El segundo gol de Iniesta (publicado en Jot Down)

Nació en una tormentosa noche de verano, como son casi todas las noches de verano en el kilómetro cero de África. Tanto calor se acumuló durante el día 11 de julio de 2010 que el crepúsculo fue pura pirotecnia eléctrica. Andrés Iniesta recibía el balón ante el portero holandés en Johannesburgo mientras la matrona tiraba del niño. Fue gol. Su llanto llegó casi en la total oscuridad, en la pequeña maternidad de Batangafo, en República Centroafricana, casi frontera con Chad.
Jean, que se confiesa madridista, estaba viendo el fútbol en la única tele del pueblo. Le llamaron porque su mujer había alumbrado a su bebé, así que salió corriendo al hospital. Cuando vio a la criatura, le puso el nombre del goleador de aquella noche. “Iniesta”, le dijo a la madre. “Le llamaremos Iniesta”. Iker Casillas levantaba la copa del mundo y en ese mismo instante, pero sin confeti, Jean levantaba a su hijo, a miles de kilómetros de allí. Fue bajo el cielo más estrellado que puedan disfrutar los hombres. Iniesta de mi vida.