Terremoto Turquía-Siria: el noroeste de Siria necesita la llegada urgente de más ayuda internacional

10 días después del terremoto, la afluencia de personas heridos a los hospitales ha disminuido drásticamente, pero apenas entra ayuda desde el exterior del país y miles de personas se enfrentan a las bajas temperaturas sin tener todavía un refugio.

MSF
16/02/2023

Diez días después de los devastadores terremotos que golpearon Turquía y Siria ─provocando más de 36.000 muertos y decenas de miles de heridos según fuentes oficiales─ las necesidades sobre el terreno siguen siendo enormes.

En Siria, la OMS calcula que 48 centros médicos han resultado dañados o destruidos por los seísmos, aumentando la presión sobre el resto de centros aún funcionales que deben lidiar con la afluencia de heridos. La capacidad del sistema de salud, que ya era deficiente por la reducción de fondos humanitarios y el limitado apoyo que había recibido en los últimos años, se ha visto reducida drásticamente.

“Recibimos a 800 personas en urgencias en los primeros días, 250 de las cuales necesitaban tratamiento quirúrgico. Incluso este último fin de semana siguieron llegando heridos. Desde entonces, desgraciadamente, la ventana para que sigan apareciendo supervivientes entre los escombros se ha cerrado y el número de heridos de urgencia que hemos atendido ha disminuido enormemente. En cualquier caso, todos los hospitales están desbordados, incluido el nuestro”, afirma Samih Kadour, director del hospital Aqrabat, especializado en cirugía ortopédica y reconstructiva.

En el noroeste de Siria viven cerca de 4 millones de personas, de los cuales 2,8 millones se encontraban ya en situación de desplazamiento forzado. A raíz del seísmo, 11.000 familias más se han quedado sin hogar.

Los terremotos han afectado sobre todo a grandes edificios en centros urbanos. El distrito con el mayor número de muertos y heridos es Harim, seguido de Afrín y Jebel Saman. Los campos de desplazados, donde la población vive en refugios temporales, han resultado menos dañados.

Antes de los terremotos, el noroeste de Siria ya se enfrentaba una situación humanitaria desesperada debido a los muchos años de guerra, la pandemia y, más recientemente, un brote de cólera.

Principales necesidades en el noroeste de Siria
Debido a las bajas temperaturas, la prioridad inmediata es prestar asistencia a las personas que carecen de refugio y proporcionarles alimentos, mantas, ropa, material de calefacción, kits de higiene y asistencia médica.

Nuestros equipos reportan también falta de combustible, de electricidad y de agua, así como de un saneamiento adecuado.

Atender a las personas que han sufrido heridas de mayor gravedad es lógicamente otra de las ​ prioridades inmediatas, pero en el noroeste de Siria la capacidad del sistema de salud es muy limitada. Los hospitales y centros de salud necesitan donaciones de sangre e insumos médicos, incluidos kits quirúrgicos. También es importante organizar clínicas móviles para que la población pueda acceder a la atención médica sin tener que desplazarse.

"Durante la primera semana, el único apoyo que tuvimos provino de otros hospitales de la región, de personas individuales y de sus comunidades y de las organizaciones como MSF, que ya estaban presentes en la zona antes de la catástrofe. Seguimos practicando intervenciones quirúrgicas para tratar de salvar la vida a quienes se quedaron bajo los escombros. Muchos sufren el llamado síndrome de aplastamiento, una patología que resulta de una compresión prolongada de los músculos y que puede ser mortal al provocar saturación e insuficiencia renal. Hacemos todo lo que podemos, pero la situación es indescriptible”, explica Moheed Kadour, director de un hospital de Atmeh, en la gobernación de Idlib.

Además, las personas afectadas por los terremotos, así como los trabajadores humanitarios y personal que está trabajando en las tareas de rescate y atención a pacientes, necesitan apoyo psicológico.

El área de la salud mental ya suponía una gran preocupación en el noroeste de Siria, debido al enorme incremento de la tasa de suicidios en los últimos años, que está principalmente motivado por las duras condiciones de vida, la crisis económica y la falta de futuro. La situación actual puede agravar el estado de las patologías crónicas y propiciar la aparición de otro tipo de trastornos.

Las necesidades son enormes para una población que ya tenía grandes necesidades, tanto de atención médica como de artículos de primera necesidad. Por ello, resulta necesario que se haga un despliegue masivo y urgente de ayuda internacional.

 

Nuestra respuesta en el noroeste de Siria

Desde un primer momento, nuestro personal sirio ha estado trabajando para dar asistencia a los afectados por el terremoto, a pesar de que sus propias situaciones personales eran difíciles. En las primeras horas, tratamos a más de 200 pacientes en sus instalaciones, mientras que los centros apoyados que apoyamos han reportado haber tratado a más de 7.600 personas heridas entre el 6 y el 12 de febrero. En estos mismos centros se han registrado alrededor de 1.000 fallecidos.

