República Centroafricana: pueblos quemados, ejecuciones y secuestros en Paoua

Un nuevo brote de violencia en el noroeste del país causa 30.000 desplazados y nos obliga a suspender nuestras actividades en siete puestos de salud. La situación es ahora extremadamente tensa.

MSF
09/01/2018

Una ola de enfrentamientos entre dos grupos armados ha obligado a 30.000 personas a abandonar sus hogares en los alrededores de la ciudad de Paoua, en el noroeste de República Centroafricana (RCA).

Desde el pasado 27 de diciembre, los grupos armados Revolución y Justicia (RJ) y Movimiento para la Liberación de la República Centroafricana (MNLC) libran violentos choques en una zona cercana a la frontera con Chad. Unas 30.000 personas han buscado refugio en la ciudad de Paoua, mientras que, según la ONU, alrededor de 5.000 han huido a territorio chadiano.

Quienes han huido hablan de pueblos reducidos a cenizas, ejecuciones, secuestros y ataques indiscriminados. Por ello, nos hemos visto obligados a suspender nuestras actividades en los siete puestos de salud a los que prestábamos apoyo -tres ya han sido saqueados-. De momento, la situación sigue siendo extremadamente tensa.

Tiroteos indiscriminados

Nuestros compañeros en el hospital de Paoua han atendido a al menos a 13 personas heridas por los enfrentamientos. No obstante, nuestra responsable en el terreno, Gwenola François, considera que la cifra es "muy baja" teniendo en cuenta el alto número de desplazados y la "extrema violencia" registrada.

 "Muchos (supervivientes) nos hablan de tiroteos perpetrados por personas a caballo contra cualquiera que se mueva, de muertos y heridos que quedaron atrás en el bosque", explica.

Uno de los heridos que llegó al hospital de Paoua se llama Léonard Gangbe y tienen 33 años. Recibió un disparo en la cara mientras intentaba evitar que un grupo de hombres armados se hiciese con su ganado.

Josianne, que vivía en un pueblo situado a cinco kilómetros llamado Betokomia, ha contado que su marido y su hijo de 12 años huyeron el 28 de diciembre de madrugada cuando escucharon los primeros disparos, por el temor a una ejecución inminente. Josianne se quedó sola con sus otros ocho hijos y se vio obligada a pagar 12.000 francos CFA (unos 18 euros) --que tuvo que pedir prestados-- para poder escapar sanos y salvos.

"Cuando los hombres armados ven una casa decente, piden comida, ganado y dinero", ha relatado, al recordar otro incidente registrado en agosto y en el que incluso sufrió la quema de la vivienda. Entonces, los milicianos reclamaron a la familia 50.000 francos (76 euros) por conservar el ganado y 120.000 francos (183 euros) por seguir en la casa.

"Les dimos 25.000 francos (38 euros), que era todo lo que teníamos. Como la casa ni siquiera tenía un tejado todavía, nos dijeron que volverían cuando estuviese terminada", ha asegurado. Antes de irse, robaron todas las pertenencias y prendieron fuego a la vivienda, lo que dejó a esta familia a la intemperie.

Cuatro años de violencia extrema

República Centroafricana vive sumida en una espiral de violencia desde diciembre de 2013, pero las cifras de desplazamiento son ahora más altas que nunca, con más de 630.000 desplazados internos y unos 545.000 refugiados.

La región de Paoua, que hasta ahora había gozado de una situación de seguridad ligeramente mejor a la de otras zonas del país, también registró una escalada de violencia en 2017.