La total ausencia de espacio humanitario y la falta de suministros que estamos presenciando en Gaza es horrible. El flagrante y total desprecio de Israel por la protección de las instalaciones médicas o del personal humanitario de Gaza ha hecho que brindar atención y asistencia vital sea una tarea casi imposible. "Si la gente no muere por las bombas, sufre privación de alimentos y agua y muere por falta de atención médica", explica Lisa Macheiner, coordinadora de nuestros proyectos en Gaza.
Hace un mes, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) dictó medidas provisionales ordenando a Israel impedir y castigar actos de genocidio y garantizar que los servicios básicos y la ayuda lleguen a la población de la Franja de Gaza. Sin embargo, la situación humanitaria de los habitantes de Gaza atrapados sigue siendo catastrófica.
Según las autoridades sanitarias locales, el número de muertes en Gaza ha aumentado a 30.000, mientras no hay señales de que las fuerzas israelíes intenten limitar la pérdida de vidas civiles o aliviar el sufrimiento de la población.
El endurecido bloqueo de Gaza por parte de Israel obstaculiza la entrada de suministros vitales en el enclave. Al mismo tiempo, el suministro de ayuda dentro del enclave es casi imposible debido a la total indiferencia de Israel por la protección y seguridad de las misiones médicas y humanitarias y de su personal, que impide el acceso de la población de la ayuda vital. Esta realidad está haciendo que la respuesta humanitaria en Gaza sea una mera ilusión.
"La total ausencia de espacio humanitario y la falta de suministros que estamos presenciando en Gaza es verdaderamente horrible", afirma Lisa Macheiner, coordinadora de nuestros proyectos en Gaza. "Si la gente no muere por las bombas, sufre privación de alimentos y agua y muere por falta de atención médica".
Personal médico y humanitario se ve forzado a arriesgar su vida
Ningún lugar de Gaza es seguro, ni para los civiles ni para quienes intentan brindarles ayuda esencial. El flagrante y total desprecio de Israel por la protección de las instalaciones médicas o del personal humanitario de Gaza ha hecho que brindar atención y asistencia vital sea una tarea casi imposible.
En los últimos cinco meses, las instalaciones sanitarias han sido objeto de órdenes de evacuación y de repetidos ataques, asedios y redadas. El personal médico y sus pacientes han sido arrestados, abusados y asesinados mientras atendían a los pacientes. Entre ellos, cinco miembros de nuestro personal. También han sido asesinados varios familiares de nuestro personal.
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Tras el ataque en Al Mawasi, Jan Yunis, Gaza. 21 de febrero de 2024. © Mohammed Abed
En uno de los últimos casos de ataques despiadados contra instalaciones sanitarias, el hospital Nasser, el más grande del sur de Gaza, fue asediado durante semanas. Después de que un proyectil impactara en el servicio de ortopedia, matando e hiriendo a varias personas, nuestro personal se vio obligado a huir y dejar atrás a los pacientes.
Un miembro de nuestro personal fue detenido en un puesto de control por las fuerzas israelíes cuando intentaba abandonar el complejo. Reiteramos nuestro llamado a las autoridades israelíes para que compartan información sobre su paradero y protejan su bienestar y dignidad.
El personal médico que permanece dentro del hospital describe una situación horrible, donde los pacientes están atrapados con alimentos limitados y sin electricidad ni agua corriente.
“Cada noche me despido de mis colegas palestinos. Todas las mañanas temo no verlos en la reunión de la mañana siguiente”, afirma Macheiner. "Cada día parece que se nos acaban más las opciones: tratar a los heridos, conseguir los suministros médicos o brindar el agua que la gente necesita desesperadamente".
A última hora de la tarde del 20 de febrero, un tanque israelí bombardeó nuestro refugio en Al Mawasi, matando a dos familiares de uno de nuestros miembros e hiriendo a otras siete personas. Las fuerzas israelíes habían sido claramente informadas de la ubicación precisa del refugio, lo que subraya que ningún lugar de Gaza es seguro y que los mecanismos de resolución de conflictos no son confiables.
