Sri Lanka: Cientos de heridos muy graves llegan al hospital de Vavuniya
Paul McMaster trabaja con otro cirujano de MSF y con el personal del Ministerio de Salud en la provincia del Norte de Sri Lanka y allí trata a muchos de los cientos de miles de civiles que logran escapar de Vanni, la zona donde tiene lugar el conflicto. Durante los últimos días, se estima que unas 60.000 personas han escapado de los intensos enfrentamientos y muchos heridos han sido trasladados en autobuses al hospital de Vavuniya. El 21 de abril, MSF trató a 400 personas en 36 horas, casi el doble del total de pacientes admitidos la semana anterior.

¿Cómo es la situación en el hospital ahora?
Nosotros y nuestros colegas sri lankeses estamos asistiendo a los heridos que han logrado escapar del conflicto en el norte y que han ido llegando estos últimos días. Hemos visto pacientes gravemente heridos. El número de ingresos se ha incrementado muy rápido en los últimos tres o cuatro días y estamos viendo llegar a muchísimos heridos de gravedad.
Nuestro hospital tiene unas 450 camas y ahora tenemos más de 1.700 pacientes ingresados. Muchos de ellos están tendidos en el suelo, en los pasillos, e incluso fuera. El hospital está llegando al límite de sus capacidades.
¿En qué condiciones llegan los pacientes?
3 de cada 4 heridos presentan heridas causadas por explosiones, y el resto tiene heridas de bala o causadas por las minas. Estamos tratando a todos aquellos que han conseguido sobrevivir y llegar hasta nosotros. Vemos muchas heridas abdominales y sospechamos que debe haber muchas personas con heridas en el pecho y la cabeza que no han conseguido sobrevivir a las explosiones y llegar hasta nosotros.
Nos hemos visto obligados a practicar muchas amputaciones. Muchas de las heridas que presentan en las extremidades inferiores son gravísimas y la gente tiene miembros literalmente reventados, así que estamos haciendo muchas amputaciones de urgencia. Son muchos los pacientes con órganos internos dañados y tenemos que ocuparnos de muchas personas con graves heridas en el pecho. Hacemos drenajes pulmonares y tratamos a personas con graves heridas en la cabeza (aunque la mayoría no consigue llegar a nosotros con vida). Los autobuses traen personas vivas y también los cuerpos de aquellos que han muerto durante el traslado.
¿Veis a muchas mujeres y niños con heridas graves?
Vemos a muchos hombres con heridas muy graves pero también a muchas mujeres y a muchos niños. Y a veces vemos a la madre, al padre y al hijo de una misma familia que han resultado heridos en la misma explosión. Incluso vemos a familias enteras que han sido heridas.
Vimos a una muchacha de unos 19 años que está amamantando a su bebé y a quien tuvimos que amputarle la pierna izquierda. Me pregunto qué futuro les espera a ella y a su bebé. Vemos a niños sin padres también. Tuvimos a un pequeño de unos 5 años a quien le amputamos la pierna y que está siendo cuidado por su hermano mayor, que sólo tiene unos siete años. No sabemos dónde están sus padres o si están vivos o muertos. Pero lo cierto es que estos dos pequeños están aquí, en un hospital lleno de de sufrimiento y de personas con traumatismos... y están solos.
¿En qué estado mental llegan los pacientes?
Naturalmente vemos a los heridos en estado más crítico y a pacientes en estado de shock. Se sientan en silencio esperando su turno. Nos ocupamos de personas en estado crítico que necesitan ser intervenidos de urgencia y la verdad es que queda poco tiempo para poder hacer nada más. Tenemos asesores y responsables de salud mental que trabajan en los campos, pero se trata de personas profundamente traumatizadas. Tenemos a niños que se sientan en medio de la sala de urgencias viendo a personas con heridas graves y miembros reventados. Y no son más que niños, sentados en silencio, sin demostrar sentimiento alguno y que están en medio de todo esto. Nosotros intentamos tratarles y sacarles rápidamente de allí para trasladarles lo antes posible a planta.
¿Cuáles han sido las condiciones de vida de estos pacientes antes de llegar al hospital?
Muchos de ellos han vivido en unas condiciones muy difíciles. Los que vienen aquí requieren ser intervenidos de urgencia, así que a pesar de que no hay duda de que no han comido nada en los últimos días, no podemos darles alimentos. Vienen sin nada; sólo con lo puesto. Sus familiares (si los tienen) vienen también sin nada. Nosotros, nuestros colegas y el personal de otras organizaciones les damos ropa, sandalias y un colchón. Y también distribuimos alimentos en los campos, donde hay miles de niños y mujeres embarazadas que necesitan alimentos suplementarios para rehacerse.
En estos momentos, ¿cuáles son las mayores dificultades para proporcionar atención médica en el hospital?
La atención postoperatoria es una de las áreas que más preocupa. La situación es muy difícil. Tenemos una sala que debe tener unas 45 camas y ahora hay algo así como 325 pacientes en ella. Resulta extremadamente difícil aportar atención postoperatoria de calidad, y constantemente intentamos seleccionar a aquellos que corren más riesgo de contraer infecciones o sepsis.
El personal de enfermería trabaja sin respiro, en turnos de unas 19-20 horas. Pero aún así siguen faltando manos. Y a menudo tenemos que dedicar el tiempo a seleccionar a los pacientes con problemas más graves y ocuparnos de ellos en lugar de hacer nuestro trabajo habitual. Resulta muy complicado para todo el personal que está aquí y que está trabajando muy muy duro.
¿Qué previsiones hay para los próximos días?
Por lo que he podido escuchar, el número de pacientes en los próximos días se mantendrá igual y podría incluso aumentar. Estamos haciendo todos los preparativos que podemos para poder acoger a un número incluso mayor de pacientes en estos próximos días, naturalmente esperando y casi rezando porque esto se detenga muy pronto... aunque la verdad es que nada parece indicar esto todavía, y el equipo de colegas sri lankeses nos ha comentado que nada indica que esto vaya a detenerse en un plazo corto de tiempo.