'No querría estar en ningún otro sitio que no fuera éste'

MSF
13/02/2008

Así es como me siento en este momento !

Tengo la sensación de que estamos a punto de hacer realidad un sueño por el que hemos tenido que luchar (y esperar) mucho tiempo.

No cambiaría este momento por nada y por eso intento saborear cada instante, cada encuentro con los amigos, cada abrazo de despedida, cada rato con la familia...

Siento la excitación de estar a punto de empezar una aventura, me siento con ganas de darle un bocado a la vida y salir a descubrir el mundo.

Y, sinceramente, tampoco es una excitación naíf. Sé que no todo será fácil, que tendremos momentos duros, que sufriremos cuando los niños vuelvan de la escuela las primeras semanas tristes porque no entienden nada y no se pueden comunicar. Sé que tampoco será fácil para Silvia, que tendrá que renunciar a muchas cosas por estar aquí, y sé que tampoco para mi será todo de color de rosa, que veré cosas que no me gustan, que una vez más descubriré que por muy ‘cooperantes’ que seamos, al final todos somos personas y que todos tenemos nuestras cosas y que sentiré indignación, culpabilidad, hipocresía cuando mire el sufrimiento de nuestros pacientes desde mi cómoda posición de ‘expatriado’.

También sé que será diferente de todo lo que me pueda imaginar, pero eso no quita que ahora sienta que estoy allí donde querría estar. Es como si pudiera saborear por adelantado todas las cosas buenas del camino sin tener que tropezar con las piedras que seguro encontraremos.

Evidentemente, no toda la gente de nuestro entorno está tan convencida como nosotros acerca de este viaje (¡y si no que se lo pregunten a nuestros padres!), pero nosotros lo vemos como una verdadera oportunidad, y nos hace mucha ilusión poder compartirlo con nuestros hijos.

Pensamos que es una experiencia que nos va a unir como familia, y que también a los niños les servirá para ver que en el mundo existe gente de todos los colores, costumbres, religiones, que todos somos diferentes y que eso supone una gran riqueza y no una amenaza. Les ayudará a descubrir recursos propios de los que disponen para afrontar los retos que les presente la vida y a tener otra visión del mundo y de África en concreto, lejos de la imágenes que recibimos por los medios de comunicación de guerra, sufrimiento y machetes.

En definitiva, nos sentimos a punto de empezar una aventura que no sabemos donde nos llevará, pero que estamos seguros que nos cambiará y nos ayudará a crecer como personas, que al fin y al cabo es de lo que se trata, ¿no?

Y así que aquí estoy ahora, sentado delante del ordenador, mirando este mar mediterráneo que tanto echaré de menos, escuchando ‘Thunder road’ de Bruce y un poco triste cuando pienso en toda la gente que dejaremos aquí, pero sin poder evitar que se me escape una sonrisa y sintiéndome lleno de vida.   

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