"Son las frustraciones del día a día, los obstáculos y el miedo lo que afecta a los palestinos mayoritariamente"
Laura Brav llegó recientemente de los Territorios Palestinos, donde ha coordinado los proyectos de MSF. En esta entrevista nos hace un dibujo general de los principales problemas de la población afectada por el conflicto

¿Nos podrías describir en líneas generales cuáles son las principales necesidades de los palestinos?
Si le preguntas a los palestinos que necesitan, su respuesta es “vivir con dignidad y sin miedo”. Desde el punto de vista médico, aunque hay huecos en los servicios ofrecidos en los Territorios palestinos (cierto tipo de cirugía especializada, cáncer y tratamiento neurológico), hay dos problemas principales en el sector de la salud.
El primer problema es que para la población es muy difícil llegar a los servicios que necesitan debido a los cierres (puestos de control, carreteras cerradas o prohibidas, etc.) y, en general, a la segmentación de la tierra en Cisjordania y la gran dificultad para dejar Gaza incluso para tratamiento médico. Para servicios de salud primaria, aunque el acceso es a veces complicado para gente que vive en áreas aisladas, es normalmente posible obtener los servicios que necesitan. Para emergencias médicas, las ambulancias suelen ser capaces de recoger a los pacientes y llevaros al hospital, a no ser que el paciente viva en “zona militar”, como comunidades al sur del barrio Rd 317 en Hebrón.
El gran problema es con las enfermedades más específicas, como el cáncer, necesidades psiquiátricas o tratamiento que requiere diálisis (además de un número de enfermedades crónicas más simples), donde el tratamiento puede que sólo esté disponible solo en un lugar de la capital del Distrito, o quizás sólo en dos ciudades en toda Cisjordania (normalmente Ramala y/o Belén). En estos casos, puede ser extremadamente difícil acceder al servicio necesario cuando el cierre es riguroso, si el paciente no está visiblemente enfermo o no tiene dinero para transporte (cada vez más caro ya que los palestinos deben coger diferentes modos de transporte antes y después de ciertos puestos de control o pagar altos precios para estar en fila durante horas para cruzar estos puestos). Algunos pacientes ya ni intentan pasar, especialmente si solo es para consultas de seguimiento.
El segundo problema es en relación a los servicios del Ministerio de la Salud. Desde la elección de Hamás al gobierno en 2006, ha habido un embargo internacional a la Autoridad Palestina (AP). Esto ha significado que la mayoría de trabadores de la AP solo han recibido su salario parcialmente en los últimos 14 meses (una media de 50% menos de lo que ganaban). El personal del sector de la salud ha recibido más a través de un mecanismo internacional (T.I.M.) cuyo objetivo es aliviar las consecuencias del embargo en los sectores más vulnerables de la población, sin embargo, no son salarios completos y tienen que sustentar a más miembros de la familia que normalmente. Ha habido huelgas constantes y muy extremas en los centros de salud primaria así como en los hospitales, forzando a la ya de por si frágil y empobrecida población 0a buscar cuidados médicos en centros privados donde tienen que pagar.
Además, el Ministerio de Salud es 100% dependiente de las donaciones de la comunidad internacional, que hasta el momento es poco sistemático y no se lleva a cabo de manera que permita al ministerio planificar y organizar su abastecimiento. En 2006, muchos donantes diferentes hicieron pequeñas donaciones puntuales, intentando cubrir huecos críticos (aunque a menudo olvidándose algunos de los más caros y menos urgentes medicamentos, como psicotrópicos y medicinas contra el cáncer). En 2007, pocas ONG u otras organizaciones internacionales han planeado donaciones como el proyecto World Bank Emergency Services Support Program (ESSP) que pretendía empezar un proyecto de 18 millones de dólares para abastecer al Ministerio de Salud. Hasta hoy –un año después del inicio oficial del programa– casi ninguna medicina ha llegado al ministerio a través del ESSP.
¿Qué quieren los palestinos?
Cuando hablas con ellos, las necesidades que expresan muchas veces no son médicas si no económicas o posiblemente políticas. Quieren libertad de movimientos para poder ir al colegio, a la universidad o al trabajo. Quieren ser capaces de obtener un permiso para poder ir a los Territorios palestinos para formación especializada o educación. Quieren saber por qué su hijo o su marido han estado en la cárcel bajo detención administrativa (es decir sin cargos contra ellos) durante semanas o incluso meses. Quieren que las incursiones y búsquedas en casas, que marcan sus noches, paren para que sus hijos dejen de estar aterrorizados. Son las frustraciones del día a día, los obstáculos y el miedo –que no están bien descritos en los medios de occidente, que tienden a enfocarse sólo en los incidentes donde la violencia resulta en muerte– lo que afecta a los palestinos mayoritariamente. En la actual situación de cierre, ocupación y embargo, no ven ningún futuro.
¿Podrías hablar de cuáles son nuestras principales preocupaciones hoy?
La mayoría de los servicios médicos están cubiertos, aunque la calidad no es siempre ideal y el acceso es muchas veces difícil. Hay un área que no está bien cubierta y es una necesidad crítica: la psicoterapia. La salud mental ha sido cada vez más reconocida como una necesidad en los Territorios palestinos, y el Ministerio de Salud, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo (UNRWA), la OMS y otros actores han incrementado su atención en las necesidades de salud mental, pero muchos a través de la formación de asesores psicológicos. También hay psiquiatras, aunque no suficientes para la población que hay. Aún queda un hueco en los servicios entre estos dos que es la psicoterapia. Hay muy pocos psicólogos clínicos formados en los Territorios palestinos. Por ello, ésta es la principal preocupación para MSF y en la que nos hemos centrado en los últimos siete años.
También continuamos monitoreando la situación en términos de necesidades médicas. Por ejemplo, MSF hizo donaciones al Ministerio de Salud en Gaza y Hebrón para ayudar a cubrir la escasez desde el embargo que empezó a principio de 2006, se abrió un proyecto de emergencia con dos clínicas en Hebrón como respuesta a la huelga al final de 2006, se han hecho evaluaciones en varias lugares de Gaza y también una evaluación general en el Valle de Jordán y Jericó.
¿Qué tal el trabajo con los compañeros palestinos?
Excelente. Ha sido un placer y una riqueza poder confiar en el personal nacional. Son competentes, están muy bien formados y muy dedicados a MSF. Son un gran apoyo, y es uno de los programas de MSF donde la integración operacional del personal internacional y el nacional es completa.
¿Qué has aprendido durante este tiempo?
Por donde puedo empezar... Fue un gran cambio para mi ir de un típico proyecto de emergencia en África donde el objetivo es salvar vidas a un proyecto principalmente de salud mental en los Territorios palestinos. Me ha ayudado a entender en sentido más amplio lo que significa salvar vidas. Probablemente la gente no se morirá si no recibe psicoterapia. Sin embargo, su habilidad para llevar una vida de manera que sea productiva para su familia se verá tan afectada que estamos hablando de supervivencia.