Sur Sudán: la historia de Sambori

"Estamos aquí escapando del LRA. En Congo no podemos escondernos de ellos, lo intentamos una vez y no funcionó. No nos quedó más remedio que venirnos aquí aunque sea una tierra desconocida para nosotros.

Estaba anocheciendo cuando el LRA llegó a Sambori. Eran entre 30 y 40 hombres con unos niños cargando avellanas. También venían algunos adultos cargando a sus soldados heridos. Nos metieron a todos los hombres en una casa y nos pusieron a trabajar. Durante la noche no nos maltrataron, solo nos obligaron a trabajar: teníamos que pelar las avellanas y sacar las semillas.

Cuando amaneció se llevaron las semillas y a los niños. Luego reagruparon a los adultos y empezaron a golpearnos. A mi me pegaron entre varios. Cada uno de nosotros era golpeado por algunos de ellos, todos gritábamos y llorábamos a la vez y ellos seguían golpeándonos. Después nos robaron todo lo que teníamos e incendiaron nuestras casas. Nosotros no podíamos hacer nada, estábamos tendidos en el suelo. Yo tenia todo mi dinero escondido en la casa, pero también lo quemaron.

Se llevaron a 19 niños, tres de ellos eran mis sobrinos: un niña de 14 años y dos niños de 14 y de 15. Ninguno de ellos ha conseguido escapar. No sabemos nada de ellos.

Los soldados del LRA estaban bien uniformados, con sus botas de agua y sus uniformes como los de nuestro ejército. Entre los soldados había adultos, jóvenes y niños, todos armados. Los niños eran los más serios, incluso más que los adultos.

En cuanto los soldados se fueron, huímos hacia Bangade, donde pasamos unas semanas debajo de los árboles y comiendo lo que podíamos. Cuatro semanas después de nuestra llegada, oímos de nuevo tiros, el LRA estaba atacando el centro del pueblo. Nosotros nos escondimos en el bosque, pero la población de Bangade decidió atacar al LRA. En Bangade la gente tiene armas tradicionales y estaban preparados. Consiguieron matar a 12 del LRA, pero los del LRA mataron a ocho de Bangade.

El LRA se marchó y en el camino de vuelta pasaron por el pueblo de Napopo. Se pusieron a quemar a la gente y sus casas. Dispararon a tres y quemaron a cuatro personas vivas. En total se llevaron a 35 niños entre las dos aldeas.

En la primera huida hicimos 42 kilómetros pero tardamos tres días porque teníamos que ser cuidadosos para que nadie nos viera. Con el segundo ataque tardamos otros tres días en llegar hasta Sakure. Decidimos venir al sur de Sudán porque en Congo están ellos.

En septiembre fue la primera vez que vi al LRA, hasta este momento era sólo de oídas. Ahora no volveré a Congo hasta no estar absolutamente seguro de que ellos están en Uganda.

Tengo un sueño que se repite: vuelvo a buscar comida y ellos me encuentran y me atacan. Desde que tengo el sueño he decidido no volver a Congo, definitivamente no voy a volver hasta que este seguro de que ellos están en Uganda. Los soldados nos dijeron que si volvíamos allí nos matarían, que dejáramos la tierra libre porque era su camino para entrar en el sur de Sudán".