Después de 15 años, el cólera reaparece en Siria
Se han notificado más de 13.000 casos sospechosos, entre ellos 60 muertes. Estamos respondiendo al brote, apoyando un centro de tratamiento de cólera en Raqqa, con labores de agua y saneamiento, así como mediante tareas de evaluación epidemiológica y de concienciación sobre cómo se propaga y cómo se trata la enfermedad.

Desde septiembre de 2022, en algunas partes de Siria, incluyendo el noreste y noroeste del país, la población se enfrenta a un gran brote de cólera. Primero se le relacionó con el agua contaminada cerca del río Éufrates y la grave escasez de agua en el norte de Siria, y ahora el brote se ha extendido por todo el país, y se han notificado más de 13.000 casos sospechosos, entre ellos 60 muertes.
Según el Hospital Nacional de Raqqa, es la primera vez que se confirma el cólera en el noreste de Siria desde 2007.
En colaboración con las autoridades sanitarias locales, nuestros equipos responden al brote, incluyendo el apoyo a un centro de tratamiento de cólera (CTC) de 40 camas en Raqqa, con una capacidad recientemente aumentada de 65 camas. En las dos primeras semanas, fueron admitidos cerca de 600 pacientes, de los cuales un tercio estaba gravemente enfermo y otro tercio fue tratado como pacientes ambulatorios.
El cólera es una enfermedad extremadamente contagiosa y es causada por la ingestión de bacterias de origen fecal -vibrio cholerae- que se encuentran en el agua sucia o estancada. El cólera, que causa diarrea y vómito, provoca una rápida deshidratación y, sin una atención rápida, puede ser mortal en cuestión de horas.
Se ha incrementado el personal y los suministros. Colaboramos con otras organizaciones locales en el apoyo al agua y saneamiento, incluyendo la cloración de los camiones cisterna, el control de la calidad del agua y el apoyo a las estaciones de aguas residuales con procesos de cloración.
Mediante la utilización de datos epidemiológicos nuestros equipos identifican las zonas de Raqqa más afectadas que otras, con el fin de identificar las áreas prioritarias de apoyo. También se han iniciado evaluaciones en Hassaké. Aunque los habitantes de esta zona no dependen del río Éufrates, el agua procede de pozos de sondeo y se distribuye a las comunidades mediante camiones cisterna. Sin embargo, el acceso al agua limpia puede seguir siendo difícil, ya que es posible que un camión de agua se abastezca involuntariamente de agua contaminada.
En el noreste y noroeste de Siria, las organizaciones humanitarias locales e internacionales tratan de cerrar las brechas y responder a las muchas necesidades, pero la accesibilidad general al agua suficiente y potable sigue siendo un problema preocupante. En 2021, las operaciones de agua, saneamiento e higiene representaron solo el 4% de todo el presupuesto de respuesta humanitaria para toda Siria, lo que supone menos de un tercio de lo que se gastó en 2020 para las mismas actividades.
Teniendo en cuenta que han pasado 15 años desde el último brote de cólera en Siria, la concienciación sobre cómo se propaga y cómo se trata es esencial.
Por ello, un grupo de trabajadores y trabajadoras comunitarias de Raqqa, que ahora laboran en el CTC, se reúnen con pacientes y sus familias, hablan de cómo prevenir la propagación del cólera y responden a sus preguntas. Su mensaje es: aunque el acceso al agua potable y a las infraestructuras de saneamiento sigue siendo difícil en el noreste y noroeste de Siria, hay varias medidas sencillas y eficaces que las personas pueden tomar para protegerse.
El equipo de trabajo comunitario explica la importancia de lavarse las manos antes y después de las comidas, y de lavar y cocinar frutas y verduras a alta temperatura para matar cualquier bacteria. También explican cómo reconocer los primeros síntomas del cólera y qué hacer si se sospecha que uno mismo o un miembro de la familia ha contraído la enfermedad.
Después de 11 años de guerra, una cifra récord de 14,6 millones de personas necesita ayuda humanitaria en Siria. Es el país con el mayor número de personas internamente desplazadas en el mundo, con 6,9 millones de desplazamientos, la mayoría son mujeres, niñas y niños. Muchas han sido desplazadas repetidamente y viven en condiciones precarias.
Trabajamos en Siria donde nos es posible, pero la continua inseguridad y las restricciones de acceso siguen limitando gravemente nuestra capacidad de brindar una asistencia humanitaria a la altura de las necesidades. Nuestras reiteradas solicitudes de permiso para operar en zonas controladas por el gobierno sirio no han sido concedidas. En las zonas en las que se ha podido negociar el acceso, como el noroeste y el noreste de Siria, gestionamos y apoyamos a hospitales y centros de salud, y proporcionamos asistencia sanitaria a través de clínicas móviles.