Sri Lanka: Más de 500 heridos atendidos cada día en los centros de MSF
Los equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) siguen trabajando sin descanso, junto al personal del Ministerio de Salud de Sri Lanka, para atender a los miles de desplazados que han conseguido escapar de la región del Vanni tras permanecer semanas atrapados por los combates.

La situación sigue siendo extremadamente preocupante tanto en los hospitales del distrito de Vavuniya como en los improvisados campamentos en los que los cerca de 269.000 nuevos desplazados se están instalando.
Más de 500 heridos son atendidos cada día en los tres hospitales en los que MSF proporciona atención médica y quirúrgica, en colaboración con personal del Ministerio de Salud. “Están trabajando sin descanso con el fin de atender los casos más urgentes, por no hablar de todos los demás pacientes que siguen esperando porque su vida no corre peligro pero que también necesitan atención médica”, explica Lauren Cooney, Coordinadora de MSF en la emergencia de Vavuniya.
En el Hospital de Vavuniya, la cifra de pacientes sigue triplicando la capacidad de este centro, que dispone de 450 camas. Ante esta saturación, MSF ha tenido que habilitar una clínica en el exterior, junto a los edificios principales, con el fin de atender las curas de los pacientes con heridas, con un ritmo de unas 60 consultas diarias.
Desde Vavuniya además se ha referido a decenas de personas al vecino Hospital Pampaimadu Ayurvedic, que se ha reforzado con un pequeño quirófano. “Hemos visto heridas horribles, fracturas, amputaciones traumáticas por minas, algo indescriptible incluso para trabajadores con gran experiencia en crisis como estas”, señala Cooney.
El pasado 22 de mayo, MSF abrió un hospital de campo en Menik Farm, con el fin de proporcionar asistencia médica y quirúrgica las 24 horas del día en este área de asentamiento, en la que se concentran la gran mayoría de los desplazados, cerca de 226.000 personas.
“Los pacientes son referidos sobre todo por las instalaciones del Ministerio de Salud en el campo de Menik Farm”, señala Severine Ramon, coordinadora del hospital de campo de MSF. “En la primera semana, recibimos más de 100 pacientes, sobre todo personas con heridas infectadas y niños con graves infecciones respiratorias y deshidratación debido a la diarrea. Pero las actuales restricciones de acceso a los campos está limitando nuestra capacidad de respuesta a las necesidades médicas de los desplazados”.
Dadas las condiciones en que se encuentran los pacientes, y la saturación de los centros médicos, las prioridades son muchas, en especial responder a la emergencia en todos los ámbitos: en los campos de acogida resulta esencial reforzar los servicios de urgencias y asegurar unas adecuadas condiciones de agua y saneamiento, mientras que en los hospitales resulta indispensable garantizar servicios de atención secundaria.
Asimismo, MSF considera indispensable que los desplazados reciban atención psicológica. “Esta es una población grande y traumatizada. Son personas que han sufrido una experiencia terrible, hemos visto sus caras de miedo por lo que han pasado y por no saber lo que les espera –precisa Lauren Cooney-. Habrá que proporcionar una ayuda que no sólo sea en casos individuales, sino en grupos, para sencillamente hablar con la gente de lo que les ha ocurrido”.