Los incesantes e indiscriminados ataques de Israel en Gaza, durante más de dos meses de guerra, han reducido el norte de la Franja a escombros y ahora golpean la zona central y el sur con creciente brutalidad. Médicos Sin Fronteras no tenemos palabras para expresar el sufrimiento de los palestinos atrapados en la Franja de Gaza.

MSF
20/12/2023

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  • Casi la totalidad de los 2,2 millones de habitantes de Gaza malviven ahora en el sur de la Franja. Los ataques de las Fuerzas israelíes contra lo que se suponía que era una zona segura demuestran que ningún lugar lo es, tampoco en el sur de la Franja. Casi 19.000 personas han muerto y más de 50.000 han resultado heridas en diez semanas de conflicto en Gaza, según el Ministerio de Sanidad, y la ofensiva en curso sigue causando cientos, si no miles, de nuevas víctimas cada día. 

    En el hospital Nasser de Jan Yunis, en el sur de Gaza, donde trabajamos, los muertos y heridos llegan en masa casi todos los días desde el final de la efímera tregua del 1 de diciembre. La gravedad de sus heridas y el gran número de pacientes están llevando al sistema sanitario de Gaza a un punto crítico también en esta parte de la Franja, tras su colapso en el norte, donde según la OMS sólo un hospital sigue funcionando parcialmente. 

    “El servicio de urgencias del hospital Nasser está completamente lleno y se atiende a los nuevos pacientes en el suelo. Los médicos pasan por encima de cadáveres de niños para tratar a otros que morirán de todos modos”, explica Chris Hook, coordinador del equipo médico de MSF en Gaza. “Cada vez se levantan más estructuras temporales, se utilizan tiendas de campaña como pabellones y clínicas provisionales. Cada edificio libre se llena de camas para pacientes. Se necesitan desesperadamente más camas de hospital”.

    • Influjo masivo de pacientes en el hospital Nasser, sur de Gaza

    El tratamiento de los heridos de guerra es muy complicado, ya que las explosiones y el derrumbe de edificios provocan lesiones múltiples en muchas partes del cuerpo. En Gaza, el asedio total impuesto por el Gobierno de Israel imposibilita el acceso a medicamentos esenciales, incluidos los analgésicos que son fundamentales en las intervenciones quirúrgicas, y a las herramientas médicas necesarias para tratar los cuerpos destrozados y quemados.

    “Los pocos afortunados que sobreviven sufren lesiones que les cambian la vida. Muchos heridos sufren quemaduras extremas, fracturas importantes que no cicatrizan bien y pueden llegar a necesitar amputaciones”, afirma Hook. 

    “Muchos de estos pacientes, incluso si consiguen volver a algo parecido a la vida normal, tendrán un dolor crónico severo que requerirá también un tratamiento sustancial del dolor. Sería una carga enorme incluso para el sistema sanitario funcional, y mucho más para un sistema sometido a una intensa presión, como el de Gaza”.

    En el hospital de Al Aqsa, en la zona central de Gaza, un equipo de MSF ha estado prestando servicios de cirugía de urgencia y atención ambulatoria. Del 1 al 11 de diciembre, uno de cada tres pacientes —640 de 2.058— han sido declarados muertos a su llegada. El 6 de diciembre, el número de fallecidos que llegaron al hospital Al Aqsa superó al de heridos. 

    Lo que ocurre hoy en el sur de Gaza recuerda el planteamiento seguido por las Fuerzas israelíes en el norte de la Franja. Una política de tierra quemada que no deja ningún espacio seguro para la población, con ataques constantes y repetidas órdenes de evacuación a barrios enteros. Asimismo, el asedio total impuesto a la Franja, ha dificultado enormemente el acceso de la población a la atención sanitaria y el trabajo del personal médico. Desde el 1 de diciembre, MSF hemos tenido que suspender su apoyo a tres clínicas de salud del sur y reducir nuestra presencia en el hospital Nasser. Es imperativo poner fin al continuo desplazamiento de personas para que los enfermos y heridos puedan recibir la atención que necesitan urgentemente.

    • Influjo masivo de pacientes en el hospital Nasser, sur de Gaza

    Condiciones de vida terribles 

    Mientras persiste el riesgo de ataques violentos para la población civil de Gaza, las infecciones derivadas de heridas que no han podido se tratadas de forma adecuada aumentan rápidamente, poniendo vidas en peligro.

    “Los riesgos de infección son increíblemente altos debido a las condiciones en las que tienen que vivir las personas y al hecho de que simplemente no existe la capacidad de proporcionar la atención hospitalaria a largo plazo que estos pacientes necesitan de verdad”, afirma Hook.

    En el hospital Europeo, un pequeño equipo médico de MSF ha empezado a tratar a pacientes que resultaron heridos al principio de la guerra y cuyas heridas se han infectado debido a la falta de atención médica.

    Sólo hay unos pocos centros de atención primaria —incluida la clínica Al-Shaboura, apoyada por MSF— abiertos actualmente en el sur, lo que significa que hay poco tratamiento disponible para enfermedades infecciosas como infecciones respiratorias, diarrea, varicela, piojos y sarna, que se propagan sin control en los refugios superpoblados, lo que aumenta los riesgos para la población desplazada. 

    • Hospital Nasser

    El alojamiento de las personas desplazadas es otra necesidad acuciante, ya que los nuevos desplazados se suman al ya elevado número de personas que viven en condiciones desesperadas. “Al recorrer las calles al sur de Jan Yunis y cerca de Rafah, se ven los refugios temporales cada vez más grandes a medida que llega más y más gente. Las condiciones generales de la mayoría de estas personas son espantosas: viven en estructuras provisionales hechas con unos cuantos trozos de madera, cubiertos con plástico, sin aislamiento de la tierra ni del suelo de hormigón. Luchan por encontrar agua suficiente para satisfacer sus necesidades higiénicas”. Los endebles refugios se ven ahora azotados por fuertes vientos y lluvias torrenciales. 

    Con la llegada de más gente al sur, cada vez es más difícil encontrar alimentos y los pocos que hay son demasiado caros para que la gente los compre.

    Durante la tregua de siete días en noviembre, el hospital Nasser dejó de recibir pacientes con heridas de trauma por un breve espacio de tiempo. En su lugar, se vio desbordado por pacientes diabéticos y otros enfermos crónicos que no podían acceder a la atención médica que necesitaban durante los combates. La situación volvió a cambiar cuando se reanudaron las hostilidades el 1 de diciembre, con una intensidad aún mayor. Nuestros equipos no saben qué ha sido de esos pacientes crónicos una vez que las instalaciones se vieron desbordadas por la llegada masiva de heridos de guerra, ni cómo podrán sobrevivir. 

    El 17 de diciembre, la maternidad del hospital Nasser fue atacada. En este ataque murió una paciente y las demás resultaron heridas. Los ataques a los centros sanitarios deben cesar ya