Nauru: abandono y desesperación sin fin en la isla

La política australiana de reclusión indefinida en ultramar está causando un sufrimiento extremo y un terrible impacto en la salud mental de los refugiados y solicitantes de asilo en la isla de Nauru. El 60% de nuestros pacientes tiene pensamientos suicidas y el 30% ha intentado quitarse la vida.

MSF
04/12/2018

Publicamos los primeros datos médicos independientes que muestran el extremo impacto en la salud mental de los refugiados y solicitantes de asilo en Nauru. El sufrimiento está causado por la política australiana de reclusión indefinida en ultramar. Desde Médicos Sin Fronteras reclamamos al Gobierno de Australia a que ponga fin a esta política de forma urgente. Reiteramos la solicitud de evacuación inmediata de todos los refugiados y solicitantes de asilo de Nauru –hombres, mujeres y niños– para evitar un mayor deterioro de su salud.

Según nuestro informe Desesperación sin fin’, el sufrimiento y el impacto en la salud mental en Nauru es uno de los más graves observados por la organización en todo el mundo, incluso en proyectos que brindan atención a víctimas de torturas.

"Los datos médicos que publicamos hoy confirman la desgarradora realidad que presencié en Nauru", explica la doctora Christine Rufener, nuestra psicóloga clínica y responsable de salud mental. "Vivía todos los días con la preocupación de cuál de mis pacientes podría intentar quitarse la vida. Tras cinco años de espera, habían perdido toda esperanza".

Entre los 208 solicitantes de asilo y refugiados que hemos tratado en Nauru, 124 tuvieron pensamientos suicidas y 63 intentaron quitarse la vida. Además, 12 adultos y niños que tratamos fueron diagnosticados con síndrome de resignación, un estado semicomatoso que les impide comer y beber.

Aunque tres de cada cuatro pacientes refugiados y solicitantes de asilo dijeron haber experimentado episodios traumáticos antes de llegar a Nauru -como situaciones de conflicto o reclusión- el informe refleja que su situación indefinida en Nauru fue la más nociva para su salud mental. El 65% de los solicitantes de asilo y pacientes refugiados sintieron que no tenían control sobre sus vidas. Estos tenían una probabilidad mucho mayor de tener pensamientos suicidas o de ser diagnosticados con trastornos psiquiátricos graves.

"Si bien muchos de nuestros pacientes habían experimentado traumas, fue la política australiana de tramitación indefinida la que destruyó toda su esperanza en el futuro y devastó su salud mental", denuncia la doctora Rufener.

Más de un tercio de los pacientes solicitantes de asilo y refugiados estaban separados de sus familiares cercanos. Aquellos que permanecían alejados de sus familiares porque estos habían sido evacuados de la isla por razones médicas –una táctica utilizada por el Gobierno australiano para coaccionar a los refugiados evacuados médicamente a regresar a Nauru– tenían 40% más probabilidades de cometer actos suicidas.

En 11 meses en Nauru, nuestros equipos facilitaron atención de salud mental a 285 pacientes, nacionales de la isla, refugiados y solicitantes de asilo. Nuestros compañeros realizaron 1.526 consultas con refugiados y solicitantes de asilo, y 591 con ciudadanos locales.

El Gobierno de Nauru nos forzó a abandonar la isla a principios de octubre, cuando más de 200 pacientes aún estaban bajo tratamiento. Nuestra organización sigue profundamente preocupada por la atención de los pacientes que quedaron atrás, los propios nacionales de la isla, los solicitantes de asilo y los refugiados.

La situación de salud mental de la población local también mostró signos de gravedad. Así, casi la mitad de nuestros pacientes nauruanos padecían psicosis, y muchos requerían hospitalización psiquiátrica no disponible en la isla. Resulta llamativo que más de la mitad mostraron avances en su salud mental bajo el cuidado de nuestros equipos, mientras que solo el 11% de los pacientes refugiados y solicitantes de asilo mejoraron.

“La salud mental de nuestros pacientes de Nauru mejoró de una forma que no tenía reflejo en  nuestros pacientes solicitantes de asilo y refugiados, a pesar de recibir la misma calidad de atención. Esto ilustra que vivir bajo una política de tramitación indefinida provoca un estado perpetuo de desesperación, haciendo imposible que los solicitantes de asilo y los refugiados se recuperen", explica el doctor Stewart Condon, presidente de MSF Australia.

“La actual crisis de salud mental en Nauru es trágicamente predecible. Después de cinco años de privación arbitraria de libertad, su situación es desesperada. El Gobierno australiano debe detener esta política brutal y evacuar inmediatamente a todos los refugiados y solicitantes de asilo de las islas de Nauru y de Manus (perteneciente a Papúa Nueva Guinea). No hay tiempo que perder".

Pedimos al Gobierno australiano que ponga fin de inmediato a la contención y confinamiento de solicitantes de asilo y refugiados en alta mar. Agradecemos cualquier opción de reasentamiento, incluida la de Nueva Zelanda, siempre que sean rápidas, voluntarias, respeten la unidad familiar y permitan a las personas reconstruir sus vidas y su salud mental.