Un mes después, la masiva explosión en Beirut también ha herido la salud mental de la población

Muchos pacientes sufren tristeza, ansiedad, confusión y problemas para dormir o comer, dependiendo de si se vieron directamente afectados por la explosión y de su estado de salud mental anterior. Aquellos que ya tenían depresión muestran ahora reacciones más graves. La explosión del 4 de agosto empeoró sus condiciones.

MSF
04/09/2020

El martes 4 de agosto de 2020, una gran explosión en el puerto de Beirut, en Líbano, provocó la muerte de más de 200 personas, hirió a más de 6.500 y destrozó distintas partes de la ciudad. 

Originada en unos almacenes que guardaban material altamente explosivo, la explosión dañó además medicamentos y vacunas que se almacenaban en el puerto, cinco hospitales públicos y privados, y dejó el centro de diálisis más grande del país, en el centro de la capital, completamente destruido.

Hoy, Líbano atraviesa tres crisis: el colapso económico, la COVID-19 y la explosión. Desde el año pasado, Líbano sufre además una agitación política, con manifestaciones callejeras contra el gobierno. La libra libanesa ha perdido más del 70% de su valor desde octubre pasado y muchas personas ya viven por debajo del umbral de la pobreza.

Nuestra respuesta a la masiva explosión fue inmediata. Donamos tanto botiquines de primeros auxilios la noche misma del incidente como de suministros y mascarillas a la Cruz Roja Libanesa.

Durante los días siguientes, nuestros equipos en Beirut comenzaron a brindar atención médica y a distribuir kits de higiene y agua a las personas que vivían en las zonas devastadas por la explosión.
 

Uno de nuestros equipos atiende a Fatima, una anciana del barrio de Khandak el-Ghamik, en Beirut.

Se han instalado seis tanques de agua en Mar Mikhael y Karantina para proporcionar agua potable a las personas que aún viven en casas dañadas por la explosión. También se donaron kits de higiene y de cocina a personas vulnerables a través de iniciativas comunitarias.

Un mes después, seguimos gestionando cuatro puntos médicos fijos en los barrios de Mar Mikhael, Karantina y Khandak Al Ghamik (1) para brindar atención médica a sus residentes.

Estamos curando heridas, llevando a cabo primeros auxilios psicológicos y realizando consultas médicas generales y consultas a personas con enfermedades no transmisibles, con el fin de asegurar la continuidad del tratamiento y primeros auxilios psicológicos.

Nuestros equipos móviles se dedican así a atender a pacientes vulnerables y confinados en el hogar en muchos barrios dañados por la explosión así como en zonas pobres de la ciudad que, aunque no están muy afectadas, acogen a personas mayores y personas con discapacidad.

Apostamos así por una atención integral, que incluye consultas médicas, apoyo de salud mental y, cuando sea necesario, remisiones a un hospital para intervenciones quirúrgicas o atención especializada, a un psiquiatra o a una organización diferente que atienda necesidades no médicas como la alimentación y el refugio.

Teniendo en cuenta el número creciente de pacientes con COVID-19, especialmente después de la explosión, hemos tomado más de 600 muestras de hisopos para pruebas de PCR a través de un equipo móvil que se movió a través de los puntos fijos. Nuestro hospital en Bar Elías (valle de la Beká), dedicado a la cirugía electiva, se ha convertido ahora en un hospital de referencia oficial de COVID-19 con capacidad para 20 camas. El hospital también ofrecerá atención y cirugía después de las lesiones para las personas heridas en la explosión.

Equipo MSF en uno de los barrios castigados por la explosión. Beirut.

Una salud mental muy frágil

La explosión evidenció y puso de relieve las importantes necesidades de atención de salud mental en curso en el Líbano. Muchos de los pacientes que nuestro equipo de salud mental ha tratado durante la intervención actual muestran entumecimiento, tristeza, ansiedad, irritabilidad, confusión y problemas para dormir o comer. La gravedad del impacto en la salud mental de las personas depende de si se vieron directamente afectados por la explosión y de su estado de salud mental anterior. Las personas que ya tenían depresión y ansiedad, por ejemplo, mostraron reacciones más graves. La explosión del 4 de agosto exacerbó sus condiciones y las empeoró.

La salud mental es un pilar clave para nuestros proyectos en el Líbano. Cuando se lanzó la respuesta de emergencia, nuestros psicólogos integraron el enfoque de primeros auxilios psicológicos en nuestra respuesta médica. Actualmente, un equipo de cuatro psicólogos y un psiquiatra está brindando apoyo de salud mental a las personas más afectadas por la explosión, en tres puntos médicos y durante las visitas domiciliarias. El psiquiatra asegura también la continuidad de la atención de los pacientes que necesitan medicamentos para la salud mental.

Médicos Sin Fronteras trabajamos por primera vez en Líbano en 1976. En el Líbano, el sistema de salud está altamente privatizado y fragmentado, y los servicios médicos gratuitos son casi inexistentes. Asegurar el libre acceso a la atención médica general y especializada de alta calidad ha sido nuestro objetivo principal desde 2008. Durante el último año, continuamos brindando atención médica general y especializada a las comunidades de acogida, migrantes y refugiados. Ofrecimos consultas ambulatorias, consultas individuales de salud mental, internaciones y asistimos partos.