Los devastadores terremotos de 7,8 y 7,5 grados que azotaron el sureste de Turquía el 6 de febrero dejaron profundas cicatrices en las mentes de las personas y sembraron el miedo entre la población afectada. Más de 51.000 personas murieron, 210.000 edificios se derrumbaron y 890.000 sufrieron daños graves o moderados a causa de los terremotos y sus réplicas.

“Los primeros días fueron oscuros. De hecho, nuestra gente se sentía desolada y pasaba hambre. Hacía frío… la situación era lamentable. Nadie sabía qué hacer. ¿Dónde están sus familiares, sus vecinos, sus hijos y sus hijas? Nadie lo sabía”, recuerda Ali, muhtar, líder comunitario electo del barrio de Sofular, en Antakya, Hatay.
“Luchamos por volver a ser nosotros mismos, a volver a nuestros sentidos después de los terremotos. Todavía luchamos con las réplicas. Ni siquiera podemos quedarnos solos en una habitación. Permanecemos varias personas a la vez en una habitación para brindarnos apoyo mutuo”, dice Birgül, superviviente del terremoto y persona con necesidades especiales de Adıyaman, una ciudad devastada y hogar del icónico Monte Nemrut.
“Todo se derrumbó, y la gente también se derrumbó, financiera y emocionalmente”, agrega la tía de Birgül, Sevda.
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La población total de Malatya antes de los terremotos era de 812 mil habitantes. 363 mil personas viven ahora en tiendas de campaña y unas 29 mil en albergues. © Stefan Pejovic/MSF
Nuestros equipos de MSF respondieron desde el primer día después de los terremotos
Birgül y Sevda son solo dos de alrededor de 9,1 millones de personas directamente afectadas por los terremotos. De ellas, 5,2 millones aún requieren algún tipo de asistencia humanitaria. Aunque la fase inicial de la respuesta ha terminado, aún quedan necesidades a más largo plazo por satisfacer, especialmente en lo que respecta a la salud mental y el apoyo psicosocial, los servicios de agua y saneamiento, y la provisión de artículos de higiene y otros artículos no alimentarios.
“Escuela y educación para las niñas y niños; detergente, agua para la higiene, baños adicionales y depósitos de agua. Eso es lo que necesitamos”, dice Muhammad, superviviente del terremoto y residente de Hatay.
Desde el primer día, apoyamos a la sociedad civil turca y a las organizaciones no gubernamentales (ONG) para responder a las necesidades de salud mental y apoyo psicosocial.
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Asentamiento de tiendas de campaña en Hatay. Unas 9000.00 personas viven en asentamientos informales, 200.000 de ellas en tiendas de campaña. © Stefan Pejovic/MSF
Además, y hasta finales de abril, las ONG que apoyamos han proporcionado e instalado 61 depósitos de agua, 312 inodoros, 160 duchas y entregado más de 2,5 millones de metros cúbicos de agua potable a la población afectada. También se donaron y distribuyeron a las personas necesitadas 96,6 toneladas de frutas y verduras, 390.500 comidas, 53,1 toneladas de leña, 38-154 kits de higiene, 321 tiendas de campaña, 31 contenedores y otros materiales.
Selahattin, otro superviviente, cuya casa se derrumbó en el pueblo de Polat, en Malatya -donde se encuentran las plantaciones de albaricoques más grandes del mundo- nos compartió sus impresiones.
“Ustedes han sido testigos de lo difícil que es vivir para las personas o de lo dura que es la lucha por sobrevivir. Con el apoyo psicológico ayudan a las personas a aferrarse a la vida. También trajeron material de higiene a nuestra gente, que necesitábamos mucho”, afirmó.
Según los últimos datos, tres millones de personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares, y el tipo de necesidades expresadas en todas las zonas afectadas es similar.
“En cuanto a los alimentos, no tenemos demasiados problemas, pero faltan contenedores, duchas y letrinas”, explica Selahettin, del pueblo de Kumçatı, en una de las provincias más afectadas, Kahramanmaraş.
Desde agua y saneamiento hasta donaciones a hospitales: el impacto de las ONG turcas apoyadas por MSF
Los equipos apoyados por MSF fueron de los primeros en responder inmediatamente a las necesidades de las personas que vivían en las afueras del centro de la ciudad de Hatay, refugiadas en asentamientos irregulares y cerca de sus casas dañadas.
“Inicialmente, el mayor problema fue ingresar a los campos, desplegar los baños y las duchas y conectar todo, porque al principio la cadena de suministro fue muy difícil. La importancia de los servicios de agua y saneamiento, en los primeros días, es preservar la salud de la población, ya que hay muchas enfermedades transmitidas por el agua, y contar con un sistema adecuado es la forma más fácil de resolverlo”, afirma Wayne Chang, responsable de agua y saneamiento, que trabaja en el apoyo técnico de la ONG local Yardım Konvoyu, apoyada por MSF.
Para ilustrar las necesidades agudas y a largo plazo, Ferdi, residente de Hatay que ahora vive en una tienda de campaña con su familia, nos compartió su experiencia.
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Selami, superviviente, socorrista y técnico del hospital estatal de Hatay: “Como en las primeras 72 horas después de los terremotos no disponíamos de todos los lugares donde cubrir nuestras necesidades de aseo y agua, tuvimos que intentar resolver estos problemas de diferentes maneras y medios. © Stefan Pejovic/MSF
“Nosotros [la familia] vamos a ducharnos en la casa de nuestros parientes y nos sentimos avergonzados. Ya sabes, te reciben uno, dos, tres días, y al cuarto día te decían, ‘por favor, no vengas más a mi casa, vete a otro lado’. Este es uno de los mayores problemas ahora”.
