Salud y ODM, ha llegado la hora de retratarse (por Carlos Ugarte)

Del 20 al 22 de septiembre se va a celebrar en Nueva York la cumbre de seguimiento de los llamados Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Un sueño en el que en un arrebato de dignidad, se embarcaron en el año 2000 gobiernos de todo el mundo, tal vez abrumados ante la perspectiva de entrar en el siglo XXI con casi un tercio de la humanidad viviendo en la precariedad más absoluta.
En materia de salud, que es de lo que os quiero hablar hoy, se fijaron como metas reducir a la mitad el hambre y por tanto las muertes que provoca. Reducir en dos tercios la mortalidad de niños menores de cinco años, y en tres cuartas partes la tasa mortalidad materna. Detener la propagación de enfermedades mortales como el VIH/sida, y aquí fueron especialmente ambiciosos, al fijarse como meta “lograr, para 2010, el acceso universal al tratamiento del VIH/sida de todas las personas que lo necesiten”. El control y acceso generalizado al tratamiento de enfermedades como la malaria y la tuberculosis y la reducción a la mitad para 2015 de la proporción de personas sin acceso sostenible al agua potable y servicios básicos de saneamiento, completaban la Declaración en el apartado relacionado con la salud.