Convirtiendo las heridas en cicatrices

El Dr. Ghassan, director de la Unidad de Atención de Apoyo Psicosocial de Médicos Sin Fronteras en Amán, Jordania, explica en este artículo en primera persona cómo brindamos atención psicológica después de un evento traumático y cómo, después de los terremotos del 6 de febrero en Turquía y Siria, su equipo está apoyando a, aproximadamente, 500 compañeras y compañeros de MSF y a otras 300 personas que trabajan en organizaciones a las que ofrecemos apoyo en Siria.

MSF
20/03/2023

El terremoto fue lo que llamamos un incidente crítico, ya que requiere de una intervención psicológica y un enfoque de nuestro apoyo regular totalmente diferentes. Reunió todos los criterios de un evento traumático: supuso una amenaza de muerte, fue inesperado e inimaginable. La reacción natural de nuestro personal fue la del miedo y el pánico.

Lo primero que hicimos fue ofrecer primeros auxilios psicológicos. El objetivo es estabilizar a la persona y atender sus necesidades básicas: trasladarla a un lugar seguro para evitar más daños y asegurar que tenga comida, agua, refugio y los medicamentos que necesita. Capacitamos a varios de nuestros equipos en Siria para ayudar al personal a que se estabilizara. Esta capacitación es muy simple para cualquier persona, incluso si no tiene experiencia médica.

Después nos centramos en el trauma. Cada persona reaccionará de una manera distinta ante el mismo evento traumático, dependiendo de su experiencia y su estado de salud mental actual. Por ejemplo, nuestro personal en Siria se ha visto afectado de diferente forma en función de si estuvo directamente expuesto al terremoto (es decir, por ejemplo, si estaban en su casa mientras se produjo el terremoto y esta se vio dañada) o si estuvo expuesto de manera indirecta (por ejemplo, viendo o escuchando que un ser querido pudo haber perdido la vida a causa del evento).

 

Clínicas móviles MSF en el centro de alojamiento temporal de la ciudad de Salqin, en Idlib, Siria.

 

La reacción principal en ambas situaciones es el miedo. La gente pude comenzar a tener flashbacks de lo ocurrido ante un elemento desencadenante o disparador como puede ser un sonido o una imagen, también sin este. La otra reacción es la evitación: evitar el área donde ocurrió el evento traumático. Todavía tenemos personal que, un mes después del terremoto, no quiere regresar a su casa a pesar de que las autoridades dicen que ya es seguro hacerlo.

También pueden desarrollar hipervigilancia, es decir, estar en alerta máxima y en un estado de ansiedad extrema constantemente. Esto puede afectar a su capacidad para concentrarse u organizar su día a día y también al desempeño de su trabajo o su vida en casa.

Entonces, ¿qué hacemos como Unidad de Apoyo Psicosocial en una situación así? Tenemos varias herramientas diferentes. La más común es la terapia cognitiva conductual (TCC), una intervención psicosocial destinada a reducir la angustia mediante el cambio de patrones de pensamiento desadaptativo.

Comenzamos hablando de estos pensamientos persistentes y empezamos a desafiarlos para que tengan menos impacto. Hacemos esto conectando los pensamientos con algunos de los comportamientos que están provocando. Cuando las personas pueden vincular estos síntomas físicos (la hipervigilancia, por ejemplo) con el trauma mental, comienzan a identificar que si pueden controlar los pensamientos, estos síntomas físicos también podrán gestionarlos.

Otra cosa que hacemos, y quizá la más importante, es organizar sesiones en grupo entre las personas afectadas por el mismo incidente. Por ejemplo, un grupo que estaba trabajando en cierto hospital o viviendo en cierta área cuando ocurrió el terremoto. Creamos un ambiente seguro para que nos cuenten lo que pasó. Uno de los objetivos es trabajar la solidaridad entre las personas afectadas y el otro reducir el impacto del trauma. Al principio es muy doloroso porque la herida está muy reciente, pero al facilitar que la gente hable de su experiencia, convertimos la herida en cicatriz.

En el futuro planeamos implementar la terapia de exposición, una técnica que puede ayudar a las personas a superar sus miedos al exponerlas al estímulo que les provoca ansiedad. Pero solo podemos hacer esto si contamos una buena conexión a internet o si estamos con el paciente en persona, ya que si abres esta puerta a su miedo, debes poder cerrarla.

Desde que se produjeron los terremotos, hemos facilitado primeros auxilios psicológicos, sesiones de grupos y varias sesiones individuales, pero sabemos lo importante que es el apoyo presencial. Cuando podemos estar en el mismo espacio físico que el paciente, nuestra intervención es mucho más impactante.

Estoy planeando visitar el área a finales de este mes para brindar terapia y planificar los próximos pasos para ver cómo podemos apoyar mejor a nuestros colegas que viven en el noroeste de Siria. Lamentablemente, las dificultades que viven no comienzan ni terminan con este terremoto.

 

El Dr. Bashar Ghassan dirige la Unidad de Atención de Apoyo Psicosocial (PSCU, por sus siglas en inglés) de Médicos Sin Fronteras en Amman, Jordania. Como psiquiatra, el Dr. Ghassan ha trabajado con MSF en todo el mundo desde 2008, dando apoyo tanto a los y las pacientes como al personal. La PSCU es la principal unidad responsable de brindar apoyo a, aproximadamente, 10.000 empleados locales que trabajan en 28 de los proyectos de MSF en la región de Medio Oriente y África del Norte. Ofrecen una línea de atención directa las 24 horas del día los siete días de la semana para el personal que busca apoyo de salud mental, capacitaciones relacionadas con el bienestar del personal (por ejemplo, primeros auxilios psicológicos, manejo del estrés y habilidades de comunicación) y sesiones clínicas individuales y grupales.