RDC: MSF identifica casos de la Enfermedad del Sueño en Dingila
Los equipos de MSF han detectado en la ciudad más de 160 casos de Tripanosomiasis Humana Africana (THA) en menos de dos meses, pese a las voces que hablaban de su erradicación. Tanto en Digila como en el vecino Haut-Uéle, en la República Democrática del Congo, la población ha sufrido durante más de dos años los ataques de los rebeldes del Ejército de Resistencia del Señor.

Por: Claude Mahoudeau, trabajador humanitario de MSF
Jean-Dedieu M., un joven maestro de un colegio de Ganga -un área a 37 Km al sur de Dingila- nunca hubiera imaginado lo que le esperaba la mañana del pasado 2 de noviembre. Se sentía bien. Sólo el deseo de ir a visitar a dos de sus colegas hospitalizados, y un poco de tiempo libre, le habían hecho llegar tan temprano al hospital.
Curioso por naturaleza, Jean-Dedieu se acercó a un grupo que hablaba debajo de un árbol de mango y, sin proponérselo, tuvo todo el día ocupado: “Me hablaron de la enfermedad del sueño,” me contó mientras le extraían sangre para un primer análisis. “Nunca se sabe…”
Desde el 20 de septiembre más de 8.700 personas han sido examinadas en el hospital. “Durante la primera fase del proyecto, investigamos la tripanosomiasis solamente entre las personas que acuden al hospital voluntariamente,” explica Josué Amici, responsable médico del proyecto. Entre éstos, más de 160 ya ha dado positivo a la Tripanosomiasis Humana Africana (THA). “Es mucha gente,” afirma François Chappuis, médico referente para la tripanosomiasis en Ginebra, enfatizando que la enfermedad puede ser mortal si no se trata.
Jean-Dedieu sale de la sala instalada para realizar la primera prueba, que permite mediante una técnica de aglutinación señalar la presencia o no de parásitos en la sangre. Luego de la prueba, se dirige al segundo paso en el proceso de detección, lo que significa que ya se considera sospechoso. Jean-Pierre Kango, que supervisa al equipo de MSF encargado de sensibilización, se reúne con nosotros. “Los esfuerzos para sensibilizar a la población empezaron mucho antes del 20 de septiembre y realmente han contribuido al éxito de la intervención”, dice. “El administrador local nos ayudó, lo que no es de sorprender, pues MSF salvó su vida en Bili….”
Allí en Bili -otra aldea algodonera como Dingila y situada más al norte, en Bas-Uélé- MSF llevó a cabo el anterior proyecto de tripanosomiasis en la Provincia Oriental que tuvo que cerrar en marzo de 2009 tras el ataque y saqueo del centro de tratamiento más al este, en Banda, por parte de un grupo armado sin identificar. Hoy Caroline Madamu, enfermera, trabaja en Dingila, pero cuando se produjo el ataque estaba en Banda. “Lo que más duele –dice- es pensar en todas las personas todavía enfermas que dejamos allí. Por suerte, muchas pudieron huir y llegar hasta aquí”. De hecho, son muchos quienes creen que fueron estos desplazados quienes trajeron el parásito de la enfermedad del sueño a Dingila.
Transcurría la mañana y Jean-Dedieu continuaba con el proceso de detección. Finalmente suspiró aliviado: Dieudonné Gomete, el asistente de laboratorio especializado en la investigación de la tripanosomiasis, no ha detectado los ganglios inflamados en el cuello, característicos del estadio avanzado de la enfermedad del sueño y quen indica la posibilidad de la presencia del parásito en el líquido cefalorraquídeo, confirmando el estado 2 de la enfermedad. A este examen le siguen análisis de sangre más sofisticados, con el estudio al microscopio de unos tubos finísimos recién salidos de la centrifugadora.
Jean-Pierre Tshibangu -otro asistente de laboratorio con mucha experiencia en el tratamiento de la enfermedad del sueño que ha trabajado con MSF durante 5 años en muchos de sus proyectos en RDC, su país de nacimiento-, se encarga de supervisar el flujo de pacientes: “En la sala de tratamiento atendemos a personas en el estadio 1, cuando la tripanosomiasis aún no ha afectado su sistema nervioso,” explica, abriendo la puerta del “ala adyacente de la THA” donde unas 15 personas de todas las edades yacen sobre esteras mientras esperan pacientemente su inyección diaria de Pentamidina. “Los pacientes acuden al hospital cada día durante una semana y tienen que permanecer estirados durante un poco más de una hora bajo observación médica.”
Jean-Dedieu está solo, sentado en un banco fuera del laboratorio. Parece pensativo. Jean-Pierre se reúne con él y le explica que ahora hay que confirmar que no tiene tripanosomiasis en el líquido cefalorraquídeo. Jean-Dedieu intenta evitar una punción lumbar con la excusa de que tiene una reunión, pero finalmente se deja convencer y sigue a Jean-Pierre a la sala de análisis.
Aprovecho la oportunidad para reunirme con Josué. El responsable médico de MSF me conduce a la segunda sala en el ala de THA donde están ingresadas las personas en el estadio 2. “Utilizamos la terapia combinada a base de Nifurtimox y Eflornitina, un nuevo tratamiento que dura diez días y requiere un seguimiento médico riguroso,” explica Josué. “Dado el éxito de la detección pasiva, la gente en lista de espera tendrá que esperar 20 días porque todas las camas del hospital están ya ocupadas. Con esto en mente, vamos a posponer la detección activa de momento, así que seguiremos analizando solamente a las personas que vengan al hospital.”
La detección activa supone el reto más importante para los programas de tripanosomiasis: Es el único enfoque garantizado para interrumpir la cadena de transmisión de la mosca tse tse. En efecto, sólo llegando hasta aquellos que viven en las aldeas situadas en lo más profundo del bosque podemos encontrar a quienes están infectados, especialmente en zonas donde la gente ha olvidado que existe la enfermedad. “Esto es exactamente lo que ocurre aquí”, confirma Dominique Amisi, médico responsable del área de salud de Dingila. “Antes de 1960 se hicieron campañas para encontrar pacientes infectados, los médicos salían en busca de ganglios inflamados. Vivimos en una región endémica, pero la gente parece haberlo olvidado.” Todo el mundo aquí cree que los movimientos de población que se producen después de ataques por parte de grupos armados más al norte han reavivado el fuego.
No veo a Jean-Dedieu al salir del ala de la THA, por lo que pregunto por él. Jean-Pierre me conduce a su encuentro. Jean-Dedieu debe permanecer tendido boca arriba durante más de una hora tras la punción lumbar y descansa sobre una estera no muy lejos de la sala de reconocimiento junto con otros pacientes. “He dado negativo al último análisis y me han dicho que sigo estancado en el estadio 1 de la enfermedad”, explica medio en broma. “¡Tendré que dejar a mis alumnos durante una semana, pero eso no es mucho pedir para salvarme la vida!”
MSF lleva a cabo dos proyectos de tripanosomiasis en la Provincia Oriental de RDC: Dingila, donde se están detectando muchas más personas potencialmente infectadas de lo que se esperaba, y Doruma, donde la enfermedad se está propagando a zonas que no habían sido monitoreadas anteriormente. En Doruma se han tratado 390 casos de enfermedad del sueño desde principios del año. La frágil naturaleza de estas intervenciones todavía radica en la inseguridad asociada a la presencia de grupos armados. La inseguridad, junto a servicios públicos de salud inadecuados, constituye uno de los mayores obstáculos a la potencial eliminación de la enfermedad del sueño.