Durante 2021, en el escenario de una crisis política cada vez más profunda, ampliamos las actividades para cubrir los vacíos de la sanidad pública y responder a la pandemia de COVID-19.
- 105.400 consultas externas
- 8.720 personas con VIH en tratamiento antirretroviral de primera línea en programas de MSF
- 2.540 consultas individuales de salud mental
- 29 personas con TB multirresistente iniciaron tratamiento

En febrero de 2021, el Ejército de Myanmar derrocó al Gobierno elegido democráticamente, encarceló a sus líderes e impuso el estado de emergencia. Unos días después, el personal médico abandonó su trabajo a modo de protesta, encabezando un movimiento de desobediencia civil en el que funcionarios de todos los sectores se pusieron en huelga. Miles de profesionales de la salud tuvieron que ocultarse, sin poder ejercer por temor las agresiones y arrestos.
La sanidad pública quedó desorganizada desde entonces. Los tratamientos del VIH y la tuberculosis (TB) se suspendieron, los servicios médicos básicos quedaron limitados y las derivaciones a especialistas se hicieron muy difíciles. Cuando, en junio, se produjo un brote devastador de COVID-19, los hospitales se desbordaron rápidamente y decenas de miles de personas murieron por no recibir la atención que necesitaban.
COVID-19
Abrimos tres centros independientes de tratamiento de la COVID-19 para pacientes moderados o graves en la ciudad más grande de Myanmar, Yangón, así como en Myitkyina y Hpakant, dos municipios del estado de Kachin. En agosto, habíamos comenzado a trabajar en un centro en Lashio (capital del estado de Shan, en el norte), pero recibimos orden de cerrarlo cuatro días después de ingresar los primeros pacientes, y tuvimos que trasladarlos a un centro estatal.
También habilitamos un teléfono de información sobre la COVID-19 que cubría a las poblaciones de Muse, Lashio (ambas en Shan) y Dawei (en la región de Tanintharyi); además, donamos suministros a instituciones (entre ellas, una prisión en Lashio) y capacitamos a personal sanitario en prevención y control de infecciones.
VIH, hepatitis C y tuberculosis
Poco después de que los militares tomaran el poder, suspendimos el traspaso de pacientes con VIH al programa del Ministerio de Salud. Además, empezamos a diagnosticar y tratar a nuevos pacientes en nuestras clínicas en los estados de Kachin y Shan y en la región de Tanintharyi; no habíamos tenido cifras tan elevadas de pacientes con VIH desde 2019. Además, continuamos con la atención a personas que ya no podían acceder a consulta y reponer la medicación en sus centros de salud habituales. También mantuvimos nuestros programas de tratamiento de personas con TB o coinfectadas con VIH y hepatitis C.
Atención básica
Ampliamos nuestros servicios médicos básicos abriendo clínicas para personas con bajos ingresos en Yangón, donde las secuelas económicas de la COVID-19 y de la crisis política han sido más agudas. También incluimos atención médica básica en nuestras clínicas en Dawei, Hpakant y Myitkyina, y ampliamos las derivaciones para tratamientos especializados.
Estado de Rakáin
Durante décadas, los rohinyás que viven en el estado de Rakáin han sufrido ciclos de persecución y discriminación, segregación, extorsión y restricciones de movimiento. Como consecuencia de su falta de estatus legal y de derechos, esta comunidad también afronta graves restricciones de acceso a servicios básicos como la atención médica.
Mantuvimos las clínicas móviles, para ofrecer atención básica, derivaciones hospitalarias, atención a supervivientes de violencia sexual y de género, promoción de la salud y apoyo psicosocial, todo ello dirigido a las comunidades rohinyá y rakáin y demás etnias de Rakáin. Inauguramos una nueva clínica fija en el campo de Sin Tet Maw (en el municipio de Pauktau) y mejoramos el acceso a la atención médica para los desplazados rohinyás y de rakáins.
En las zonas del norte de Rakáin a las que no podemos acceder, contamos con agentes de salud en las propias comunidades, donde brindan atención básica y organizan derivaciones en caso de urgencia.
Este artículo ofrece una visión general de nuestro trabajo en este país entre enero y diciembre de 2021; es un resumen que no puede considerarse exhaustivo. En 2021, contábamos con 1.165 profesionales* y gastamos 15,8 millones de euros en nuestras actividades médico-humanitarias. Trabajamos por primera vez en este país en 1992.
En 2021, MSF España era una de las secciones de MSF con actividades en el país. Si quieres conocer más en profundidad nuestro trabajo allí, consulta nuestro ‘Informe de Operaciones 2021’.
* La cifra de personal equivale al total de puestos a tiempo completo o FTE (del inglés full-time equivalent). Por ejemplo, dos personas a media jornada equivalen a un FTE.
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