"Todos los actores en conflicto tienen que entender que la violencia sexual es un crimen y hay que ponerle fin"
MSF responde a otro incidente de violación masiva en la provincia de Kivu Sur, en la República Democrática del Congo. La Coordinadora de Operaciones de MSF en el país, Katrien Coppens, explica cómo las personas que viven en el este del país se han convertido en el blanco del conflicto que asola esta zona.

¿Qué actividades médicas ha llevado a cabo MSF para ayudar a las víctimas de este episodio reciente de violación masiva?
Enviamos un equipo sanitario con suministros a la región de Fizi, en Kivu Sur, inmediatamente después de saber que allí se había producido una violación masiva la semana anterior. Desgraciadamente ya era demasiado tarde para administrar profilaxis post-exposición (PEP), una parte estándar de la respuesta médica de MSF ante una violación que, si se realiza antes de que transcurran 72 horas después del incidente, puede ayudar a proteger contra la transmisión del VIH/sida. Tampoco fue posible la contracepción de emergencia, puesto que tiene que administrarse dentro de los 5 primeros días de haberse producido la agresión, pero pudimos tratar las infecciones de transmisión sexual y los traumatismos que padecían las víctimas.
¿Cuándo ocurrieron los ataques y en qué estado se encontraban las víctimas?
La mañana en que llegamos, una gran cantidad de personas se concentró en la aldea de Abala esperando recibir asistencia médica. Todas las mujeres del grupo nos dijeron que habían sido violadas entre el 9 y el 12 de junio de este año. Al día siguiente visitamos la aldea vecina de Nakiele, cuyos habitantes nos contaron la misma historia. Nuestro equipo acabó quedándose dos días en lugar de uno, como había previsto al principio, para poder tratar al gran número de mujeres que acudían al centro de salud. Nos desplazamos entonces a la aldea de Kanguli y tratamos a más mujeres, dos de ellas con complicaciones severas como resultado de las violaciones.
¿Cuáles son las consecuencias médicas de la violencia sexual?
Además de traumatismos físicos, las consecuencias médicas de la violencia sexual son muchas, incluyendo un mayor riesgo de transmisión de VIH/sida, embarazos no deseados, infecciones de transmisión sexual y serios problemas de salud reproductiva. Las mujeres que están embarazadas en el momento de la agresión corren el peligro de perder el bebé que esperan.
Las víctimas de este tipo de violencia también experimentan problemas psicológicos como miedo, pesadillas y dolores corporales psicosomáticos. Para las mujeres, el estigma de la violación a menudo conlleva el rechazo de sus familiares e incluso de la comunidad en su conjunto. El aislamiento y la vergüenza pueden ocasionarles serias dificultades socioeconómicas.
¿Por qué las violaciones masivas ocurren con tanta frecuencia en la República Democrática del Congo?
Hay un conflicto en la zona este del país, que se encuentra en una situación extremadamente compleja y difícil. Durante muchos años los civiles han sufrido desplazamientos, saqueos, inseguridad y violencia como consecuencia de los enfrentamientos y las actividades de varios actores armados que merodean por la zona, viven a costa de la población local y siembran el pánico.
Me preocupa que la violación masiva de poblaciones civiles vaya en aumento en Kivu Sur. Todos los actores en el conflicto tienen que entender que la violación es un crimen y que la violencia sexual contra la población civil es absolutamente inaceptable y hay que ponerle fin.
¿Cuál ha sido el alcance de la respuesta de MSF a las necesidades de esta población?
Desde principios de este año, MSF ha tratado a unas 500 víctimas de violaciones masivas solo en la región de Fizi, en Kivu Sur. Es muy frustrante ver cómo sufren las personas que no tienen nada que ver con el conflicto. El papel de MSF consiste en prestar la mejor atención posible a las personas supervivientes de estas violaciones, además de ofrecer otros servicios médicos habituales al resto de la población en la ciudad de Baraka y sus alrededores. Allí hemos tratado, solo en lo que va corrido de 2011, a más de 50.000 pacientes en nuestros centros de salud y a más de 3.000 más en el hospital apoyado por MSF.