Sentimientos encontrados en la vuelta a casa de los supervivientes al Ebola

MSF
05/01/2015

La familia de Moisés ha sufrido graves pérdidas por el Ebola. Cuatro miembros de su familia fueron infectados. Su padre y su hermano murieron, pero Moisés y su hermana consiguieron sobrevivir. Moisés pudo salir hace unos días del centro en Bo (Sierra Leona) y realizar el viaje de retorno a su pueblo, donde les acompañó Esmee de Jong, promotora de salud de MSF.

“Es algo que hemos empezado a hacer, acompañar a los pacientes a sus casas”, explica Esmee. “ A veces los pacientes experimentan dificultades para ser aceptados de vuelta a sus comunidades. Es muy importante que vayamos con ellos y explicar a la gente que no son peligrosos, que no son contagiosos. Es también una manera de enseñar a la gente que se puede sobrevivir al Ebola. Es una enfermedad que se desconoce. A veces incluso los que trabajan en la lucha contra el Ebola se sorprenden de que haya supervivientes”.

“Salimos pronto por la mañana”, dice Esmee, “y en nuestro viaje al pequeño pueblo de Moisés, nos encontramos con un equipo de alerta de Ebola, que son los que siguen a los posibles casos sospechosos. Paramos para hablar con el equipo y nos preguntaron que qué hacíamos tan lejos del centro de tratamiento. Cuando les dijimos que teníamos a un superviviente, casi no lo creen. Uno de ellos miró dentro del coche, reconoció a Moisés y nos dijo ‘pero si lo llevé yo al centro, ¡está vivo!’. Estaban muy contentos de verlo y asombrados de que alguien se hubiera repuesto”.

Moisés es un profesor, un hombre importante en la comunidad y cuando llegó a casa, el pueblo entero salió a recibirlo. “Llegar allí fue una fiesta. Las mujeres lo rodearon y Moisés tuvo que calmarlas. No tuvieron ningún reparo en aceptarlo. Es algo muy raro”.

Dos días más tarde fue el turno de la hermana de Moisés. Esmee la acompañó también. “Todo el mundo cantaba y bailaba. Casi no pudimos ni salir del coche. Fue un momento muy bello”.

Pero muchos de los supervivientes no reciben tal bienvenida. “Desafortunadamente no es siempre así”, dice Esmee. “Recientemente llevamos a casa a Francis. En su población la gente no fue tan receptiva. El y su hermano fueron acusados de brujería. Me sorprendieron el miedo y la negación de la enfermedad, como si la negación fuera su manera de protegerse”.

Esmee y su equipo explicaron a los habitantes del pueblo que Francis ya no era infeccioso. “Hablamos y mostramos a la comunidad que se le puede tocar. Espero que se hiciera algo más fácil el aceptarlo. Francis estaba muy contento de que fuéramos con él y nos lo agradeció muchas veces”.

El equipo aprovecha estas ocasiones para hablar sobre Ebola: cómo protegerse de la enfermedad y qué hacer, de caer enfermo. Los supervivientes juegan un papel muy importante al animar a otros enfermos a buscar tratamiento lo antes posible, por lo que las posibilidades de lograr una recuperación total son también más elevadas, mientras se minimizan las de infectar a otras personas.

“Queremos enseñar a la gente que los supervivientes no son peligrosos y que podemos dar esperanza a través de aquellos que han superado la enfermedad”, dice Esmee.