Además de la donación de una máquina de rayos X a un hospital en Kahramanmaraş, las ONG de Turquía apoyadas por MSF, junto con otras organizaciones de ayuda, también donaron una bomba de agua y tanques de agua al vanguardista, pero ahora dañado, Hatay Eğitim ve Araştırma Hastanesi (Hospital de Formación e Investigación de Hatay).
“Debido a la falta de baños y suministro de agua dentro de las primeras 72 horas después de los terremotos, tuvimos que encontrar formas alternativas de abordar estas necesidades esenciales. Sin embargo, una vez que llegaron los depósitos de agua azul donados, la situación mejoró significativamente y pudimos satisfacer las necesidades de inodoros y baños con mayor comodidad”, cuenta Selami, superviviente, voluntaria de primeros auxilios y técnica médica en el hospital.
Centros ‘NEFES’: un soplo de aire fresco para todas las personas
“Los familiares de una niña llamada Meryem fueron rescatados de los escombros, y luego trasladados a Adana. Allí les realizaron cirugías, y después de mes y medio, otra cirugía. Ahora viven en una tienda de campaña donde no tienen aire acondicionado, ni refrigerador, ni electricidad. Hace mucho calor aquí. La situación es muy mala”, explica Muna, una mujer de Hatay que cuida a Meryem.
Al 4 de mayo, 650.000 hogares, unos 2,6 millones de personas, aún viven en tiendas de campaña. Mientras tanto, más de 157.000 personas están alojadas en 85.500 contenedores.
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MSF financiamos y apoyamos a ONG locales para construir y establecer tres centros llamados ‘Nefes’, en Adiyaman, Malatya y Elbistan. © Stefan Pejovic/MSF
Como parte de su respuesta, brindamos apoyo técnico y financiero a las ONG locales para construir y establecer tres centros psicosociales y de vivienda, en Adıyaman, Malatya y Kahramanmaraş, llamados ‘NEFES’.
“Se trata de un ‘refugio seguro’ en lugares céntricos, abiertos a todas las personas, pero especialmente a mujeres y niñas. No solo se ofrece apoyo psicosocial, sino también actividades para niñas y niños, así como lavadoras y duchas. Estos centros también ofrecen habitaciones separadas para madres con recién nacidos para que puedan amamantar con tranquilidad”, dice Marcus Bachmann, nuestro coordinador de emergencias en Turquía.
“Nefes” es una palabra muy conocida en turco, y describe bien lo que ofrecen estos centros: la oportunidad de “respirar” profundamente mientras se viven las consecuencias de los terremotos.
“Dada la cantidad de personas que se encuentran alojadas en tiendas de campaña y contenedores, se necesitaba un lugar cálido y seguro, donde la población afectada pudiera sentirse cómoda y acceder a apoyo psicosocial y otros servicios. Creamos un espacio donde personal de psicología y psiquiatría también pudiera realizar sesiones individuales”, explica Hanen Çiftdoğan, coordinador de proyectos que trabaja para la ONG local apoyada por MSF ‘Imece Inisiyatifi’, describiendo el papel del centro psicosocial y de vida ‘NEFES’ en Adıyaman.
“Por supuesto, aún necesitamos asistencia psicológica. Perdimos vidas. Familiares, conocidos. Hemos pasado por un acontecimiento tan grande y por esta razón, las personas necesitan volver a sus vidas anteriores. Esto es lo que quiero para mí al menos”, concluyó Sevda, residente de Adıyaman.
Todas nuestras actividades de emergencia en Turquía se llevan a cabo apoyando a organizaciones locales como Imece Inisiyatifi, Yardım Konvoyu, Maya Vakfı y otras. Desde la fase inicial de la respuesta a los terremotos, estas ONG que apoyamos han estado activas en las provincias de Adıyaman, Gaziantep, Hatay, Kahramanmaraş, Kilis y Malatya, entregando ayuda de emergencia que tanto necesitaba la población afectada.
Traspaso de nuestras intervenciones de emergencia en Turquía
Después del primer terremoto del 6 de febrero, MSF apoyamos a la sociedad civil turca y a las organizaciones no gubernamentales (ONG) para responder a algunas de las necesidades más urgentes, como apoyo psicosocial y atención de la salud mental, servicios de agua y saneamiento, higiene, alimentación, alojamiento, y otros suministros y servicios vitales.
"Aunque la fase de emergencia ya pasó, nuestros pensamientos están con las muchas personas que se han visto afectadas por los terremotos en Turquía. Hasta tres millones de personas siguen viviendo en viviendas provisionales y, mientras continúan con la tarea de reconstruir sus vidas, los efectos físicos y mentales de su terrible experiencia siguen siendo frecuentes”, dice Ozan Ağbaş, nuestro gerente de apoyo en Emergencias.
“Ahora que las necesidades más agudas se han cubierto en gran medida, como organización médica humanitaria que brinda asistencia en emergencias, hemos comenzado a ceder nuestras actividades a las organizaciones y autoridades locales. A lo largo de los próximos meses, seguiremos ofreciendo algo de apoyo a las organizaciones locales que continúan ofreciendo servicios de ayuda”, agrega.