Más de 520.000 personas migrantes cruzaron el Tapón del Darién el año pasado en su viaje hacia el norte, rumbo a México y Estados Unidos, en busca de una vida mejor. Esta es la cifra más alta registrada hasta la fecha y más del doble de la del año anterior.
Tras negociaciones con las autoridades, a nuestros equipos se les permitió regresar a la comunidad indígena de Bajo Chiquito, el primer pueblo al que llegan los migrantes al cruzar a Panamá tras un peligroso viaje que puede durar 10 días o más. De inmediato, comenzamos a apoyar el puesto sanitario del Ministerio de Sanidad en el pueblo para que las personas víctimas y supervivientes de violencia sexual pudieran recibir atención urgente, fundamental para garantizar un tratamiento eficaz. Además de atender a cientos de víctimas, seguimos alertando sobre el gran aumento de la cantidad de agresiones sexuales.
Nuestros equipos también proporcionaron atención médica y de salud mental a personas que habían sido víctimas de agresiones físicas, amenazas y robo por parte de delincuentes en la selva. Algunos pacientes habían sufrido heridas al atravesar el peligroso terreno o habían desarrollado enfermedades cutáneas, gástricas o respiratorias debido al escaso acceso a alimentos, agua y refugio.
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María espera en la plaza central de Bajo Chiquito para tomar una barca y remontar el río. En unos días espera llegar a México. Aún les quedan cuatro países por cruzar. © Juan Carlos Tomasi/MSF
Entre los pacientes, muchos eran grupos en situación de vulnerabilidad, incluidos niños pequeños, personas mayores y personas con discapacidades o problemas de salud preexistentes.
En 2023, el 63% de las personas migrantes llegaron desde Venezuela, el 11% desde Ecuador y el 8,9% desde Haití. También hay una migración considerable desde otros continentes, incluido un 8,15% desde Asia.
Como en años anteriores, pedimos públicamente a los gobiernos de la región que se garanticen rutas migratorias seguras y se tomen medidas eficaces para proteger a las personas migrantes de la violencia.
Este artículo ofrece una visión general de nuestro trabajo en este país entre enero y diciembre de 20223. Se trata de un resumen que no puede considerarse exhaustivo. En 2023, contábamos con 66 profesionales* y gastamos 2,6 millones de euros en nuestras actividades médico-humanitarias. MSF trabajó en Panamá por primera vez en 2008, cuando abrió una oficina regional de respuesta a emergencias, que estuvo activa hasta 2013. Las primeras actividades humanitarias en el propio Panamá corresponden a 2021.
En 2023, MSF España era la única sección de MSF con actividades en el país. Si quieres conocer más en profundidad nuestro trabajo allí, consulta nuestro ‘Informe de Operaciones 2023’.