Gaza: el 25% de los menores de 5 años y de las mujeres embarazadas y lactantes que atendemos sufre desnutrición
En nuestra clínica en Ciudad de Gaza, las personas registradas por desnutrición se han multiplicado por cuatro desde el pasado 18 de mayo.
Debe levantarse inmediatamente el inhumano asedio israelí

El uso deliberado del hambre como arma de guerra en Gaza por parte de las autoridades israelíes ha alcanzado niveles sin precedentes. Ahora, tanto los pacientes, como nuestro propio personal sanitario deben luchar por su supervivencia.
Nuestro personal está atendiendo a un número cada vez mayor de pacientes desnutridos. En los exámenes realizados la semana pasada en nuestros centros a niños de entre 6 meses y 5 años y a mujeres embarazadas y lactantes, el 25% presentaba desnutrición. En nuestra clínica en Ciudad de Gaza, el número de personas registradas por desnutrición se ha cuadruplicado desde el 18 de mayo, mientras que las tasas de malnutrición grave en niños menores de 5 años se han triplicado solo en las últimas dos semanas.
No se trata solo de hambre, es una inanición deliberada y provocada por las autoridades israelíes. No se debe normalizar el uso de los alimentos como un arma para ejercer presión sobre la población civil. Las autoridades israelíes deben permitir la entrada de alimentos y ayuda humanitaria en Gaza a gran escala.
“En nuestra clínica, vemos a diario las terribles consecuencias de esta escasez que hay en Gaza”, afirma Caroline Willemen, coordinadora de proyectos de la clínica de MSF en la ciudad de Gaza. “Ahora estamos registrando 25 nuevos pacientes cada día por desnutrición. Vemos el agotamiento y el hambre también en nuestros propios compañeros”.
Masacres en los puntos de distribución de comida
Mientras tanto, cientos de personas que buscan ayuda desesperadamente siguen siendo atacadas por las fuerzas israelíes y contratistas de seguridad privada en los centros de distribución de alimentos gestionados por la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), un organismo que está respaldado y financiado por el Gobierno de los Estados Unidos y que actúa en nombre de Israel.
“Lo que estamos viendo es inconcebible: toda una población está siendo deliberadamente privada de alimentos y agua, mientras las fuerzas israelíes cometen masacres diarias cuando la gente se pelea por restos de comida en los puntos de distribución. Cualquier atisbo de humanidad en Gaza ha sido arrasado por este genocidio”, afirma Amande Bazerolle, nuestra coordinadora de emergencias en Gaza.
En los últimos dos meses, más de 1.000 personas han muerto y más de 7.200 han resultado heridas, según el Ministerio de Salud, mientras intentaban recoger ayuda, incluyendo una gran parte en los puntos de distribución de la GHF. A pesar de que estos puntos se crearon para evitar el desvío de la ayuda, no han hecho nada para reducir los saqueos.
"Estas distribuciones de alimentos no son ayuda humanitaria, son crímenes de guerra cometidos a plena luz del día pero expuestos al mundo con un lenguaje compasivo. Quienes acuden a los repartos de alimentos de la GHF saben que tienen las mismas posibilidades de recibir un saco de harina que de recibir una bala en la cabeza”, afirma el doctor Mohammed Abu Mughaisib, nuestro coordinador médico adjunto en Gaza.
Además de las personas heridas en los centros de la GHF, nuestros equipos han atendido a decenas de pacientes víctimas de las recurrentes masacres perpetradas por las fuerzas israelíes mientras la gente espera a los camiones que transportan harina.
“Hace unos días, en la sala de urgencias de la clínica Sheikh Radwan, llegaron decenas de pacientes, tanto muertos como heridos”, cuenta Willeman. “Se trataba de personas que se habían acercado a los camiones para conseguir harina y terminaron recibiendo disparos sin piedad de las fuerzas israelíes".
Ese día, nuestros equipos médicos y del ministerio de Salud que se encontraban en la clínica, en el norte de Gaza, atendieron a 122 personas con heridas de bala que habían sido tiroteadas mientras esperaban la harina. Otras 46 personas llegaron muertas.
Para empeorar las cosas, durante la última semana, los comedores comunitarios que proporcionan comida a los pacientes y al personal médico de los hospitales han tenido dificultades para hacerlo. Algunos han tenido que cerrar durante varios días. Incluso cuando pueden repartir alimentos, es solo una comida al día: arroz sin condimentar para pacientes que necesitan alimentos ricos en nutrientes para recuperarse adecuadamente. A menudo no hay nada para el personal. Ya no se trata de lo que la gente puede permitirse. Apenas hay comida disponible en la mayor parte de la Franja.
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