van a la escuela. Asistimos a un empobrecimiento progresivo de la población y al deterioro de sus condiciones de vida. Estamos, pues, ante una situación de crisis. De momento, sin embargo, no podemos hablar de una urgencia humanitaria.

¿La ayuda llega a las poblaciones?

La República Centroafricana es un país olvidado por la comunidad internacional. Apenas se publican informaciones sobre lo que ocurre ahora. La presencia de organizaciones internacionales es muy limitada. En la región de Kabo y Batangafo, por ejemplo, MSF es la única organización que continúa presente en la zona desde que se agravó el conflicto en el mes de agosto. Si a esto se le suman unos indicadores sociales muy bajos y el hecho de que la mayoría de la población no tiene acceso a la asistencia médica, podemos decir que la atención de la comunidad internacional es altamente insuficiente.

En este contexto, ¿cómo se desarrolla el trabajo de MSF?

MSF trabaja en cinco localidades del noroeste. Los equipos proporcionan apoyo al hospital local y operan clínicas móviles en las zonas periféricas para atender a los desplazados. También realizamos distribuciones de material de primera necesidad para la población que ha huido de sus casas y pueblos.
Nuestro trabajo también se ve afectado por la violencia. Los equipos de MSF han sido atacados en diversas ocasiones por bandidos y en general reina un clima de inseguridad debido a los enfrentamientos entre rebeldes y ejército. Eso nos ha obligado a suspender el trabajo nuestros equipos móviles en diversas ocasiones. Por último, durante todo el mes de noviembre las autoridades centroafricanas han impedido el acceso de la ayuda humanitaria a las nuevas zonas en conflicto, especialmente en el Este.

Finalmente, la semana pasada MSF pudo acceder al noreste del país. ¿Qué situación han encontrado nuestros equipos?

Todavía es pronto para sacar conclusiones. Según se desprende de nuestras primeras evaluaciones, en Birao y en Ndele ya no se producen fuertes combates. La gente huyó de sus casas pero ahora regresa poco a poco. La actividad económica está a punto de ser retomada. De todas formas, sólo hemos podido evaluar la situación en las ciudades. Queda por ver qué ha pasado en las zonas rurales. En general, el sistema de salud es muy frágil y apenas cubre las necesidades de la población, pero eso es algo que pasa en todo el país. Las principales características del noreste de la RCA son que tiene una densidad de población bajísima y que está prácticamente aislado. El acceso por carretera es inviable durante seis meses al año.