Estamos siendo testigos de una catástrofe humanitaria de una gravedad extraordinaria en Gaza, tanto por los niveles de violencia perpetrada contra civiles, como por las restricciones impuestas a la provisión de ayuda humanitaria esencial para la supervivencia de la población.
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Médicos Sin Fronteras nos sentimos agraviados y conmocionados por el ataque de Hamás contra civiles israelíes. Del mismo modo, después de dos meses de este infame episodio, carecemos de palabras para describir el horror absoluto que el Gobierno de Israel está infligiendo a los civiles palestinos con ataques incesantes e indiscriminados sobre la Franja de Gaza para que el resto del planeta sea testigo de ello.
Lamentablemente, la tregua no ha supuesto en absoluto ningún tipo de solución y los bombardeos han vuelto a golpear Gaza. Es cierto que ha supuesto un respiro para la población, pues se les ha permitido acceder a suministros médicos, alimentos y agua. Sin embargo, teniendo en cuenta las inconmensurables necesidades en la Franja, estos pocos días sin ataques no han bastado para organizar la entrega de ayuda humanitaria suficiente.
El Gobierno de Israel ha mostrado su flagrante y total desprecio por la protección de las instalaciones médicas de Gaza. Estamos viendo cómo los hospitales se están convirtiendo en tanatorios e incluso en escombros. Están siendo alcanzados por ataques, tanques y cañones, cercados y asaltados, asesinando a pacientes y a personal médico. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha documentado 203 ataques contra la asistencia sanitaria, que incluyen 560 víctimas mortales y 718 heridos. El personal médico, incluido el nuestro, está totalmente agotado y en un estado más allá de la desesperación. Han tenido que amputar miembros a niños y niñas que sufrían quemaduras graves, sin anestesia ni instrumentos quirúrgicos esterilizados. Recordamos la Resolución 2286 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que exige el respeto y la protección de los trabajadores humanitarios, el personal médico, los transportes y las instalaciones médicas.
Debido a las evacuaciones forzosas de los soldados israelíes, algunos médicos han tenido que dejar atrás a pacientes y se han enfrentado a una elección inimaginable: sus vidas o las de sus pacientes. No existe justificación alguna para actos de tal vileza.
MSF enviamos recientemente un equipo internacional de emergencia a Gaza para apoyar a nuestros compañeros y compañeras palestinos y para reforzar las capacidades médicas y quirúrgicas de los centros de salud. Lamentablemente, sus actividades se han visto gravemente limitadas debido al gran número de víctimas, la destrucción de las infraestructuras, la falta de suministros esenciales como el combustible, y la continua inseguridad. Queremos y debemos poder hacer mucho más. Pero hoy es imposible debido al asedio y a los implacables e indiscriminados ataques.
Tres miembros de nuestro personal de MSF han sido asesinados y muchos más han perdido a familiares; numerosos colegas han sido heridos. También otras organizaciones humanitarias han informado de la muerte de docenas de miembros de su personal.
Gaza, bajo un bloqueo impuesto por el Gobierno de Israel desde 2007, es la mayor prisión a cielo abierto del mundo. Desde el inicio de su campaña militar, se impuso un "asedio total" a Gaza, prohibiendo la entrada de agua, alimentos, combustible y suministros médicos para los 2,3 millones de civiles atrapados en la Franja. Además, se han impuesto restricciones inflexibles al acceso de ayuda humanitaria. Desde el 21 de octubre, el número de suministros que llegan a Gaza es apenas un 15% de lo que entraba usualmente antes del 7 de octubre. Todo esto no hace más que someter a toda una población a un castigo colectivo. Y eso, según el Derecho Internacional Humanitario (DIH), es un crimen de guerra.
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El 20 de noviembre, cinco vehículos de MSF estacionados frente a nuestra clínica en la ciudad de Gaza fueron destruidos por la intervención de las fuerzas israelíes. © MSF
El norte de Gaza está siendo borrado del mapa
Estamos siendo testigos de cómo se deshonra abiertamente el principio fundamental de humanidad.
