Malaria: la enfermedad más frecuente en nuestros hospitales y centros de salud

En 2020, tratamos 2.690.600 casos de malaria en todo el mundo. La enfermedad causa un sufrimiento y pérdida de vidas trágicamente innecesarios porque es principalmente prevenible, detectable y tratable.

MSF
16/09/2021

La malaria es una enfermedad mortal transmitida por los mosquitos anófeles. Cada año, mata a unas 430.000 personas e infecta a más de 200 millones. El 90% de estas muertes ocurre en África subsahariana.

A pesar de que las tasas de mortalidad por paludismo han caído un 25% desde el año 2000, un niño o niña en África todavía muere cada dos minutos de paludismo. La malaria es más común en áreas pobres y desfavorecidas.

En muchos casos, la enfermedad en sí misma es la causa de tal pobreza: causa estragos a nivel socioeconómico, ya que los pacientes a menudo están postrados en cama y son incapaces de realizar las tareas diarias habituales, lo que genera cargas para los hogares y los servicios de salud y, en última instancia, pérdidas considerables de ingresos en países endémicos de malaria.

Este sufrimiento y la pérdida de vidas son trágicamente innecesarios porque la malaria es principalmente prevenible, detectable y tratable.

Si bien el 90% de las muertes por malaria ocurren en África subsahariana, la enfermedad está presente en casi todas las áreas tropicales donde trabajamos: desde Etiopía y Sierra Leona hasta Camboya y Myanmar.

En 2020, tratamos 2.690.600 casos de malaria en todo el mundo.

 

Pasillo de las secciones del Ministerio de Salud en el hospital de Aweil, Sudán del Sur.

¿Cómo se transmite?

La mayoría de casos de malaria está causada por cuatro especies del parásito Plasmodiumfalciparumvivaxovale y malariae. De todos ellos, el P. falciparum provoca la forma más grave de la enfermedad. Este parásito es trasmitido al hombre por la picadura de un mosquito hembra del género anófeles: el parásito se multiplica en el hígado y pasa al flujo sanguíneo. Si otro mosquito pica a esa persona, el insecto se infecta, y así continúa el ciclo de transmisión.

La transmisión depende de las condiciones meteorológicas, en especial de la lluvia, el calor y la humedad, que favorecen la multiplicación del mosquito (que pone sus huevos en el agua). En muchas regiones, la transmisión es estacional y el pico se produce durante y justo después de las lluvias.

 

¿Qué síntomas tiene?

Los síntomas suelen aparecer entre 10 y 15 días después de la picadura, y consisten fundamentalmente en fiebre, dolor articular y de cabeza y vómitos; si no es tratada, la malaria puede amenazar la vida rápidamente.

 

¿Cómo se diagnostica?

En caso de fiebre, debe hacerse un examen clínico para buscar otros síntomas, como dolor de cabeza o articular. Para confirmar el diagnóstico, se puede buscar el parásito en la sangre con pruebas de microscopio. Actualmente también existen pruebas rápidas que, en 15 minutos y con una gota de sangre, permiten saber si una persona está infectada sin necesidad de laboratorio.

La prueba rápida es importante porque permite un diagnóstico y tratamiento precoces: esto puede evitar que la malaria evolucione a la forma grave y potencialmente mortal.

 

Atención materno-infantil en Aweil, Sudán del Sur

¿Cómo se trata?

En muchas regiones, los parásitos de la malaria han desarrollado resistencias a parte de los medicamentos antipalúdicos tradicionales, como la cloroquina o la sulfadoxina-pirimetamina. Nuestras investigaciones en el terreno han ayudado a probar que la terapia combinada con artemisinina (TCA) es la más efectiva contra el P. falciparum; en 2010, la OMS cambió sus guías para recomendar el uso del artesunato (un derivado de la artemisinina) en el tratamiento de la malaria severa.

Se habla de terapias combinadas porque la artemisinina se administra combinada con otras moléculas que siguen siendo eficaces. Esta combinación se utiliza para eliminar totalmente los parásitos del organismo, evitando hospitalizaciones por malaria severa y la aparición de resistencias a la artemisinina.


¿Cómo se previene?

El propio tratamiento del enfermo contribuye a controlar la propagación de la malaria, pero además existen medidas de prevención tradicionales muy eficaces: las mosquiteras tratadas con insecticida, que siguen siendo un medio importante para controlar la malaria. Además, los Ministerios de Salud de países como Burkina Faso, Chad, Mali, Níger Gambia, Ghana, Guinea, Guinea-Bissau, Nigeria, Senegal o Togo han incluido en sus Programas Nacionales de la Lucha contra la Malaria una nueva estrategia: la quimioprevención de la malaria estacional (SMC), que hemos utilizado con éxito en nuestros proyectos desde 2012.

 


MSF y la malaria

La malaria es la enfermedad más frecuente en nuestros hospitales y centros de salud. Solo en 2020, tratamos a casi 2,7 millones de personas con paludismo. Menores de 5 años y mujeres embarazadas son nuestra prioridad, ya que son los grupos más vulnerables a la hora de combatir el parásito cuando la infección ya se ha producido: en estos casos, el rápido diagnóstico y el tratamiento precoz son esenciales para evitar casos graves que necesiten hospitalización.


Más info sobre la malaria en https://www.msf.es/nuestra-accion/malaria