Paulo Milanesio, nuestro coordinador en Gaza, cuenta cómo hemos tenido que ampliar nuestra clínica en Al Mawasi ante la masiva llegada de desplazados desde Rafah.

MSF
23/05/2024

"Me encuentro en la clínica de Al Mawasi donde Médicos Sin Fronteras damos respuesta de atención primaria.

Más de 800.000 personas se han movido desde la ciudad de Rafah y ahora están asentadas en esta zona de Al Mawasi. La situación sigue siendo crítica; es mucha la gente la que está amontonada en campamentos improvisados. Hemos tenido que aumentar el espacio de la clínica Al Mawasi donde estamos brindando atención primaria a más de 600 personas al díaMás de 200 personas están viniendo a la clínica por temas de salud mental.

El paso fronterizo de Rafah sigue cerrado. Los suministros para las actividades humanitarias no están llegando, la rotación de nuestro personal de nuestros compañeros y compañeras no es posible de manera fluida y la situación de seguridad sigue siendo compleja. La gente sigue con miedo, la población vive en lugares en condiciones inhumanas. Nuestros pacientes llegan aquí en busca de salud, de atención primaria y de apoyo psicológico.

Niños y niñas con heridas y retrasos para recibir atención

Estamos viendo casos de niños con heridas, como el caso de Rúa que vimos ayer [miércoles 22 de mayo]. Rúa es una niña de 6 años que llegó con una herida en la cabeza a causa de una bala que le rozó la cabeza. Como ha tenido que desplazarse muchas veces no pudo ir antes a un centro de atención primaria para que curar esa herida.

Por suerte, después de muchos desplazamientos, Roha llegó aquí [a nuestra clínica en Al Mawasi] y nuestro equipo médico pudo atenderla. Esta niña va a poder seguir viniendo a nuestra clínica para curar la herida que tiene en la cabeza.

Otro caso es el de Bilal al que hemos visto hoy. Bilal y su madre tuvieron que abandonar Rafah tras las órdenes de evacuación por parte de las Fuerzas israelíes de la zona donde vivían.

  • Rúa, de 6 años, herida por una bala que le rozó la cabeza, en la cínica de Médicos Sin Fronteras en Al Mawasi, junto a Paulo Milanesio, coordinador de MSF en Gaza.

En ese desplazamiento, con las prisas, corriendo y mientras dejaban todo atrás, Bilal ​sufrió una herida en la pierna y, solo hoy, varios días después de haberse asentado en estos campamentos que tenemos alrededor, es cuando han podido venir a curar la herida.

Nuestros equipos han curado la herida de Bilal, una herida provocada por tener que salir corriendo y tener que asentarse en lugares donde no hay agua potable, donde no hay servicio de saneamiento y no hay electricidad.

Este es el día a día que nuestros equipos ven. Estamos ayudando a una población que está viviendo en una situación desgarradora, trabajamos día y noche, no damos abasto.

Necesitamos el alto el fuego, necesitamos trabajar en un espacio seguro porque es la única manera para poder dar atención de calidad a esta gente".