A pesar de las afirmaciones del Gobierno de Israel, esta guerra no se está librando solo contra Hamás. Se está librando contra toda Gaza a cualquier precio.
Incluso las guerras tienen reglas, pero el Gobierno de Israel las está quebrantando claramente con su estrategia militar basada en la desproporcionalidad.
El norte de Gaza está siendo borrado del mapa.
El sistema sanitario está colapsado. 15.000 personas han muerto, la mitad de ellas menores, según la Organización Mundial de la Salud. Esta cifra es una de cada 200 personas en Gaza. Hay decenas de miles de heridos. Las familias están sacando los cadáveres de sus seres queridos de debajo de los escombros. Al menos 1,8 millones de personas han sido desplazadas, según Naciones Unidas. Se ha ordenado a la fuerza a estos civiles que se desplacen hacia el sur, pero el Gobierno de Israel también está bombardeando el sur.
Ningún lugar es seguro.
Nuestro equipo de emergencia en Jan Yunis, en el sur de Gaza, ha venido informando de la llegada masiva de heridos tras intensos bombardeos y ataques aéreos, incluso sobre los abarrotados y vulnerables campos de refugiados donde la población apenas sobrevive con la escasa ayuda humanitaria disponible. Si las bombas no acaban con ellos, lo harán las enfermedades infecciosas y el hambre.
Un alto el fuego permanente es la única forma de detener la matanza de miles de civiles más y permitir la entrega de la ayuda humanitaria que, tras dos meses de asedio, se necesita desesperadamente. Médicos Sin Fronteras también pedimos que se establezca un mecanismo independiente para supervisar el flujo adecuado de suministros humanitarios a Gaza, que garantice la entrega eficaz de la ayuda y acceso humanitario pleno, inmediato, seguro, sin obstáculos y de forma sostenida, tal y como pide el Consejo de Seguridad de la ONU en su resolución 2712.
Los ataques indiscriminados e implacables deben cesar ya.
Los desplazamientos forzosos deben cesar ya.
Las agresiones a hospitales y al personal médico deben cesar ya.
El asedio y las restricciones a la ayuda deben cesar ya.
Todo esto debe parar ya.
Les pedimos a ustedes y sus gobiernos que formen parte de la solución y sigan haciendo todo lo posible para evitar más matanzas.
Nuestros equipos médicos en Cisjordania también están denunciando ataques a la misión médica con un alto grado de violencia, persecución y acoso; ya han muerto 239 palestinos desde el 7 de octubre, a manos de las Fuerzas de Defensa Israelíes (IDF) o de colonos, según Naciones Unidas.
Hasta ahora, buena parte de los líderes mundiales han sido cómplices financiando o proporcionando armas al Gobierno de Israel o no han hecho más esfuerzos que palabras vacías, sin conseguir frenar el incesante derramamiento de sangre y las atrocidades que se están cometiendo en Gaza.
En el caso del Gobierno español, destacamos su apuesta por el compromiso con el DIH, la protección de los civiles y la acción humanitaria, así como la necesidad urgente de un alto al fuego permanente en la declaración conjunta que el presidente realizó junto con su homólogo belga, Alexander de Croo, durante su reciente visita a Israel y al paso fronterizo de Rafah, en el marco de la Presidencia de la UE.
Alentamos el presidente del Gobierno a que continúe utilizando toda la influencia de la que dispone como presidente del Gobierno español y del Consejo de la UE, para influir en pro de la humanización en la forma en que las partes están conduciendo las hostilidades.
"Hicimos lo que pudimos. Acuérdense de nosotros". Estas son las palabras que uno de nuestros médicos escribió en la pizarra de un hospital de Gaza, que normalmente se utilizaba para planificar intervenciones quirúrgicas. Cuando callen las armas y se revele la verdadera magnitud de la devastación, será una enorme satisfacción saber que ustedes, líderes mundiales, y sus Gobiernos pueden decir lo mismo.
Gaza: los ataques indiscriminados e implacables deben cesar ya
#MustStopNow #GazaBastaYa
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