Sudán: atendemos a personas heridas y con desnutrición tras huir de El Fasher

“Recibimos muchos niños y niñas con desnutrición aguda y adultos con heridas de bala, por torturas o bombardeos”

02/11/2025
 68 / 5.000 Los niños de Sudán se mueren de hambre ante la inacción mundial mientras continúa la guerra.

Giulia Chiopris, pediatra de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Tawila, narra las condiciones extremas de las personas desplazadas que llegan desde El Fasher, capital de Darfur Norte. Tawila (Darfur Norte, Sudán), 2 de noviembre de 2025 — Desde hace más de dos semanas, en el hospital de Médicos Sin Fronteras en Tawila, seguimos recibiendo un número constante y elevado de personas que huyen de El Fasher, capital de Darfur Norte. La mayoría llega con heridas graves por disparos, torturas o bombardeos, y muchos niños y niñas presentan desnutrición aguda, tanto moderada como severa.

Viajes de varios días sin agua ni comida

Las familias afrontan un viaje extremadamente peligroso. Muchas viajan de noche para evitar los combates y pasan de tres a cuatro días sin acceso a alimentos ni agua. Cuando llegan a nuestro hospital, presentan signos de deshidratación grave, infecciones gastrointestinales y complicaciones por haber consumido agua y comida contaminadas.

En los últimos meses, la comida ha escaseado en El Fasher. Madres y padres nos cuentan que sus hijos e hijas se han visto obligados a alimentarse con pienso para animales para sobrevivir.

Desgraciadamente, la mortalidad entre los niños y niñas desnutridos sigue siendo muy alta. También atendemos a mujeres que acaban de dar a luz y que no tienen suficiente leche para alimentar a sus bebés, ya que ellas mismas están desnutridas.

Personas desplazadas que lo han perdido todo

Durante el trayecto entre El Fasher y Tawila, muchas personas son asaltadas y despojadas de todas sus pertenencias: dinero, ropa o utensilios básicos para cocinar.
Cuando logran llegar a los campos de desplazados que crecen alrededor de Tawila, no tienen nada. Allí sobreviven con menos de 1,5 litros de agua al día por persona, que deben usar para beber, lavarse y cocinar. La comida escasea, y las condiciones de higiene son muy precarias. Casi todos los niños y niñas que atendemos procedentes de estos campos presentan infecciones respiratorias, cutáneas o intestinales graves.

Violencia sexual y trauma emocional

El número de casos de violencia sexual que hemos atendido en los últimos meses es especialmente elevado. La violencia sexual se utiliza como arma de guerra en este contexto desde hace mucho tiempo, y seguimos ofreciendo atención médica y apoyo psicosocial a las supervivientes.

Nuestro equipo médico y de enfermería, compuesto por profesionales locales e internacionales, trabaja bajo una presión enorme. Muchos de nuestros compañeros y compañeras también han sido desplazados por la guerra y todavía tienen familiares, amistades y colegas en El Fasher.
Trabajar pensando en lo que sucede allí, tras las masacres y ataques recientes, es profundamente doloroso.

Seguimos proporcionando atención médica de emergencia en Darfur Norte

En el hospital de MSF en Tawila, ofrecemos atención médica urgente a las personas desplazadas que llegan en condiciones críticas. Nuestros equipos han reforzado la unidad de urgencias y los servicios de pediatría y nutrición.
Continuamos evaluando las necesidades humanitarias y médicas en la región, preparados para responder ante la llegada de más personas heridas o desnutridas.

 

“En Tawila seguimos recibiendo pacientes que han perdido todo. Niños y niñas con desnutrición, mujeres que acaban de dar a luz y adultos con heridas de bala. Las condiciones en los campos son extremas”, explica Giulia Chiopris, pediatra de MSF.

 

Médicos Sin Fronteras en Sudán

Médicos Sin Fronteras trabajamos en Sudán desde 1979 y actualmente prestamos asistencia médico-humanitaria en distintos estados del país. En Darfur Norte, nuestros equipos ofrecen atención médica de emergencia, nutrición terapéutica, salud materno-infantil y apoyo psicológico a personas desplazadas por el conflicto.
MSF somos una organización médico-humanitaria independiente, y nuestras actividades en Sudán están financiadas exclusivamente por donaciones privadas, lo que garantiza nuestra total independencia y neutralidad.