Yemen de cómo una «micro-pulga» llegó a pulgón (por Esperanza Santos)

MSF
06/04/2010

Llegué a Yemen el 26 de diciembre, después de celebrar unas bonitas Navidades con mi familia y amigos. Iba a trabajar a la zona noroeste del país, donde Médicos Sin Fronteras (MSF) lleva a cabo una intervención nutricional de emergencia debido al gran número de niños desnutridos que hay en la población. Miles de familias se vieron forzadas a desplazarse a la provincia de Haradh desde la provincia de Saada (frontera con Arabia Saudí) por culpa de la guerra interna que, desde agosto, una vez más (y van seis), enfrenta a las tropas del ejército y al grupo rebelde de los Al-Houti.

En el programa cubrimos la población de los tres campos de desplazados de esta zona y de varios asentamientos que se han ido formando fuera de ellos: en total, alrededor de 35.000 personas. Tenemos cinco días de programa ambulatorio, en los que los niños vienen una vez a la semana y se les pasa consulta médica, los pesamos, los medimos y se llevan una ración de comida terapéutica para toda la semana. Para los casos más severos que no pueden hacer el tratamiento en casa, hay un centro donde se quedan ingresados hasta que la salud les permite seguir el tratamiento ambulatorio.

El primer día que llegué al centro terapéutico conocí a Khaled, en el futuro más conocido como “el micro-pulga”, un muchachito de casi cuatro meses y 2,3 kilos. Acababa de llegar y quedó ingresado. Con los niños menores de seis meses el tratamiento es distinto: ellos no pueden tomar todavía la comida terapéutica, así que lo que hacemos es estimular la producción de la leche materna y se le da suplemento nutricional a la madre. El suplemento de los niños es leche terapéutica que succionan a través de una sondita pegada al pezón de la madre. Así que ahí dejamos a Khaled y a su madre, entrenando…

 

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