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Ataque en Al Mawasi, Jan Yunis. 21 de febrero de 2024. © Mohammed Abed
Restricciones y desprotección de los convoyes de ayuda
Tanto en el norte como en el sur, el personal humanitario no tiene garantías de seguridad para llevar a cabo su trabajo y sus convoyes están bloqueados y sufren graves retrasos en los puestos de control, lo que hace imposible llegar a las personas que lo necesitan desesperadamente.
El norte de Gaza lleva meses sin recibir asistencia, lo que deja a la población atrapada y sin otra opción que intentar sobrevivir con cantidades minúsculas de alimentos, agua y suministros médicos. Barrios enteros han sido bombardeados y destruidos. Aunque tenemos una visibilidad limitada de la situación humanitaria y sanitaria general en el norte, algunos miembros de nuestro personal siguen atrapados allí.
"La situación en el norte de Gaza es catastrófica y empeora", afirma una de nuestras enfermeras en el norte.
“No hay hospitales ni siquiera para tratamientos básicos y las farmacias están vacías de medicamentos. Mis hijos llevan semanas enfermos por falta de agua potable y alimentación adecuada, y cada vez están peor”.
Según la Organización de las Naciones Unidas, entre el 1 de enero y el 12 de febrero, las autoridades israelíes negaron el acceso a la mitad de las misiones previstas por los socios humanitarios para entregar ayuda y realizar evaluaciones en zonas al norte de Wadi Gaza. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) es la última organización humanitaria obligada a suspender la asistencia vital al norte de Gaza, alegando que las condiciones no permiten la distribución segura de alimentos.
“La población no puede soportar más sufrimiento”
Como parte del completo e inhumano asedio de Gaza por parte de Israel, la interrupción del suministro de ayuda ha sumido en la desesperación a unos dos millones de personas en Gaza. El número de camiones que entraban en el enclave descendió de una media de 300 a 500 camiones diarios antes de la guerra, a un promedio de solo 100 camiones diarios entre el 21 de octubre y el 23 de febrero. El 17 de febrero, sólo se permitió la entrada de cuatro camiones en Gaza.
Los procedimientos administrativos prolongados e impredecibles para la entrega de ayuda a Gaza están impidiendo el acceso a equipos y suministros para los centros de atención sanitaria. Los suministros pueden tardar hasta un mes en llegar a Gaza, ya que cada caja de cada camión se somete a control. Si las autoridades israelíes rechazan un solo artículo durante el proceso de control, toda la carga debe ser devuelta a Egipto. Sin una lista oficial de artículos restringidos, se nos ha negado sistemáticamente la importación de generadores de energía, purificadores de agua, paneles solares y diversos equipos médicos.
“Cada segundo que se retrasan los suministros y cada vez que se bloquea un artículo, se causa un sufrimiento más devastador e inaceptable”, afirma Macheiner. "Estos suministros significan la diferencia entre la vida y la muerte para muchas personas".
En Rafah, en el sur de Gaza, alrededor de 1,5 millones de personas desplazadas por la fuerza viven en condiciones horribles. Carecen de lo básico para sobrevivir. Las mujeres se ven obligadas a utilizar retazos de ropa como toallas sanitarias y la gente vive en tiendas de barro, sin colchones ni ropa de abrigo.
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La noche del 20 al 21 de febrero de 2024, fuerzas israelíes llevaron a cabo una operación en Al Mawasi, Jan Yunis, Gaza, donde fue bombardeado un refugio que albergaba a personal de MSF y a sus familias. © Mohammed Abed
Nuestros equipos continúan brindando atención médica y humanitaria en Gaza en la medida de lo posible, incluyendo cirugía, atención postoperatoria, atención materna, apoyo a la salud mental y distribución de agua. Pero todo esto es una gota en el océano en comparación con las necesidades de la gente. Pedimos una vez más un alto al fuego inmediato e incondicional, garantías de seguridad significativas para el personal humanitario y el fin del bloqueo inhumano, para garantizar que las personas reciban asistencia vital.
"La población de Gaza no puede soportar más sufrimiento", continúa Macheiner. "Han perdido toda sensación de seguridad, ya sea por la constante amenaza de ser asesinados por bombas por la noche o por la incertidumbre de encontrar comida o agua".
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