Mejorar la asistencia en salud materna y neonatal es clave para salvar vidas y evitar muertes maternas, una emergencia global en sí misma. En el campo de Nduta, en Tanzania, este riesgo se palia con unos servicios de atención sólidos, una unidad de maternidad centrada en complicaciones, y derivaciones urgentes más rápidas. Lo explica nuestra compañera Elda Kyando, jefa del equipo médico.

MSF
04/09/2024

En el noroeste de Tanzania, el riesgo de muerte durante el parto para las mujeres y sus bebés se está abordando mediante vías de atención más sólidas, lo que beneficia tanto a las personas refugiadas de Burundi como a la comunidad de acogida.

Elda Kyando, jefa de nuestro equipo médico en el campo de Nduta, en el distrito de Kibondo, ha sido testigo del significativo impacto en la salud de las mujeres embarazadas y los recién nacidos gracias a la creciente confianza depositada en los servicios de atención materna y neonatal que Médicos Sin Fronteras prestamos junto a nuestros socios.

  • Sala de neonatología durante una ronda de trabajo clínico, centro de salud de Nduta. Kibondo, Tanzania.

"Me alegra ver cómo las madres vienen al hospital para dar a luz y salen con caras felices, abrazando a sus recién nacidos”, dice Elda. “Hemos podido mantener el acceso de los servicios de atención sanitaria a la población de refugiados de Nduta y la comunidad circundante. Seguimos prestando atención hospitalaria: urgencias, sala de adultos, pediatría con cuidados intensivos, neonatología con cuidados intensivos y maternidad”, añade.

“Tengo tres hijos, a todos los cuales di a luz en el hospital de Nduta. Cuando venimos del pueblo al campamento, nos dan un permiso y alojamiento cerca de nuestra residencia”, dice Lilian, del pueblo vecino de Malolongwa. «Los servicios son buenos y el personal amable. Te escuchan y te atienden muy bien”, dice.

Nuestra maternidad, con 15 camas, se centra en las patologías que aumentan significativamente el riesgo de mortalidad materna: hemorragia posparto, eclampsia, sepsis, parto obstruido y abortos inseguros. Para las pacientes que necesitan ser derivadas al hospital de distrito para recibir atención de mayor nivel, MSF y nuestros socios diseñamos una sólida vía de derivación que hace hincapié en el ahorro de tiempo en el proceso, para aumentar en última instancia las posibilidades de supervivencia de las pacientes.

Desde enero de 2024, hemos apoyado un total de 624 derivaciones al hospital de Kibondo para personas que viven en el campo de Nduta y en el distrito, particularmente en el caso de embarazos de alto riesgo que requieren cirugía de emergencia.

Mantener un banco de sangre estable ha sido crucial para mitigar los riesgos de hemorragia durante o después del parto en ambos hospitales. Elda recuerda: “Una noche, recibí una llamada del hospital del distrito de Kibondo sobre una paciente que habíamos remitido y que estaba sangrando gravemente. El hospital no tenía sangre compatible y era difícil encontrar un donante. Conseguimos enviar rápidamente tres unidades de sangre de nuestro banco de sangre que permitieron al personal del hospital salvar la vida de la mujer”.

“También hemos visto la importante repercusión de los programas comunitarios de promoción de la salud a la hora de capacitar a las personas para que se hagan cargo de su salud, lo que se traduce en mejores resultados sanitarios”, afirma. De hecho, la puesta en marcha de programas de promoción de la salud aumentó la concienciación sobre la salud materna y neonatal en el campamento y sus alrededores, fomentando la confianza en los servicios existentes y animando a las mujeres a buscar atención sanitaria a tiempo.

A pesar de la persistencia de varios problemas sanitarios en Kibondo, tanto para los refugiados como para las comunidades de acogida, la inversión en servicios maternos y neonatales y en prevención habrá supuesto una mejora real del acceso a la atención sanitaria para las futuras madres y sus recién nacidos.

Ninguna mujer debería morir dando vida.