La guerra en Sudán agrava el brote de cólera: hemos atendido a más de 2.300 pacientes y registrado 40 muertes en una semana

Además de la guerra total, las personas en Sudán están viviendo el peor brote de cólera que el país ha visto en años. Declarado por primera vez por el Ministerio de Salud hace un año, hasta el 11 de agosto se han registrado 99.700 casos sospechosos y más de 2.470 muertes relacionadas. Solo en la región de Darfur, nuestros equipos atendieron a más de 2.300 pacientes y registraron 40 muertes en la última semana en instalaciones gestionadas por el Ministerio de Salud.

14/08/2025
MSF-supported CTC, Nyala, South Darfur, Sudan

En todo Darfur, el cólera está afectando a personas que ya luchaban contra la escasez de agua, lo que les impide seguir medidas de higiene esenciales, como lavar los utensilios y los alimentos. La situación es más extrema en Tawila, en el estado de Darfur del Norte, donde 380.000 personas han huido para escapar de los combates en torno a la ciudad de El Fasher, según la ONU. A finales de julio, tras un mes de respuesta, nuestros equipos habían tratado a más de 2.300 pacientes con cólera en colaboración con el Ministerio de Salud en Tawila. El centro de tratamiento del cólera del Hospital de Tawila, oficialmente equipado con 130 camas, tuvo que acoger a 400 pacientes durante la primera semana de agosto, lo que desbordó las instalaciones y obligó al personal a añadir colchones en el suelo para satisfacer la demanda.

En Tawila la población sobrevive con una media de solo tres litros de agua al día, lo que supone menos de la mitad del umbral mínimo de emergencia de 7,5 litros necesarios por persona y día para beber, cocinar y la higiene, según lo estipulado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). A medida que aumentan los casos de cólera y se agotan los recursos, se necesitan urgentemente servicios de agua potable y saneamiento para evitar más muertes.

“En los campamentos de desplazados y refugiados, las familias a menudo no tienen más remedio que beber de fuentes contaminadas y muchas contraen el cólera”, afirma Sylvain Penicaud, coordinador de proyectos en Tawila. “Hace solo dos semanas, se encontró un cadáver en un pozo dentro de uno de los campamentos. Se retiró, pero a los dos días, la gente se vio obligada a volver a beber de esa misma agua”.

A unos 100 kilómetros de Tawila, el 13 de julio se notificó un brote de cólera en Golo, en el estado de Darfur Central. Abrimos un centro de tratamiento del cólera con 73 camas en el hospital de Golo. Este centro se vio rápidamente desbordado, con 137 pacientes que llegaron solo el 3 de agosto. Se habilitaron 5 puntos de rehidratación oral en los alrededores de Golo para tratar los casos leves y evitar que empeoraran, pero nuestros equipos observan que el brote sigue propagándose rápidamente. A principios de agosto, el cólera llegó a Zalingei y Rokero, en el estado de Darfur Central, y a Sortony, en el estado de Darfur Norte.

Las fuertes lluvias están agravando la crisis al contaminar el agua y dañar los sistemas de alcantarillado. Los casos siguen aumentando también en el estado de Darfur Sur, donde en coordinación con el Ministerio de Salud, hemos ampliado el centro de tratamiento del cólera de Nyala a 80 camas. Allí, la respuesta está a la espera de vacunas y se enfrenta a una grave escasez de pastillas potabilizadoras.

“Los centros de salud están llenos”, afirma Samia Dahab, residente del campamento de desplazados de Otash, en Nyala.“Algunas zonas tienen agua, otras tienen quioscos que están lejos o vacíos. Parte del agua es salada y la bebemos sin hervir, sin saber si es segura”.

A medida que la gente se desplaza para huir de los combates, el cólera se propaga aún más, tanto en Sudán como en los países vecinos de Chad y Sudán del Sur. En Damazin, en el estado del Nilo Azul (Sudán), MSF y el Ministerio de Salud ampliamos en julio el centro de tratamiento del cólera del hospital de Damazin de 50 a 250 camas para hacer frente a la afluencia de repatriados procedentes de Sudán del Sur. En este centro, nuestros equipos están observando una combinación mortal de cólera y desnutrición. Entre el 3 y el 9 de agosto, 6 pacientes con cólera que fallecieron también padecían desnutrición aguda.

“La situación es más que urgente”, afirma Tuna Turkmen, jefe de proyecto de MSF en Sudán. “El brote se está extendiendo mucho más allá de los campamentos de desplazados, a múltiples localidades de los estados de Darfur y más allá”.

“La respuesta internacional debe contar con un mecanismo de coordinación de emergencias ante brotes epidémicos capaz de proporcionar asistencia sanitaria, mejorar los servicios de agua y saneamiento, y poner en marcha campañas de vacunación contra el cólera en las zonas afectadas a un ritmo acorde con la urgencia que requiere esta catastrófica situación”, afirma Turkmen. “Cada día de retraso cuesta vidas. MSF está dispuesta a colaborar con el Ministerio de Salud, UNICEF y la OMS para poner en marcha campañas de vacunación masiva en todo Darfur. Los supervivientes de la guerra no deben morir a causa de una enfermedad prevenible”.

  • IDP camp, Tawila, North Darfur, Sudan