Hemos apoyado a alrededor de 38 hospitales en Idlib y Alepo donando kits de emergencia, de trauma y quirúrgicos. Además, personal experimentado de la organización y cirujanos han estado dando apoyo en varios hospitales. Por otro lado, se ha ampliado la capacidad de varios centros médicos, instalando tiendas de campaña para tener más camas y con puntos de vendaje para el tratamiento de heridas. También apoyamos al sistema de ambulancias mediante la aportación de combustible y ha estado haciendo transferencia de heridos a los hospitales con su propia red de vehículos medicalizados. ​

"Varios cirujanos del hospital de Atmeh fuimos enviados a otros centros sanitarios de la región para ayudar a nuestros colegas, que estaban atendiendo a un gran número de heridos. En mi caso, me enviaron a un hospital situado en las inmediaciones de Turquía. El cierre de la frontera y la imposibilidad de recibir ayuda externa o de trasladar a los heridos nos situó en una situación muy complicada; estuvimos sometidos a una inmensa presión. Había muchos heridos y el personal médico estaba agotado. Pocas veces habíamos presenciado tal afluencia de heridos. Quizás en alguna ocasión, durante los bombardeos o cuando han tenido lugar masacres indiscriminadas, algo que, desgraciadamente, ha pasado muchas veces durante los últimos años en la región. En cualquier caso, lo cierto es que estábamos abrumados", explica Mohamad Zaitoun, cirujano de nuestro hospital en Atmeh, en la gobernación de Idlib.

En la gobernación de Idlib, llevamos a cabo cuatro clínicas móviles en los centros de recepción que acogen a las personas que se han quedado sin hogar. Allí ofrecen atención primaria, servicios de salud reproductiva y consultas de salud mental. A día 13 de febrero, ya se habían realizado 2.134 consultas.

En la gobernación de Alepo, abrimos una clínica móvil en Jindires el pasado 13 de febrero. En el primer día se atendieron a 119 pacientes entre niños, mujeres embarazadas y personas con heridas y lesiones. También se proporcionaron consultas de salud mental.

Tanto en la gobernación de Idlib y el distrito de Afrín en Alepo, MSF, en colaboración con organizaciones locales, hemos distribuido más de 700 kits familiares, que incluyen mantas, colchones y kits para recién llegados. Sus equipos han repartido también 7.700 mantas individuales, 1.100 kits de higiene, 50 tiendas y 550 colchones.

En la misma línea y en colaboración con socios locales, la organización ha distribuido más de 500 kits completos de ayuda, incluidos artículos de higiene, kits de cocina, kits de invierno y mantas, a personas afectadas en Jindires, una de las ciudades más afectadas en la gobernación de Alepo, y a las familias que están en centros de acogida en Azaz y Maré, así como en los pueblos de los alrededores.

En el oeste de la ciudad de Idlib, también se han distribuido mantas, plástico para refugio y kits de invierno a las familias. Por último, se han distribuido más de 100 m3 de agua e instalado cinco depósitos de agua en diferentes centros de acogida.

Además de la respuesta de la emergencia provocada por los terremotos, MSF continúa con su asistencia médica regular y actividades en hospitales que no han sido afectados, para apoyar a la población y garantizar la continuidad de la atención a los más vulnerables, incluidas las mujeres embarazadas y las personas con enfermedades crónicas.

 

Turquía: situación y nuestras actividades

Más de 100.000 personas se han quedado sin hogar en Turquía a causa del terremoto y sus réplicas, que han provocado el derrumbe de unos 6.000 edificios, según la Federación Internacional de la Cruz Roja.

“Nuestra prioridad ahora mismo reside en poder ofrecer ayuda de emergencia a las personas que no tienen refugio. Hace mucho frío y muchas personas se han quedado sin hogar. No debemos olvidar tampoco que en esta zona de Turquía, en lugares como Gaziantep, hay millones de refugiados sirios que ya vivían en una situación de enorme precariedad. El terremoto les deja en una posición aún más vulnerable”, explica Ricardo Martínez, coordinador logístico de nuestra unidad de Emergencias de MSF.

Nuestros equipos de emergencia están evaluando las necesidades en las zonas más afectadas del sur de Turquía. Nuestros equipos han podido constatar que localidades como Hatay, Kahramanmars, Adiyaman, Gaziantep y Diyarbakir se han visto muy afectadas por el terremoto.

“El tipo de intervención que llevaremos a cabo durante las próximas semanas, así como el tamaño de la misma, dependerá del resultado final de nuestra evaluación de la situación y de las necesidades que necesiten ser cubiertas. Tras los terremotos, los días 6 y 7 de febrero presentamos dos propuestas al Gobierno para enviar equipos médicos y hospitales de campaña con los que ayudar a la población que se había visto afectada. Recibimos la respuesta de las autoridades el viernes 10 de febrero, diciéndonos que por el momento la mejor forma de ayudar es mediante donaciones de artículos médicos y de otros materiales”, explica Aitor Zabalgogeazkoa, responsable de nuestra unidad de Emergencias.

Desde el 8 de febrero, en colaboración con la ONG turca IBC, hemos realizado distribuciones de alimentos y artículos de primera necesidad en varios refugios de Kilis, una zona fronteriza al suroeste de Gaziantep.