Las clínicas de Al Mawasi, en el sur de la Franja, y la de ciudad de Gaza, en el norte, registran un récord de casos de desnutrición. Uno de cada tres pacientes tiene entre 6 meses y 2 años.

MSF
18/07/2025
desnutricion gaza

Nuestros equipos en Gaza están siendo testigos de un aumento drástico y sin precedentes del nivel de desnutrición aguda entre la población palestina. En la clínica Al Mawasi, en el sur de la Franja, y en la de ciudad de Gaza, en el norte, se ha registrado el mayor número de casos de desnutrición jamás contabilizados por los equipos de la organización en la región. 

En la clínica de ciudad de Gaza, el número de pacientes inscritos se ha incrementado exponencialmente en menos de dos meses, pasando de 293 casos en mayo a 983 a principios de julio. Gran parte de los inscritos en nuestras clínicas son, además, menores de edad y uno de cada tres tiene entre 6 meses y 2 años.  

Actualmente, más de 700 mujeres embarazadas y lactantes y casi 500 niños y niñas con desnutrición grave y moderada están inscritos en estos dos centros de alimentación terapéutica ambulatoria. ​

  • Starvation and Survival: Malnutrition in Gaza

"Es la primera vez que presenciamos una magnitud tan grave de casos de desnutrición en Gaza", afirma Mohammed Abu Mughaisib, nuestro coordinador médico adjunto de en Gaza. "La hambruna en Gaza es intencionada; podría terminar mañana si las autoridades israelíes permiten la entrada de alimentos a gran escala". ​  

La desnutrición en Gaza es el resultado de decisiones deliberadas y calculadas por parte de las autoridades israelíes: restringir la entrada de alimentos al mínimo indispensable para la sobrevivencia y dictar y militarizar los medios de distribución. Todo ello mientras se destruye la mayor parte de la capacidad local de producción alimentaria. ​ 

Las personas arriesgan sus vidas a corto plazo para obtener raciones de comida insuficientes. Mientras, se produce un colapso generalizado del sistema. La destrucción de las infraestructuras provoca la contaminación de aguas residuales, las restricciones de combustible limitan la producción de agua potable y las pésimas condiciones de vida en los campos sobrepoblados afectan la salud de las personas y comprometen su sistema inmune. ​

"Debido a la desnutrición generalizada entre las mujeres embarazadas y a los deficientes servicios de agua y saneamiento, muchos bebés nacen prematuramente", afirma nuestra médica Joanne Perry. "Nuestra unidad de cuidados intensivos neonatales [en el hospital Al-Helou] está gravemente saturada, hay hasta cuatro o cinco bebés compartiendo una sola incubadora". 

"Esta es mi tercera vez en Gaza y nunca había visto algo así", agrega la doctora Perry. "Las madres me piden comida para sus hijas e hijos, las mujeres con seis meses de embarazo a menudo no pesan más de 40 kilogramos. La situación es extremadamente crítica". ​

"La hambruna en Gaza es intencionada; podría terminar mañana si las autoridades israelíes permiten la entrada de alimentos", afirma nuestro compañero Mohammed Abu Mughaisib. ​

1 kg de azúcar: 76 dólares

Antes de octubre de 2023, Gaza dependía en gran medida de la entrada de bienes y suministros del exterior, con una media de 500 camiones entrando a la Franja cada día. Desde el 2 de marzo, sin embargo, el número de camiones que han accedido a la Franja no llega a los 500. Con los cruces fronterizos para la ayuda frecuentemente cerrados u operando con fuertes limitaciones, y con la nula producción local de alimentos debido a las continuas hostilidades y la destrucción, los mercados están vacíos o los alimentos disponibles son inasequibles para la mayoría. ​ 

Inevitablemente, los precios de los alimentos se han disparado en Gaza, dejando incluso los productos básicos fuera del alcance de la mayoría de las personas. Por ejemplo, un kilogramo de azúcar cuesta en promedio 76 dólares estadounidenses (65 euros), mientras que un kilogramo de patatas o harina cuesta casi 30 dólares, según el Programa Mundial de Alimentos. Debido a esto, muchas familias sobreviven con una sola ración de comida al día —a menudo solo arroz, lentejas o pasta— sin acceso a pan, verduras frescas ni suficientes proteínas. ​ 

Los padres y madres también se saltan comidas deliberadamente para alimentar a sus hijos e hijas. Incluso las mujeres con desnutrición, que sí reciben alimentos terapéuticos, terminan dándoles sus propios suplementos terapéuticos. ​  

"Soy madre y no puedo culparles porque yo haría lo mismo", afirma Nour Nijim, supervisora de nuestro equipo de enfermería. "Pero me siento impotente como profesional de la salud. Las personas tienen hambre y nos pide alimentos terapéuticos, pero no tenemos suficientes y solo podemos prescribirlos a personas con diagnóstico de desnutrición".

Los pacientes con desnutrición son solo la parte visible de una crisis mucho mayor. En las clínicas donde trabajamos, los pacientes heridos mendigan comida en lugar de medicinas y sus heridas no cicatrizan debido a la deficiencia de proteínas. Los equipos médicos son testigos de cómo los pacientes y sus cuidadores pierden peso rápidamente, contraen infecciones prolongadas y sufren fatiga visible. ​ 

MSF pedimos urgentemente que haya un acceso humanitario sin restricciones, un flujo sostenido de alimentos y ayuda médica a Gaza y que se proteja a la población civil.